Capítulo 3: Sueños románticos.

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-18 de Noviembre-


Brandi caminaba de un lado a otro mientras cada tanto miraba de reojo a su hija dormir en su cuna.

Storm y Gunner jugaban en el jardín trasero donde la ventana del cuarto de Lena era una buena vista para mantenerlos al cuidado.
Eran las tres de la tarde y la castaña había estado esperando a su esposo desde la mañana, según el fue a terminar de arreglar unos asuntos con la banda y luego volvería pero ya habían pasado cuatro horas.

Sus pasos dejaron de bailar cuando escucho la puerta de la sala siendo abierta con algo de violencia, seguido de una pequeña risa y unos pasos errados. Estaba ebrio.







-Cariño. - Resalto la voz de Sixx en la sala. - Ya llegue.

-Maldito alcohólico. - Susurró Brandi suspirando. Los pasos de Nikki comenzaron a hacerse mas cercanos hasta que pudo oír como maldecía en voz baja, o eso intentaba, mientras subía las escaleras. Al llegar al final escucho sus pasos mas cerca hasta que finalmente la puerta del cuarto fue abierta con mucho cuidado, al menos no quería despertar a Lena.

-Hola cielo. - Dijo Nikki acercándose a Brandi para dejar un pequeño beso en sus labios,trato de sonar lo mas sobrio posible pero su esposa ya sabia que sucedía. - Hola nena. - Mencionó ahora viendo a su hija dormir en su cuna, su cuerpo comenzó acercarse hasta la cuna pero la mano de Brandi sujeto su brazo.

-¿Qué haces? Estas ebrio. - Reprochó Brandi molesta.

-S-solo quiero saludar a mi bebé. - Respondió soltando un pequeño hipo. - Quiero verla. - Intentó acercarse nuevamente pero Brandi tiro de su brazo alejándolo un poco.

-No, carajo Nikki dije que no, estás ebrio, no puedes mantenerte en pie y vas a lastimarla si intentas sujetarla. - Chillo Brandi.

-Pero es mi hija, l-la extrañe y ahora quiero verla. - Hipo.

-Mírala pero déjala en su cuna. - Mencionó Brandi. - Vete al cuarto, date una maldita ducha y trata de vomitar al menos.

-Pero no tengo ganas de vomitar, quiero cargar a mi hija. - Dijo protestando.

-¿Qué mierda contigo Nikki? Dijiste que ibas a una maldita reunión de la banda y llegas ebrio. - Reprochó la castaña tratando de sonar calmada, su hija dormía.

-B-Bueno, una cosa llego a la otra y ya me tienes aquí ebrio pero no idiota como para lastimar a mi hija. - Respondió sonriendo y soltando un pequeño hipo.

-No, olvídalo, ve a ducharte y deja dormir a Lena.

-PERO QUIERO ESTAR CON MI HIJA. - Gritó haciendo que Lena comenzara a llorar. Brandi rodó los ojos y sujeto a Nikki del brazo.

-La despertaste idiota, sal del cuarto ahora mismo, no la verás hasta que estés bien. - Advirtió Brandi tratando de mover a Nikki pero este se soltó de su agarre y le dio un pequeño empujón.- Sal ahora.

-No, sal tú. Te dije que quiero ver a mi hija.

-Sueltame, Nikki suéltame ahora mismo. - Protesto Brandi tratando de soltarse del agarre de Nikki, no la apretó, solo la fue empujando hasta sacarla del cuarto. - NIKKI, SAL YA MISMO. - Nikki solo dio un portazo para luego cerrar la puerta con seguro, los golpes en la puerta eran fuertes. - TE DIJE QUE ME DEJES ENTRAR MALDITO ALCOHÓLICO, ABRE LA MALDITA PUERTA. - La castaña siguió golpeando la puerta mientras que Nikki camino hasta la cuna de Lena.

-No nena, no llores. - Dijo sujetándola con cuidado, a paso cuidadoso camino hasta la pequeña silla mecedora y se sentó moviendo ligeramente sus brazos haciendo que Lena poco a poco dejara de llorar. - No te preocupes, papi se fue por unas horas pero ya esta aquí de nuevo. - Sonrió.

Home Sweet HomeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora