El tiempo aquel. Momento de luces, estrellas moribundas y olas que sin fuerza llegaban. La arena cubría mis dedos, el agua los limpiaba. Mas allá, estabas tú, con el pelo revuelto por la brisa, y tus ojos negros a pleno vibrar.
Tú
El tiempo aquel. Momento de luces, estrellas moribundas y olas que sin fuerza llegaban. La arena cubría mis dedos, el agua los limpiaba. Mas allá, estabas tú, con el pelo revuelto por la brisa, y tus ojos negros a pleno vibrar.