—Te amo, te amo, te amo.
repite.
—Que palabra tan hermosa, Astrid —dice Conker, con una leve sonrisa, mientras parece irse lejos en los recuerdos—. Hace ya dos años desde la última vez que nos vimos, cuando me dejaste para casarte con el gerente, el cual por cierto me echó del trabajo; en serio no la esperaba.
—La vida pone muchas pruebas, Conker. Ahora yo sé que cometí un error —confiesa—; ahora ya sé lo que quiero; te quiero a ti.
—As... ahora soy un hombre casado —reveló—, felizmente casado.
—Yo he dejado todo por ti.—Pero tu amor era ficticio; un momento de pasión. Mi amor por Laura es real; yo la amo, y jamás me ha pasado por la cabeza dejarla. Astrid, ya no soy tu amor —declara con frialdad—. Laura no es celosa, pero no quiero que te encuentre aquí, pues tu y yo fuimos algo y eso sería una provocación. Adiós.
