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"¿Qué estás haciendo con la cara metida en un libro?"

Ah! ¡Eso me sorprendió!"

¡Ack! ¡Pensé que se me iba a salir el corazón!

Me sorprendió escuchar una voz sobre mi cabeza cuando me estaba relajando en la mesa. Lucas se rió al verme tan triste cuando me levanté para mirarlo apoyado en la misma mesa.

"Vine aquí porque estaba aburrido, pero tú también pareces estarlo."

Sentía como si se estuviera burlando de mí debido al tono que utilizaba para hablarme.

"No. Estoy realmente ocupada, muchas gracias."

"Tú misma dijiste que no ibas a ser la reina o lo que sea, pero todo lo que haces es estudiar, estudiar y estudiar. ¿No estás harta de eso?"

E-Eso es cierto, pero... Sinceramente, solo estaba pensando en cómo estudiar no era divertido.

"Hablando de ti, ¿puedes estar relajándote cuando últimamente pareces estar ocupado en la torre?"

"Ah, cierto. Dile a tu padre que les baje el sueldo. Ni siquiera pueden utilizar bien la magia, todo lo que hacen es investigar." Chasqueó la lengua, irritado.

Aun así, la única persona en todo el mundo que desprecia a los magos imperiales eres tú. He oído que los magos en Obelia tienen un rango alto y son poderosos sobre cualquier hechicero en el mundo.

Además, probablemente había una razón para que llamaran a su torre como "La torre negra". No podrías llamar algo de esa forma con ese orgullo. A pesar de que su lógica y gustos en nombres fueran malos.

"Siempre me ordenan que vaya, por lo que incluso estoy atrapado en esa asquerosa torre."

Sin embargo, podía entender por qué Lucas se estaba quejando ahora mismo. En realidad...

"Hace buen tiempo para salir a jugar." Murmuré, mirando por la ventana. El cielo estaba despejado y claro. En verdad hacía tan buen tiempo como para hacerte sentir apenado si te quedabas dentro.

Pasé las páginas del libro en la estantería, con la cabeza apoyada en la mesa. Mi cabello se mecía suavemente con el viento que entraba por la ventana levemente abierta.

"Pero, bueno, de todos modos no hay mucho que hacer afuera. Los terrenos del palacio siempre están restringidos con actividades."

Y ese hecho me dolió más de lo habitual.

"¿Estás harta del palacio?"

N-No tenías que decirlo. Pero, ¿qué quieres decir con "harta"?

"Bueno, es comprensible. Sólo hay que pensar en cuántos años has estado aquí."

No, quiero decir, no hay otro lugar como este donde puedas vivir una vida sin pagar dinero. Solo estoy un poco aburrida de vivir lo mismo cada día.

"Esa es solo la queja de un adulto mimado. Solo es una sensación de querer comer panceta de cerdo después de probar solo millo de calidad."

"¿Qué quieres decir?"

Lucas no parecía entender lo que estaba diciendo. Era obvio porque los términos "solomillo de calidad" y "panceta de cerdo" no existían aquí. No obstante, pareció entender que lo estaba tratando como un niño porque frunció el ceño.

"De todos modos, estás diciendo que no quieres estar encerrada aquí, ¿me equivoco?" Dijo, mientras se inclinaba en el escritorio, igual de aburrido que yo. 

P. E. Where stories live. Discover now