Como en aquel verano - Taekook (kookv)

Verano

Que Taehyung hubiese aceptado de ante mano que su abuela iba a morir y que ya no estaba con él, no hizo el momento menos doloroso. La soledad que había comenzado a sentir meses atrás se hizo definitiva y palpable esa noche.

Fue un funeral pequeño y duró menos horas de lo normal, solo asistieron su tía y él. Sus padres estaban demasiado ocupados con el trabajo como para tomarse el tiempo de ir, y sus primos no creían que su presencia fuese necesaria, si Taehyung era el favorito y el único para el que la mujer tenía ojos al final.

"Era inevitable, todos sabíamos que el momento llegaría" su padre le dijo al teléfono, y las lágrimas de rabia se escaparon de sus ojos mientras intentaba mantener la compostura porque no podía creer que ese hombre estuviese totalmente imperturbable ante la noticia de que su madre había muerto, tan imperturbable que no le parecía necesario viajar para despedirla "La casa es tuya después de todo, así que será mejor que pongas todo en orden antes de regresar" le había dicho antes de colgar.

Y después del papeleo, el hospital y el funeral, Taehyung se quedó solo en una casa llena de los recuerdos más felices que atesoraba, y estaba silenciosa y solo él caminaba por allí meditando qué de todas las cosas que había dentro debía conservar, cuáles donar y cuáles tirar. Y no podía hacerlo, porque en cada cosa que en apariencia era inservible, había un pedacito de su alma y el de su abuela compartiendo un momento.

Cuando la puerta sonó a primera hora de la tarde, Taehyung no esperaba a nadie en especial; pero de todas formas tuvo un abrazo que lo asfixio bajo la lluvia que no había dejado de caer en esos tres días. Tuvo olor a vainilla entre las gotas, un cuerpo pequeño que intentó envolverlo lo mejor que pudo y una mata de cabello castaño amarrada totalmente desprolija que le molestó justo en la barbilla.

—Lo siento tanto, tanto, Tae —Wheein le dijo todavía sin soltarlo —¿Por qué tuvo que pasar justo cuando no estaba aquí? ¿Por qué tuviste que lidiar con eso tú solo?

—Está bien —él dijo con un hilo de voz, aferrándose un poco más al abrazo —Tarde o temprano iba a pasar.

—¿Quieres llorar un poco más? —la chica le preguntó.

Taehyung asintió, y cuando finalmente entraron a la casa, ella hizo lo que cualquier amigo haría en su situación: llorar también, consolar después, y preparar té para barrer la angustia un poco. Y solo entonces pudo sentirse en paz.

—No creo que pueda hacer esto —le confesó después de un rato, mientras ellos todavía seguían acurrucados en el sofá a pesar del calor y la humedad.

—Voy a ayudar, Tae. Estaré aquí y vas a contarme lo que sea que quieras sobre las cosas que necesitas sacar de aquí, y estará bien, porque al final lo que importa es todo lo que la amaste y lo mucho que ella hizo por ti.

Fue solo una primera capa, objetos y papelerío que estaba al alcance de la mano, pero aún así la noche los alcanzó y Taehyung estaba totalmente exhausto después. Luego de una ducha, de varios snacks y fideos instantáneos, los dos estaban listos para dormir sobre la cama de la habitación de invitados, que en realidad pertenecía más a Taehyung que a cualquier otra persona, y Wheein le acariciaba el cabello que le había ayudado a secar.

—Conocí un chico —dijo con voz trémula.

—¿Qué? —preguntó ella sentándose en la cama y encendiendo la lámpara en la mesa de noche para poder mirarlo.

—La tarde en la que eso sucedió, estuve en la playa después de que el horario de visitas terminó. Jugaba voleibol, casi me desmaya de un golpe en la cara —Taehyung pudo ver como su amiga se mordía los labios para evitar reírse —Es su camiseta —dijo señalando la prenda que reposaba en la silla del rincón —Me sangró la nariz y casi parecía que había estado en una pelea. Así que me dio la suya para que no anduviese así por la calle.

—¿Es de aquí? —preguntó Wheein intentando que el entusiasmo no se notara demasiado y fallando en el intento.

—Turista —respondió negando, la chica hizo un chasquido de decepción —Quiso acompañarme a casa después de eso.

—¿Cómo se llama? ¿Se quedará por mucho tiempo?

—Jeon Jungkook, y no sé eso. No pude hablar demasiado, estaba totalmente aturdido. Dolió como el infierno, pero él hizo un buen trabajo parando la hemorragia. Me preguntó si iba seguido por allí y me invitó a unirme a sus amigos, pero no quería hacer el ridículo después de semejante trauma —esta vez Wheein si se permitió reír.

—Una decisión muy sabia ¿Número de teléfono?

—No —murmuró él, ella volteó los ojos —Le prometí que lo vería en la playa otra vez, pero luego...

—¿Belleza? —preguntó ella rápido, un poco por curiosa y otro poco para que el tema no se desviara otra vez a lo que los había estado ocupando emocionalmente toda la tarde.

—Tenía cara de bebé, mejillas y ojos grandes. Y no dejaba de morderse el labio por el nerviosismo. Tenía manos... —balbuceó un poco ido —Sus manos eran toda una cosa, firmes y grandes, pero no demasiado. Delicadas, cuando limpió mi cara desastrosa.

—¿Y no volviste por allá? —él negó.

—No ha dejado de llover desde ese día, así que tampoco creo que él haya podido ir. Pero me gustaría ver si no se ha ido. Para devolverle eso, y agradecer otra vez.

—Deberías ir.

—Tal vez. Si para de llover.

—Parará.