Como en aquel verano - Taekook (kookv)

Otoño

Los ojos calculadores de Jimin estuvieron sobre él, mientras intentaba servirse cereales sin derramar nada.

—¿No pudiste dormir? —le preguntó dudoso, finalmente.

Taehyung negó sin emitir palabra alguna.

—No bebiste demasiado anoche, así que no fue eso... —el silencio volvió a invadirlos.

Su cuchara removiendo el tazón de manera temblorosa cuando por fin se atrevió a alzar la vista.

—No me despertaste —Jimin lo acusó.

—Estabas un poco ebrio, no quería molestar —dijo intentando restarle importancia.

—Taehyung, siempre hemos estado de acuerdo en que no es molestia si es tan importante como para hacerte llorar ¿No? —él asintió —¿Entonces?

—No lo sé —murmuró un poco ahogado, las ganas de llorar volviendo a invadirlo —No es para tanto.

—¿Es por tu abue? —le preguntó todo suave, comprensivo y empático.

Taehyung asintió, y no estaba mintiendo del todo. Era por ella, por Jungkook y por extrañar tanto lo que significaba el verano, porque ahora él estaba allí y los recuerdos volvían con demasiada frecuencia.

—Ay, mi bebé —Jimin murmuró abandonando su plato de tostadas y brincando de su sitió hasta alcanzarlo.

Lo abrazó apretado y asfixiante, como si de alguna forma supiera que las piezas de Taehyung estaban por desarmarse y quisiera mantenerlas juntas. Brazos seguros y manos cálidas tocando despacio para aliviar el dolor.

—Tienes que decirme ¿Bien? —le dijo intentando alejar sus lágrimas, comenzando a llorar también —No importa si parece tonto, es importante para ti. Así que podemos compartir el dolor también.

Su corazón se sintió totalmente desolado, él no se merecía a Jimin. No merecía a ninguna de las personas que se le acercaban y eran buenas con él. Taehyung había perdido la capacidad de ser sincero hacía demasiado tiempo, y parecía que con el correr de los días se había vaciado por dentro, hasta que solo había quedado eso. La dependencia de esa máscara que le mostraba al mundo.

—¿Quieres hablar? —Jimin le preguntó, Taehyung negó.

Terminaron abrazados, totalmente enredados en el sofá, olvidando por completo las intenciones de desayunar.

—...Me dijo que no importaba en absoluto —pero de todas formas estuvo balbuceando historias después de un rato —Dijo que compraríamos otra, que lo importante era que la hubiese pasado bien, que la ropa solo era algo material, sin importar cuánto mis padres me habían obligado a cuidar esa camiseta. Que conseguiríamos otra igual, y que no la usaría hasta unos días antes de volver a casa, para que estuviese lo suficientemente nueva. Lavó la que estaba rota y la guardó en su propio armario, para que pudiese recordar ese día tanto como quisiera. También tuve permiso de seguir trepando árboles mientras estaba allí, por el resto del verano.

—Ella te amaba mucho, Tae —Jimin dijo acariciando despacio su cabello.

—Lo sé, y por eso la extraño tanto.