Enya y Trevorius

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Un profundo estremecimiento, el cual me despierta . Salto de la cama y corro hacia la terraza desde donde pude apreciar el entorno en su totalidad. Los grandes árboles caen; Los ríos son secados por grandes agujeros que se abren de repente. Las nubes se expanden y pierden rápidamente en la distancia, junto al vuelo desordenado de los animales del cielo.

—Enya... —murmuro, sospechando lo que ocurre —No puede ser posible. No puede hacerlo sola.

Entonces un ardor en mi brazo izquierdo llama la atención de mi vista.

—¡No...!

Ella tomó parte de mi piel mientras dormía, para ejecutar lo que años antes yo me había negado a hacer. Empiezo a pensar en como lo logró y recuerdo ese té, sí, me durmió con el té.

De todoOpowieści tętniące życiem. Odkryj je teraz