cínica

1 1 0
                                    


Él baja del autobús y ella lo recibe con una sonrisa de felicidad. Lo esperaba por casi dos años, añorando este día cada día. Él, por su parte, sonríe levemente, apretando luego los labios. Ella, apresura el paso para encontrarlo. Él respira profundo. Ella lo atrapa fuerte entre sus brazos. Él le da unas palmaditas en la espalda.

—Amor, te extrañé.

—Cynthia, ¿cómo estás?

—Mejor que nunca, ahora que regresaste.

—Sí... es bueno volver.

—Tengo tantas cosas que contarte, Raúl.

—Yo también necesito que hablemos.

Cynthia le muestra el anillo de compromiso que él le dio justo antes de partir.

—Lo mantienes como nuevo —dice Raúl—. Cuidaste bien del metal.

—Es muy importante para mí —ella mira la mano de él y no ve el anillo—. ¿Y tu anillo?

—Lo tiré... no hacía más que causarme molestias.

—¿Entonces?

—Cynthia... cuando me fui, te dije que regresaría cada tres meses a verte. Justo antes de tomar el avión para regresar, recibí un correo anónimo con una foto.

Mete las manos en su chaqueta y saca una foto estrujada y con signos de haberse mojado.

—¿¡Quién te envió esa foto!? —pregunta, alzando la voz—. Ese chico es mi mejor amigo, se llama...

—Sé como se llama —le interrumpe Raúl—. Sé quien es; ya lo había visto antes, en la fiesta de Carla. Cuando llegué bailabas con él. Lucias tan feliz. Pase por alto que tenía la mano en tu trasero. Quise imaginar que no lo había visto.

—Raúl, no es lo que crees.

—¿Y entonces qué es? esa foto es del hotel flamenco, no puedo equivocarme. ¿Qué hacías allí con él?

—¡Nada, solo paseábamos! —replica gritando—. ¿Qué te pasa? no eres así.

—No lo soy —afirma mientras le acaricia las mejillas—. Estuve ciego porqué te amaba. He visto mucho más... las demás fotos las rompí.

—No puedo creer que me hayas mandado a seguir —Cynthia deja caer sus lágrimas—, como pudiste.

—No te seguí —declara—. Olvidaste los muchos amigos en común que tenemos. Varios mensajes sobre ti me llegaban de anónimos, incluso vía WhatsApp, de números que luego me bloquearon.

—¿Y por qué crees todo lo que te dice un desconocido? ¿acaso era tan débil tu amor?

—Cínica —dice sin dejar de verla a los ojos—. De mi parte para ti solo hay amistad, pero no ahora, necesito descansar de ti.   

De todoWhere stories live. Discover now