Como en aquel verano - Taekook (kookv)

Otoño

Para Jungkook, ser de una comunidad pequeña nunca había sido un gran problema. Si era totalmente sincero, siempre había considerado que tenía más ventajas que desventajas. Había pocos edificios, por lo que el cielo no estaba cubierto por completo y todavía se podían ver las estrellas y disfrutar más de la tibieza del sol; las personas que vivían a su alrededor lo conocían desde pequeño y estaban dispuestas a ayudar siempre que su familia lo necesitase; no era peligroso en absoluto, había poco tráfico y aislados casos de inseguridad. Incluso obtuvo muchos trabajos temporarios solo por ser Jeon Jungkook, el hijo de su madre, mientras todavía estaba en la escuela secundaria; hasta que le ofrecieron ese de forma permanente en una carpintería.

Era cómodo, y era su hogar. Y su madre no podía pagar la universidad por él, entonces permanecer allí se dio de forma natural. Aportaba a casa lo suficiente como para que vivieran cómodos y nada le faltara a ninguno de los tres. Con la idea en mente de las dificultades que causaría si intentaba seguir una carrera, Jungkook ni siquiera se preocupó por intentar el examen de ingreso a una. Hasta que su madre se sentó frente a él un día y con el corazón al aire le dijo que sabía que tenía demasiados sueños que estaba dejando atrás y en los que no quería pensar, porque había estado obligado a ser el hombre de la casa desde adolescente. Le dijo que su hermano y ella estarían bien, que él podía buscar un rumbo nuevo y hacer lo que siempre había querido hacer, y que no importaba si los demás pensaban que moriría de hambre o que no era práctico, el podía usar sus ahorros para eso y ya no para pagar las facturas del hogar. Su madre dijo que había dejado ir cuatro años de su vida, pero que era suficiente, que debía pensar solo en él desde ese momento.

Así que Jungkook estudió y trabajó. Estudió temprano en las mañanas, antes de ir al trabajo, y por la noche muy tarde, cuando ya no tenía más que hacer. Trabajó horas extras y dividió el dinero, para que su madre tuviera algo durante algún tiempo mientras él se iba y ella se acomodaba con sus empleos. Desempolvó los folletos que por años había guardado en los cajones de su mesa de noche, y consiguió la información necesaria sobre aquella universidad en Seúl. Y su madre, los vecinos, su jefe y sus amigos casi se mueren de la impresión cuando Jungkook pasó el examen de ingreso en el primer intento, incluso habiendo dejado las practicas educativas durante tanto tiempo.

La alegría había sido tanta que incluso algunas de estas personas habían colaborado con la causa y le habían regalado la mayoría de artículos para el hogar, para que no tuviera que gastar en ello. Sus amigos planearon esas vacaciones que Jungkook tanto disfrutó, porque era un trabajador duro y lo iba a hacer bien, como cada cosa que se proponía, porque se las merecía. Y su madre le dijo que no necesitaba el dinero que Jungkook había apartado para ella, porque finalmente había conseguido un empleo permanente y bien remunerado.

Se fue tranquilo, lleno de expectativas y ansioso porque su vida tomara un ritmo adecuado a lo que le gustaba y le apetecía hacer. Pero entonces la realidad lo golpeó un poco, porque visitar la ciudad no era lo mismo que vivir en ella, porque el bullicio y el flujo de gente nunca se detenía, y Jungkook no estaba acostumbrado a ser un número entre las demás personas. Porque eso era allí, un número entre los demás estudiantes, el número de la habitación pequeña en su residencia, un número más sumándose al total de empleados que trabajaban en aquella tienda. Y era frío y cansado, muy distinto a un pueblo. Porque no había 'buenos días' desenfadados en los pasillos de su edificio, como sí los había cuando salía de casa en su pueblo, no había un trato cercano de parte de los profesores, y no había personas que le hablaran de la nada en la calle porque lo conocían desde toda la vida.