Como en aquel verano - Taekook (kookv)

Verano

Click. El sonido de la fotografía lo tomó desprevenido, miró a Jungkook con curiosidad y él simplemente sonrió.

—Sé que servirán después, probablemente las necesite de referencia en clases ­—le tomó otra mientras Taehyung luchaba con el impulso de ocultar el rostro entre sus manos —De todas formas, es bonito —volvió a justificar mirándolo y luego a la pantalla de la cámara, mientras él se volteaba y suspiraba.

—Es por aquí —le indicó volviendo a caminar.

—Te sigo —dijo él.

Click.

Había sido así desde el primer momento. Taehyung simplemente podría haber dado un par de indicaciones para que los dos se encontrasen en un punto medio y así ahorrarse la mitad del camino y el tiempo, pero la llegada de su mejor amiga y la urgencia por llegar a tiempo a la tienda a la que se dirigían le hizo olvidar, el día anterior, que debían intercambiar números de teléfono para eso. Sin embargo, cuando Taehyung llegó un poco más temprano a la playa esa mañana, Jungkook se encontraba sentado en el lugar que él ocupaba usualmente, solo y listo para partir hacia donde le había prometido.

Taehyung notó el bolso pequeño y acolchado de inmediato, y terminó de confirmar el contenido cuando Jungkook preguntó si podrían explorar los alrededores además del parque y el templo, porque también quería tomar fotografías bonitas de la urbanización.

La cámara estuvo fuera apenas bajaron del transporte, y Jungkook tomando fotografías desde ángulos que los obligaban a parar un par de segundos mientras caminaban alrededor.

—Mi abuela solía decir que mi abuelo repudió las protestas y que apoyaba al gobierno, también que no tenía criterio ni juicio en absoluto —Jungkook y él se rieron mientras observaban el monumento conmemorativo a las protestas de abril.

Hablaron y caminaron, caminaron un montón sin que la potencia del sol pegando con insistencia en sus sombreros importase demasiado. Descansaron sobre el césped de los jardines a la sombra de los árboles, y comieron comida callejera de los puestos de alrededor. Y discutieron sobre cuales eran las mejores salsas, y sus platillos favoritos. Entonces Taehyung tuvo que preguntar.

—¿Quieres subir al mirador? —y el rostro de Jungkook se iluminó cuando asintió entusiasmado.

Taehyung se estuvo diciendo a sí mismo que la altura en absoluto era demasiada, que ya había subido una vez allí y que el recuerdo todavía era cálido en su interior, porque su abuela le había comprado un segundo hotteok por ser un niño valiente e incluso animarse a ver a través de los prismáticos.

Jungkook tardó en notarlo, fascinado con lo que veía y comentando lo impresionante que eso era, solo fue consciente cuando a él se le hizo imposible acercarse todavía más a los cristales y mantener la vista abajo.

—Tae —lo llamó, y él tuvo que apartar sus ojos de las interesantes líneas en el suelo para prestarle atención —No tenías que subir si esto te pone ansioso.

—Sí tenía —el balbuceó —¿Quién vendría a Busan y no subiría a la Torre? Tenía que mostrarte.

—Podría haber subido solo.

—Eso hubiese sido poco educado de mi parte —dijo apartando la vista otra vez.

—Hey, no es nada. Mírame a mí, solo a mí ¿Bien? —le dijo con suavidad y le tomó la mano con delicadeza —Podemos irnos ya.

—Pero- —intentó protestar.

—Fue divertido, pero hay más que hacer abajo —le dijo restándole importancia al asunto y sonriendo, y solo así lo convenció.

Anduvieron demasiado, y cuando le quedaba poco tiempo a la tarde y ellos estaban de nuevo en la playa, Taehyung era consciente del sudor acumulado en la parte de atrás de su cuello y en su espalda.

—Puedes quedarte un rato con nosotros, podrías disfrutar el mar un rato, nunca te he visto entrar al agua a pesar de que siempre estás aquí—Jungkook dijo, y puso ojos de cachorro.

—Nunca estoy vestido para eso —se justificó intentando restarle importancia.

—Por favor —suplicó —Puedes usar solo tus shorts, y te prestaré un par de pantalones extras que tengo aquí —dijo palmeando su mochila —Para que vuelvas a casa seco.

Taehyung no entendía por qué no podía negarse; él había cumplido su ofrecimiento con creces, y ahora solo debía regresar a la casa de su abuela y las cosas volverían a su estado normal. Jungkook había sido amable con él, y Taehyung lo retribuyó con creces en esa salida. Pero lo estaba mirando así, todo ilusionado a la espera de una respuesta positiva, sus mejillas todavía un poco más hinchadas, mientras intentaba persuadirlo.

—Está bien —accedió finalmente.

Jungkook dio un pequeño salto de felicidad, y él no pudo hacer más que reírse, la felicidad borboteando en la boca de su estómago.

El mar le abrazó la piel, todos sus poros erizándose cuando el agua fría le alivió el calor acumulado desde la mañana. Se sintió absolutamente reparador.

—Me engañaste —Jungkook le dijo sorprendido cuando se zambulló y nadó un par de brazadas de forma grácil a su alrededor.

Y él se estaba riendo como un loco cuando Jungkook lo tomó por uno de sus pies y empezaron a forcejear y a jugar, cuando lo tomó por la cintura y lo alzó para luego dejarlo caer al agua de forma desordenada otra vez. Y las mejillas de Taehyung dolían, porque los amigos de Jungkook eran divertidos y desvergonzados, y estaban cantando a todo pulmón después de haber bebido apenas una cerveza cada uno.

Él no podía dejar de pensar que había pasado un límite, mientras observaba lo grande que el jean de Jeon Jungkook le quedaba en las piernas, mientras toqueteaba el pañuelo rojo que usualmente colgaba en su bolso y que había tenido que atar a su cintura para no tener que subirlo a cada rato. Mientras veía a Jungkook cansado y satisfecho acompañándolo en la parada del transporte, todavía preguntando cada tanto si lo vería al día siguiente. Mientras Taehyung asentía y agradecía, porque ese había sido un día completamente bueno.

Sus zapatos estaban llenos de arena, la sentía también en la ropa y adherida a su cuerpo en algunas partes, se estaba sacudiendo y sonriendo como un tonto cuando por fin cruzaba el portal de hierro del jardín, la noche completamente sobre él.

—Esto es nuevo —Wheein estaba sentada en uno de los escalones de piedra, esperándolo en la penumbra —¿Estuvo bien?

—Muy bien —dijo dejándose caer a su lado, apoyando la cabeza en su hombro —Me divertí muchísimo. Jungkook es muy agradable.

—Me alegra eso —ella dijo comenzando a acariciar un par de sus hebras, un poco duras por la sal —Lo mereces muchísimo.

—¿Maratón de películas? —le preguntó después de unos minutos de silencio.

—¿Te refieres a dormirte mientras me abrazas en los primeros diez minutos?

—Sí —dijo totalmente risueño al verse expuesto.

—Está bien. Ve a la ducha mientras preparo las palomitas y las almohadas. Pero no te dormirás antes de contarme todo.