𝑇𝑒 𝑎𝑚𝑜

𝐇𝐚𝐛𝐢𝐭𝐚𝐜𝐢𝐨́𝐧 𝟬𝟵

Gruñendo bajo el peso de tus maletas, caminas detrás de Jake hacia la puerta de su casa.

T/n: Podrías ayudarme, lo sabes? -jadeas, mirando su espalda.

Jake tararea desdeñosamente y te ignora. Los relojes de la cerradura y la puerta se abren, lo que les permite a los dos entrar a esa casa en la que han estado pensando durante dos horas miserables desde que sus padres los dejaron.
Todavía son alrededor de las 10:15 y la casa está totalmente muerta, para su alivio. No hay ningún hombre bostezando en pijama deambulando por la sala de estar todavía cuando tú y Jake pasas por ella. Te lleva por un pasillo que conduce a la esquina trasera de la casa. Solo hay dos puertas en este pasillo, una a cada lado, una frente a la otra. Jake abre la puerta de la izquierda, llevándote a una habitación de buen tamaño y una cama tamaño king. La habitación está muy bien arreglada y parece no haber sido tocada por los ocupantes de la casa. Señala la puerta al otro lado del pasillo.

T/n: ¿Eso es un baño?

Jake: El baño está aquí.

Jake te lleva a la habitación, señalando una puerta en la pared del fondo. Dejas caer tus maletas adentro mientras miras a tu alrededor con curiosidad. Todo se ve realmente cómodo. Explorando la habitación un poco más, asientes con la cabeza hacia el armario de tamaño aceptable y echas un vistazo al baño. Es grande, está decorado con una ducha a ras de suelo y una bañera de hidromasaje. El tocador tiene dos lavabos con un espejo enorme que cubre la distancia entre ellos en la pared trasera.

T/n: Whoa -murmuras. Esto es mejor que el baño de mi casa. Otra puerta cerrada está al otro lado del baño, reflejando tu entrada. -¿Que hay ahi? -preguntas, moviéndote hacia la puerta.

Tu hermano detiene tu movimiento hacia adelante con una mano en tu hombro, haciendo un sonido de advertencia en la parte posterior de su garganta.

Jake: No entraría allí si fuera tú. -te dice. 

¿Una habitación en la que no puedes entrar? 

T/n: ¿Qué es esto, Fifth Shades of Grey? ¿Es esa tu sala de juegos? -Los labios de Jake se contraen con diversión, extendiéndose lentamente en una sonrisa.

Jake: No -se ríe. -Pero guardamos algo de basura allí.

¿Basura? ¿Tienen una habitación entera dedicada a la basura? Sin palabras, simplemente niega con la cabeza. Si ese es el sistema de siete jóvenes, y su desorden nunca llega a tu habitación, supones que no puedes quejarte. Jake se sienta en la cama.

Jake: T/n, necesito que me prometas algo.- Terminado con tu observación por ahora, te vuelves hacia tu hermano y le das una mirada.

T/n:No te prometo nada. -En este momento, no tienes ninguna confianza en tu hermano. Ha cometido el más alto nivel de traición y merece una sentencia de muerte.

Jake: Solo escucha, papa. -ordena.- No quiero tener que lidiar con el papeleo que viene con tu arresto por asesinato, así que no planes matar a Sunghoonie mientras esté aquí. Esta fue su casa primero: tú eres la que se muda a su territorio. -Maldita sea. ¿Cómo sabe él lo que estás pensando antes de que puedas decir algo? Ahora tendrás que tener mucho cuidado cuando vayas a matar a Sunghoon. -Lo digo en serio, T/n. -advierte- Te estaré observando. -Resoplando, pones los ojos en blanco y abofeteas a tu hermano con una almohada.

T/n: Sí, sí, solo vete. Quiero ducharme. Me siento asquerosa.

Jake: Eres asquerosa.

Lo sacas de la cama y lo empujas hacia la puerta, cerrándola de golpe. Ahora hay paz y tranquilidad en el interior. Sonriendo ante la ausencia del molesto, desempaquetas los artículos del baño y los llevas al baño. Entras en la lujosa habitación, suspirando de felicidad mientras entras en el agua caliente y te quitas todas tus preocupaciones.
Ni siquiera pensaste en cerrar la puerta.

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POV'  Sunghoon

Al darse la vuelta en su cama, Sunghoon bosteza tanto como su mandíbula se lo permite y se estira en toda su longitud. Adormilado, palmea alrededor de la mesita de noche en busca de sus lentes. Una vez que los coloca firmemente en el puente de la nariz, mira el reloj. 10:30 un sábado por la mañana. Hoy no trabaja, y también durmió muy bien anoche. Hoy va a ser un buen día. Mientras continúe su negativa al reconocer su sueño de anoche. El sueño que es sólo una continuación de una serie de sueños sobre el pasado. Dos semanas que extrañamente se han centrado en una mujer en particular y, últimamente, lo ha estado haciendo sudar. Más de una mañana se despierta para encontrarse sobrecalentado y jadeando como si acabara de correr un maratón, entre otras cosas. Pero no reconocerá eso, no hoy.

Hoy será un buen día. Sunghoon rueda fuera de la cama y perezosamente se pasa los dedos por el pelo. Una mirada rápida en el espejo lo revela, con la cara descubierta y los ojos con los párpados pesados ​​por el sueño, con la cabecera castaña brillante que hace que parezca que acaba de meter el dedo en un enchufe de luz. Una ducha suena como lo perfecto para comenzar su gran día.
Camina con dificultad hacia el baño y el kárate kid abre de una patada la puerta ya entreabierta, parpadeando sorprendido cuando una nube de vapor entra en la habitación. El vapor caliente empaña sus gafas y lo deja momentáneamente.

Este va a ser un gran día.

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