roberta o roberto

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Algo raro pasaba en la cocina.

Miré la camita del gato y allí estaba, por lo que, no era este el culpable de ruido.
Me levanté con sigilo, para evitar que mi
viejo colchón me delatara. El estrépito en la cocina aumentaba, como si fuera un tornado, abría y cerraba las puertas de la despensa. Yo sabía que no era algo natural, pues escuchaba otros sonidos imposibles. Seguí acercándome, pero el corazón me traicionaba. Latía tan rapido que lo sentía en la garganta. Me frené en la esquia, antes de doblar y ver y ser visto por lo que sea que estaba en mi cocina. Justo en ese momento, observé al otro lado; estaba lleno de botellas vacias de cerveza, junto a los cojines de los muebles desmontados, ¿tomé demasiado anoche? —me preguntaba—. Ahora que lo recuerdo, no sé como llegue a casa. Me prepare para enfrentar el peligro y sali rápidamente gritando. Ahí estaba, una figura alta, con un vestido rojo con adornos que de seguro brillaban de noche.

—Hola Peter —saluda con su voz mezclada—. Ay no te asustes, soy Roberto, o Roberta, como me quieras llamar.

Podía ver ese enorme bulto en su entrepierna.

—Debes estar cansado —declaró—. Eres un super jinete.

—¡No!

De todoWhere stories live. Discover now