Primavera

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Ese era un gesto muy simple, tan, tan simple que era usual en la mayoría de las personas

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Ese era un gesto muy simple, tan, tan simple que era usual en la mayoría de las personas. Incluso para Jungkook, ese gesto había sido normal durante el verano. Ahora, era complicado y en muchas ocasiones no estaba seguro de si podía o no hacerlo, sin embargo, era paciente.

Tomarse de las manos era algo sobre lo que Taehyung y él no habían meditado demasiado cuando el gesto se volvió frecuente entre los dos, ninguno había pedido permiso ni preguntado al respecto, fue algo que simplemente sucedió. La mano de Taehyung se había posado en la suya guiándolo por callejones retorcidos, para que fuera capaz de seguirle el ritmo y no perderlo de vista entre el gentío. Sus dedos se habían unido cada vez que el chico se sentía entusiasmado por mostrarle algo, lo apremiaban emocionados y expectantes de su reacción. Y él... Él le había tomado la mano a Taehyung cuando el miedo a las alturas fue demasiado esa vez en la torre de Busan.

Cuando Jungkook sintió ese torbellino en su estómago al verlo sonreír, cuando se dio cuenta de que había caído por él, esa sensación pareció pasar a través de ese enlace, porque los ojos de Taehyung se habían encendido con un brillo secreto y esperanzado. Y entonces ya no lo soltó, porque Jungkook se derretía por dentro cuando lo sentía balanceando sus manos juntas, cuando Taehyung apretaba el agarre con fuerza para que se mantuvieran unidos.

Y luego se besaron esa noche en la playa, y Taehyung pareció entender que ese gesto era algo dentro de su lenguaje del amor, que era la forma que tenía Jungkook de hacerle saber que le encantaba estar allí, junto a él. Y caminar enlazados, despacio, señalando cosas, paseando, escuchando con atención esas conversaciones, fue de los momentos que más disfrutó del viaje.

Ese gesto tan simple, y la forma en la que Taehyung lo aceptaba y valoraba, fue lo que llenó a Jungkook de esperanzas, lo que le hizo pensar que tal vez eso que tenían y que habían construido en tan poco tiempo, era lo suficientemente sólido, que valía la pena tanto como para sortear la barrera de un amor de verano.

Ahora que Jungkook sabía y entendía, no esperaba que ese gesto fuese algo que pudieran recuperar pronto. Jungkook sabía que las muestras de afecto estaban bien dentro de casa, rodeado de personas seguras que no los iban a juzgar, acompañados por aquellos que también habían sido pacientes y por quienes Taehyung se convencía de a poco que sus decisiones y sentimientos eran válidos.

Fuera de ese sitio y esas personas, un gesto tan simple como tomarse de las manos era todo un desafío para Taehyung, era algo que meditaba demasiado. Jungkook podía ver el deseo naciendo en él, sus dedos moviéndose inquietos, su mano toqueteando su pantalón y bolsillo antes de finalmente rendirse, descartando la idea a mitad de camino. Y él se moría por alentarlo, por sostenerlo y hacerle saber que estaba bien, que nada iba a suceder; pero no podía. Jungkook sabía que esta vez, ese deseo, esa necesidad y ese gesto era algo que tenía que nacer exclusivamente de Taehyung. Era él quien tenía que lograrlo, aceptarlo y entender que no importaban las miradas ajenas, que era más fácil y liviano si se tomaban de las manos y solo volvían a prestarle atención a lo que ese acto les hacía sentir.

Pero a veces Jungkook lo olvidaba, cuando eran ellos siete fuera de casa, cuando todavía se sentía como el hogar, cuando se reían hasta que les dolía el estómago, cuando hacían un poco el ridículo y cuando eran ruidosos sin importar si estaban en restaurantes, bares o supermercados. Sus manos siempre buscaban darle confort y familiaridad a Taehyung.

Esa noche no era especial en absoluto, estaban cenando fuera, en un restaurante barato, solo porque a alguien se le había ocurrido la idea y los demás no se habían negado. Taehyung se había sentado a su lado, y después de dejar vacíos la primera tanda de platos, mientras discutían otra vez los fundamentos del animé que resultaba más épico a ojos de cada uno, Jungkook lo olvidó. Y cuando comenzó a toquetear la oreja de Taehyung de forma distraída, nada cambió a su alrededor, el ambiente, las personas y sus amigos fueron igual que siempre; y si no hubiese sido por el suspiro que el chico lanzó, Jungkook jamás lo habría notado. Intentó que no fuera evidente, retiró su mano y se rascó el cuello para disimular, no quería que por algo tan común como una inseguridad que debía sanar, todos los ojos estuvieran juzgando a Taehyung.

Por supuesto que Jungkook notó sus ojos bajando, y la culpabilidad haciéndolo pensar cosas, el nerviosismo que lo hacía morderse los labios y como de repente ya no le estaba prestando atención a la conversación. Sin embargo, encontró en una mirada furtiva la oportunidad para sonreírle y hacerle saber que estaba bien, que le pediría perdón cuando estuviesen solos, que hablarían de ello.

Hubo otro suspiro sonoro, y entonces Taehyung simplemente estaba deslizándose por la banca para desaparecer los pocos centímetros que los dividían, pegándose a él todo lo que podía; estaba apoyando con delicadeza la cabeza en su hombro, y buscando su mano para poder entrelazarlas y jugar con sus dedos. Y con esa calidez recorriendo el costado de su cuerpo y el interior de su pecho, Jungkook sintió como Taehyung se aflojaba y entregaba a ese contacto, respirando despacio y calmado.

Y todo era igual, Ataque de Titanes siguió ganando la discusión a pesar de las protestas, y si alguien en la mesa notó que ese gesto era algo especial, tuvo el suficiente tacto como para dejarlo pasar. Entonces Taehyung le dio un apretón cariñoso, antes de volver a la conversación y a reírse de la negación de Hoseok con el asunto. Y todo fue diferente también.

Ahora que Jungkook lo sabía, que lo entendía todo, ese gesto tan simple le pareció una batalla enorme. Pero, al mismo tiempo, una batalla pequeña en esa guerra inmensa que Taehyung estaba luchando. Grande o pequeña, era una batalla ganada y Taehyung la había peleado con decisión y con los ojos cerrados, mientras lo elegía a él, mientras se relajaba sobre su cuerpo y le susurraba "te amo", mientras sorteaba el abismo y decidía que no le importaba que más personas los estuviesen viendo.

 Grande o pequeña, era una batalla ganada y Taehyung la había peleado con decisión y con los ojos cerrados, mientras lo elegía a él, mientras se relajaba sobre su cuerpo y le susurraba "te amo", mientras sorteaba el abismo y decidía que no le impo...

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Como en aquel verano - Taekook (kookv)Where stories live. Discover now