━ 𝗬𝗢𝗨 𝗡𝗘𝗩𝗘𝗥 𝗞𝗡𝗢𝗪 ᴛʀᴜᴇ Bᴇᴀᴜᴛʏ

'02.

-No podré pasar por ti después de clases.- Habló la mujer mientras buscaba apurada algo en su bolsa mientras se encontraba sentada en el asiento del conductor. Su búsqueda paró cuando finalmente miró en dirección a su hija con la mirada perdida en la ventana de el auto.
-Aquí.- Extendió unos cuántos billetes que había sacado de su bolso. La menor finalmente sacudió su cabeza y miró a su madre confundida. -No podré pasar por ti, te dejo algo de dinero por si lo necesitas.- Explicó en un suspiró.

-Ah, sí. Gracias.- Contestó Lia tomando el dinero.

-Me tengo que ir, ¿no piensas entrar?- Funció el seño.

-Si.- Respondió a lo bajo mientras tomaba su mochila en sus manos. Abrió la puerta un tanto temerosa y salió para volver a mirar a su madre. Sentía muchos nervios y miedo, se sentía cómo una niña pequeña en su primer día de clases. Miró a su madre con un pequeño puchero casi rogando que no la hiciera quedarse, pero su madre solo rió y encendió el auto comenzando a avanzar. Lia suspiró y volteando en dirección a su nueva escuela.
A decir verdad era una escuela linda y grande a simple vista. Finalmente se decidió a comenzar su paso hasta la puerta principal.

Pasaba junto a otros alumnos, sentía todas las miradas caer en ella haciéndola sentir pequeña e indefensa. Sabía y era consciente de que eso pasaría, estaba a mitad del ciclo escolar y no era muy común que alguien se transfiriera a esas alturas, así que suponía que era algo normal que todos la miraran siendo que era un nuevo rostro.
Trató de ignorarlo, pero era difícil. Escuchaba a todos susurrar cosas mientras la miraban.

"¿Hay algo en mi rostro? ¿O tal vez es mi uniforme?" Pensó mientras levantaba la mirada. Lo primero que pensó es que vería muecas o malas caras, pero algunas personas sonreían en su dirección haciéndola sentir confundida, algunos incluso levantaban su mano en forma de saludo recibiendo una pequeña sonrisa tímida por su parte.

Finalmente llegó hasta la puerta principal, visualizó demasiadas puertas y pasillos. Pero realmente no sabía a dónde tenía que ir. Su madre le había dicho que tenía que pasar por unos papeles, pero nunca se le ocurrió preguntarle a dónde o a quién.
Miró a todos lados buscando algún profesor, algún cartel o algo que le dijera a dónde tenía que ir.

-Ah.- Suspiró aliviada.- El chico de ayer.- Soltó para sí misma reconociendo perfectamente su figura. Se encontraba caminando a lo lejos. Rápidamente se acordó en toda la escena que había armado aquel día en la tienda de comics, ¿valía la pena perder la poca dignidad que tenía frente a él? Suspiró, tampoco tenía muchas opciones. "Probablemente ni siquiera lo recuerda..."

Aceleró su pasó mientras trataba de alcanzarlo. El chico ni siquiera corría y aún así era más veloz que ella. Caminaba sin inmutarse de lo que pasaba a su alrededor, iba completamente en su mundo.

-Hey... Disculpe...- Exclamó cuando ya se encontraba más cerca suyo. Pero el chico no paraba sus pasos, como si no la escuchara.- Oye...- Intentó nuevamente pero fue en vano. Aceleró su paso teniendo como objetivo tocar su hombro.- Yah, chico de los jugos.- Exclamó estando más cerca. El contrario frenó bruscamente provocando que Lia chocara con su espalda escuchando los murmuros de las personas a su alrededor. Tocó su rostro sintiendo algo de dolor en su nariz. Levantó la mirada al ver que la persona enfrente suyo volteaba en su dirección. Pero su semblante era aún más serio y frío del que ella había visto en su trabajo o en Prince Comics.

-¿Qué?- Preguntó sin decir nada más.

"¿Se molestó por lo de el otro día?" Pensó la contraria.

-Ah...bueno... me transferí hoy y te vi a lo lejos...- Explicó entrecortada y nerviosa por la mirada del contrario. Miraba fijamente a sus ojos, no desviaba la mirada en ningún segundo haciéndola sentir nerviosa. -¿Sabes en dónde la sala de profesores?- El chico se mantuvo algunos segundos en silencio y suspiró, levantó su mano señalando a la puerta junto a ellos. Lia siguió sus movimientos con sus ojos y sintió su rostro volverse rojo debido a su descuido.