5. Cariño, elígeme

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«Ojalá pudiera encontrar a mi amor verdadero esta noche, ¿crees que podrías ser tú?»


—Prométeme que no estás ni siquiera considerando perdonar a ese idiota —dijo Maki muy severa, de brazos cruzados sobre la cama.

Megumi le regalo una mirada a su prima, para después continuar arreglándose la sudadera frente al espejo. A eso de la media noche, Maki se había colado en su habitación con el fin de esperar la llegada del resto del grupo de investigación, mientras esperaban, Megumi en un golpe de debilidad, acabo desahogándose con la chica sobre lo sucedido con Sukuna el día del garaje.

—Ya el viento se lo llevo —exclamó Megumi, en un intento de apaciguar la ira de Maki, pero la chica detrás de las gruesas gafas, frunció aún más el ceño.

—Creí que se comportaría lindo —respondió honesta—. Es un imbécil, ¿qué rayos le pasa a ese tipo?

Megumi dejo caer los hombros, él tampoco lo sabía y había olvidado las veces en que se hizo la misma pregunta. Después de todo, cualquier persona que tuviera conocimientos de la relación de Megumi y Sukuna en el pasado, no concebiría que su relación actual fuese así de hostil. Por ende, la noticia tomo por sorpresa a Maki: ella pese a no haber sido la más unida a su primo en la infancia, como Yuji o el anterior Sukuna, se rehusaba a que Megumi sufriera por culpa de alguien más. Maki apreciaba enormemente a Megumi por no ser igual de idiotas que el resto de los Zen'in, y no creía que el chico se mereciera esa indiferencia.

Maki abrió la boca para decir algo más, pero guardo silencio al oír el sonido de unas piedrecitas chocando contra el vidrio de la ventana: con cautela, entreabrió las cortinas observando sutilmente por la apertura. En la oscuridad de la noche, Maki ubico los muros de la mansión Zen'in y a Toge a punto de lanzar otra piedrecita en el exterior; el chico se detuvo al notar la presencia de Maki y con una sonrisa la saludo haciendo un gesto de manos.

—Están aquí —anunció Maki.

Ambos Zen'in, Megumi y Maki, se acomodaron la capucha de los abrigos sobre las cabezas, y asintiendo cómplices de su travesura, abrieron el marco de la ventana hasta dejarla completamente abierta. Ahora tocaba la parte más complicada del plan: escapar de esa maldita casa.

Maki se deslizó con agilidad por el marco de la ventana hasta llegar a la rama del gran árbol que conectaba la habitación de Megumi con el muro exterior de la casa. La chica se sostuvo con fuerza de la corteza y fue gateando hasta llegar al tronco, una vez en este, dejo caer su cuerpo sobre la superficie del muro. Megumi quien iba siguiéndola desde atrás, imito su acción, cayendo de cuclillas sobre la construcción de cemento.

Ya en ese lugar, Maki trago saliva al notar la gran distancia entre la parte alta del muro y el suelo. La chica inhaló profundamente para después liberar un suspiro, y una vez relajada, salto fuera de la reja: en ese mismo instante, Nobara apareció de entre las sombras de la noche y ayudo a Maki con la caída, sosteniéndola con firmeza una vez esta toco tierra.

— ¿Creíste que me iba a olvidar de nuestra salida de investigación, cierto? —preguntó la castaña.

Maki se rio por lo bajo.

—Jamás dudé de ti —contestó la Zen'in.

Megumi puso los ojos en blanco ante el espectáculo de esas dos, y sin detenerse a pensarlo mucho, saltó igual a como lo hizo Maki, siendo ayudado en la caída por Toge y Nobara. Megumi, tras retomar la respiración e incorporarse, miro a su alrededor dándose cuenta de que finalmente estaban en el bosque, las luces de la casa seguían apagadas y al parecer no habían levantado sospechas de su huida. Perfecto, pensó Megumi, suspirando con alivio.

Missing my loverWhere stories live. Discover now