Para los amantes del fuego.
—¡No me abraces, quítame las manos de encima!
Él Intentó acercarse.
—¡Te dije que no!
—Eres demasiado celosa, Sakura.
—¿Quién era ella y no me mientas, dime quien era?
—Una amiga —replicó calmadamente—. Te veo muy roja, ¿estas bien?
—¡Tu me haces poner así, no me respetas! —gritó—. ¡Maldito el día que me enredé contigo!
—¡No me abraces, quítame las manos de encima!
—Eso mismo siento yo cuando tu noviecito viene de Hong Kong.
—No metas a Shaoran en esto, te dije que no lo mencionaras.
—Haz lo que quieras, Sakura.
—¡Vete a la mierda Yuna D. Kaito!
