32.

5.1K 386 30
                                    

 

  El fin de semana pasó más rápido de lo que Lia deseaba. Había descansado aquellos dos días simplemente permaneciendo en casa con su madre, pero cuando notó que faltaban pocas horas para ser lunes y nuevamente asistir a clases solo pidió más tiempo para poder descansar.

Si era sincera no tenía muchas ganas de asistir, las cosas habían cambiado mucho en tan poco tiempo. Su relación iba bien con la mayoría de sus amigos a excepción de Soojin, quién seguía siendo muy importante para ella. A pesar de que la pelinegra se había disculpado por el "malentendido" que había ocurrido en el campamento, estaba distante. Y Lia no era tonta cómo para no notar las malas miradas o tratos que comenzaba a recibir por su parte, pero también le dolía y cada vez que aquello pasaba su corazón se encogía. Porque no entendía qué había hecho mal para que una persona tan buena como Soojin la tratara así. Extrañaba cuándo eran unidas, no había pasado mucho tiempo desde que comenzaron su amistad, pero aún así se volvió en una de las personas más importantes para Lia, una de las personas con las que podía ser ella misma.

Suspirando tomó las llaves de su casa y se miró en el grande espejo que decoraba el recibidor. En este se miró asegurándose de que su uniforme estuviera presentable y finalmente salió para dirigirse hasta la parada del autobús.

—¿Han Seojun?— Interpeló confundida de ver a aquel chico, afuera de su casa. No logró ver su rostro porque este se había volteado y comenzado a caminar tan pronto cómo la vió, pero aceleró su paso para asegurarse de que era él.

—Oh, eres tú... ¿Qué haces por aquí?— Comentó, finjiendo sorpresa. La castaña lo miró confundida.

—Vivo aquí.— Señaló la casa que estaba frente a ellos. Su casa.

—Oh, no lo había notado. ¿Vas a la escuela?— Pero antes de contestar ya se encontraba colocando su mochila en el hombro de Lia. —Genial, vamos.

—¡Hey! ¿Qué haces? Esta es tú mochila.— Exclamó Lia, tratando de alcanzarlo, pero él era más rápido que ella. —¡Oye!

El pelinegro frenó sonriendo, realmente disfrutaba de molestar a Lia porque sabía que no tenía nada de paciencia. —Me duele el hombro, ¿no puedes ser un poco más amable con tu compañero lastimado?— Cuestionó en modo de burla y rápidamente el rostro enojado de Lia cayó.

—¿Estás herido? ¿Fue por conducir tu motocicleta?— Comenzó a invadir con preguntas y algo nervioso, porque no esperaba aquella reacción por su parte, negó.

—No he usado mi motocicleta, solo fue un accidente... Vamos.— Lia caminó a regañadientes sientiendo el peso de ambas mochilas, la de Han Seojun y la suya sin contar que el pelinegro tenía su brazo recargado en su hombro.

—Nunca tomas el autobús, ¿qué cambió ahora?—Cuestionó Lia, ella tomaba muy seguido el autobús de ida y regreso, pero nunca se había topado con su compañero en él.

—Solo quería cambiar mi rutina un poco...¿eso es algo malo?— Cuestionó, pero Lia negó, Han Seojun era libre de hacer lo que quisiera. Fue un poco difícil para ella tener que cargar ambas mochilas y parte del peso del brazo de su compañero que estaba posado en sus hombros.

Ahora Han Seojun era lo que Lia podía considerar un amigo, aunque realmente lo hacía desde mucho atrás. Pero recién había notado que, más allá de jugarle pequeñas bromas era muy bueno con ella.

Ambos se detuvieron en la parada del autobús, Lia se sentó colocando ambas mochilas en sus rodillas mientras el contrario se mantenía de pie, ahí Lia tomó la iniciativa.

—¿Qué haces?— Cuestionó el pelinegro confundido.

—Tú número. Somos amigos hace mucho pero no tengo tú número de teléfono.— Soltó con aquella tranquilidad que provocó aún más nervios en el pelinegro. Ni siquiera él lo entendía, molestaba a Lia e incluso llegó a insinuarse a ella, pero en ese momento estaba tan nervioso y avergonzado que quería correr.

 ━  𝗬𝗢𝗨 𝗡𝗘𝗩𝗘𝗥 𝗞𝗡𝗢𝗪       ᴛʀᴜᴇ Bᴇᴀᴜᴛʏ  Where stories live. Discover now