𝑵𝒊𝒏𝒆

5.4K 467 49
                                    

Evangeline Lumière

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Evangeline Lumière.

Llegué a casa un poco cansada y decidí irme a dormir sin comer. Me puse mi pijama, até mi cabello, lavé mis dientes y me recosté en la cama.

Al día siguiente me levanté de buen humor. Me bañé y vestí con una camisa negra manga larga, una falda ajustada color marrón claro, una chaqueta del mismo color y unos zapatos de invierno negros con un poco de tacón. Una vez vestida baje a desayunar e irme a la escuela.

Al llegar estacioné la camioneta un poco lejos de la entrada, "Ya que."

—Eva, hola. — Bella llegó a mi lado. — Quería preguntarte... ¿Vienes conmigo en el autobús? — pregunto apenada.

—¿Para qué es el autobús? — pregunté cerrando la camioneta.

—¿No lo sabías? Hoy tenemos el "viaje" al invernadero en la segunda hora. — hizo una pausa. — Tienes el permiso firmado, ¿verdad? — me tendió el de ella y lo vi completo.

—Nop... — respondí y empecé a buscar en mi mochila. — ¡Aquí está! — lo saqué. — ¿Me das una lapicera? — tendí mi mano hacia ella.

—Si. — me dio una y empecé a escribir en el permiso. — ¿Qué haces? — pregunto.

—¿Nunca falsificaste la firma de tus padres? — pregunte devolviéndole la lapicera. — Me encantaría sentarme contigo en el autobús, Bella. — le sonreí.

Ella sonrió y ambas nos asustamos cuando el timbre sonó.

—¿Entramos? — preguntó Bella y yo solo asentí. — Tengo Educación física, ¿Y tú?

—Lengua. — respondí y seguimos caminando hacia la entrada donde nos separamos para que cada una fuera a su clase. La clase de lengua pasó tranquila y sin nada interesante. Solo Jessica siendo Jessica.

—Vamos Eva, llegaremos tarde. — me tomó del brazo y me tiro hacia los autobuses.

—Espera Jessica, tengo que ir a buscar algo al auto, ve tu. — le dije saltándome de su agarre. — Ahora vuelvo.

—Oh... Okey, apresúrate. — se fue junto con un grupo de personas.

Me dirigí a mi auto. Estaba guardando varios libros de la clase cuando siento una mano en mi hombro.

—Mike, hola. — lo salude. — ¿Necesitas algo? Pareces nervioso.

—Emm... Si. — hablo con voz entrecortada. — Quería preguntarte algo.

Lo dejé de escuchar y mi vista se dirigió atrás de él, precisamente a Edward. Estaba mirando para acá con una mirada seria y posiblemente asesina, pero esa última iba para Mike.

"¿Celoso Cullen?"

—¿Que dices? — la pregunta de Mike me volvió a la realidad.

—¿Qué? — pregunté, desconcertada

SueñosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora