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Es verano, es Busan. Y Jungkook conoce a Kim Taehyung, y tiene la certeza de que lo que lleva por dentro se siente, por primera vez, como amor genuino.
Pero el verano se acaba y la suya es otra de esas historias entre mile...
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Esa mañana, Taehyung despertó relajado, despreocupado y cálido. Le costó un momento identificar por qué tenía esta sensación dulce envolviendo su cuerpo, entonces el resto de sus sentidos se pusieron en funcionamiento y entendieron que había contacto con alguien más, seguro y cómodo. Comprendieron que no era solo esa sensación de alivio que llegaba después de una gran crisis de ansiedad que había estado reteniendo, después del descanso que no había podido tener por días debido la angustia reprimida.
Había alguien que lo sostuvo toda la noche, que hizo que las pesadillas y la culpa pesada no llegaran a atacarlo. Taehyung tenía una pierna sobre las de Jungkook, y él, sus manos unidas en la parte baja de su espalda. Eran un enredo, uno muy agradable.
Era, tal vez, demasiado temprano para que él estuviese despertando después de todo el ajetreo de la noche anterior; pero Taehyung sabía por experiencia que unas pocas horas de descanso despreocupado y profundo, eran mucho más efectivas que largas horas de malos sueños.
Despegarse de Jungkook fue todo un desafío, el chico protestaba en sueños, presionaba con insistencia para mantenerlo en su lugar y le hacía cosquillas; y Taehyung tuvo que luchar con todas sus fuerzas para no reírse demasiado alto y despertarlo.
Se duchó y vistió con ropa liviana, y dejó para Jungkook una muda y toallas en la silla del rincón para que también pudiese usar si le apetecía. Revisó el refrigerador y recordó que había comprado lo necesario para hacer algo en lo que había estado pensando por días, mientras pensaba en su abuela.
El té era, según Suni, una medicina efectiva para cualquier tipo de mal. No solo por la acción relajante de beberlo, sino por la paciencia y el cuidado que ocupaba la elaboración del extracto que utilizaban. Preparaban los ingredientes pensando en que serviría para después, para un momento en el que realmente lo necesitasen, se concentraban en eso mientras pelaban y cortaban las frutas y el jengibre, mientras medían el azúcar y el agua, mientras hervía a fuego lento y revolvían prestando atención al cambio color y a la forma en la que comenzaba a perfumar la casa por completo.
No era una tarea rápida, pero fue la que eligió para esa mañana en la que sintió que estaba en donde quería y cómo quería. Y fue lo que Jungkook lo encontró haciendo cuando despertó, apenas un rato después.
—Huele bien —dijo con voz ronca, frotando uno de sus ojos.
Taehyung sonrió para él, y Jungkook caminó despacio hasta que estuvo abrazándolo apretado y palpando su espalda.
—¿Estás bien? —le preguntó bajito y preocupado —Anoche... Me asustaste un poco.
—Lo siento, fue muy tonto de mi parte —Taehyung pidió disculpas avergonzado.
—Estaría bien si ahora comprendes que no tienes que darle algo de ti a una persona para mantenerla a tu lado. Las personas deberían quedarse contigo con desinterés, preocupación y porque te valoran, no porque entregues o sacrifiques algo a cambio. Sea una pareja, un amigo, o quien sea, no deberías sentirte presionado, deberías llevar tu propio ritmo, y ellos deberían entenderlo ¿Bien?
