3. Luz, cámara, acción

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«Pero supongo que elegí a alguien que iba a romperme el corazón»


Negación, aceptación... resignación: atrapado en el círculo vicioso y viéndose incapaz de escapar.

A pesar de no haber abierto la puerta, Megumi podía sentir la presencia dentro de la habitación. Había dudado varias veces si sujetar la manija o no, pero cada vez que tomaba algo de valor, se detenía en seco frente a la puerta. Dentro de aquel cuarto, estaba Sukuna, la persona que Megumi había esperado ver por muchos años, y que en esos momentos, se encontraba bajo su mismo techo. Para Megumi, todavía era como un sueño pensar que la habitación de Sukuna estaba siendo habitada nuevamente, miles de veces había imaginado con abrir la puerta y volverlo a encontrar, peinándose para ir a la escuela o simplemente tomando una siesta después de un día agotador.

Megumi ni siquiera recordaba el momento en que había salido del estado de shock después de aquella escena en la reja de entrada. Solo sabía que había acabo persiguiendo a Sukuna hasta su antiguo cuarto, moviéndose casi sin pensar, guiado por sus profundos instintos; deseaba hablar con él, abrazarlo o tan solo ver su rostro por un instante. Pero también, quería huir muy lejos, donde no pudiera encontrarlo, y es que... tenía miedo. Estaba aterrado de lo que pudiera suceder en aquel reencuentro. Había esperado tantas que veces que sucediera, que ahora, no sabía cómo reaccionar; creyendo, tal vez, que sus expectativas habían sido demasiado altas, y que todo lo que había en su corazón, era en realidad una infantil ilusión.

De igual forma, Megumi necesitaba llenar su memoria de nuevos recuerdos, o mejor dicho, salir de la duda sobre sus sentimientos de una vez por todas. Tenía preguntas: ¿acaso sus desenfrenados latidos seguían perteneciéndole?, ¿o solo eran los nervios del momento?, ¿estaba obsesionado con el pasado o finalmente había podido superarlo?, ¿qué quería su corazón realmente? Megumi necesitaba aquellas respuestas para dejar de engañarse a sí mismo. De esta manera, volvería a respirar con tranquilidad: podría dar vuelta la página y concentrarse en cosas nuevas, como por ejemplo, buscar un novio y formar esa relación estable que siempre había querido... si, ese iba a ser el plan.

Un poco cohibido por su ola de pensamientos, Megumi escondió un mechón rebelde detrás de su oreja. De pronto, fue interrumpido cuando el seguro del picaporte sonó, y la valentía que sintió en esos momentos fue remplazada por temor cuando vio la puerta abrirse.

Un hombre salió del cuarto, un hombre joven...

— ¿Sukuna? —preguntó Megumi, con un hilo de voz.

Los ojos de Megumi lo recorrieron de arriba a abajo, sin poder creer lo que veía. El chico que conoció cuando niño, y del que se enamoró por su amabilidad y dedicación, se encontraba de pie frente a él, sacándole hasta dos cabezas de altura, y viéndose como persona completamente diferente: el cabello de tonalidades castañas claras de Sukuna, era muy similar al de Yuji, pero se lo había rapado por la nuca, dándole un aspecto diferente y más oscuro, también, la apariencia rebelde se había perdido al peinar los mechones hacia atrás.

Pero eso no era lo único distinto. Sukuna, apoyado en el marco de la puerta, mostraba una actitud hostil, casi a la defensiva; tenía un aro metálico y circular en el labio inferior, y unos cuantos otros en la oreja, además de vestir prendas oscuras que le daban una apariencia nueva y salvaje. Pero lo más destacable, y que mantenía a Megumi bajo una especie de trance, eran los visibles tatuajes en el rostro, nariz, mejillas, frente; descendían por su mandíbula hasta perderse en el cuello de la camiseta.

¿Quién era él?, había sido una pregunta inevitable de hacerse, y por dios, Megumi creía que si seguía mirándolo de esa manera, se le caería la saliva de la boca. Era... atractivo, un hombre jodidamente atractivo. Pero Sukuna ni siquiera había sonreído al verlo, todo lo contrario, sus ojos marrones lo fulminaron desde esa gran altura, y Megumi se sintió pequeño en aquel solitario pasillo.

Missing my loverDonde viven las historias. Descúbrelo ahora