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Evangeline Lumière.
Una vez terminado el recorrido todos nos encontramos fuera del invernadero. Algunos se pusieron a jugar con gusanos, otros estaban charlando y otros con frío dentro del autobús listos para irse o simplemente no socializar.
Me estaba dirigiendo a uno de los autobuses cuando Alice me detuvo. — ¡Literalmente amo tu ropa! — me sonrió. — ¿Donde los compras? ¿Quieres ir de compras conmigo? ¿Qué dices de una salida de chicas? ¿Te gustaría ir a Port Ángeles a por ropa? ¿Quien...
—Alice, la estas agobiando. — Jasper se acerca a nosotras y alejo un poco a Alice de mí. — Por favor, perdona a Alice. — se disculpó por su novia. — Algunas veces suele ser muy extrovertida. — el me miró a los ojos y sentí como una ola de tranquilidad paso por todo mi cuerpo.
—Lo siento. — se disculpó Alice. — ¿Fueron muchas preguntas?
—Un poco. — respondí sonriendo. — La ropa la hizo mi madre— respondí a su primera pregunta.
Justo llegó Rosalie. — ¿Vendrás con nosotros? — pregunto refiriéndose a él autobús.
Quería contestar, pero Edward me gano. — Esta lleno. — dijo mirándome fijamente.
—De hecho, iba a decir que no iría con ustedes. — hable mirando a Edward. — Y una cosa más, Cullen... Que tu estés enojado por alguna estúpida razón no es mi culpa, así que, no te la agarres conmigo. — dije tranquilamente. — Si me disculpan. — me despedí de los Cullen y me di media vuelta para irme hacia el otro autobús.
—¡Eva! — me llamo Bella. — ¿Vamos juntas? — pregunto con una sonrisa.
—Claro, vamos. — ambas nos subimos al autobús y nos la pasamos hablando todo el viaje.
Al llegar a casa encontré a mi mamá sentada en el sofá junto a otras dos personas. Un hombre que pareciera estar en sus 37 años y una chica de unos 16/17 años.
—Hija, llegaste. — saludo mi mamá. — Te presento a Marcus y a su hija, Ayla. — los presentó.
—¡Un gusto! — un hombre alto, de ojos azules, cabello negro y mandíbula demasiado marcada me saludo. — Marcus D'Amico. — se presentó. Le tendí la mano en forma de saludo.
—¡Hola! — una chica rubia de ojos azules y un poco más alta que yo apareció frente a mi haciéndome retroceder un poco— Soy Ayla D'Amico. — se presentó.— Un gusto conocerte.
—¿Porque tu cabello es rubio y el de tu padre negro? — cuestione.
"Que gran presentación, querida yo"
—Oh, bueno, mi madre era rubia al igual que mi cabello. — explicó.
—Un placer conocerte. — le sonreí amablemente. — Si me disculpan, iré a cambiarme por algo más cómodo.
Mi madre asintió mientras se ponía a hablar con los invitados otra vez. Por mi parte me dirigí a mi cuarto para darme una ducha y cambiarme, pero un ruido en mi ventana llamo mi atención. — ¿Hola? — pregunte al aire.
"Juraría que la cerré esta mañana... Deben ser las lagunas mentales que te dijo el Dr. Cullen"
Me dirigí al baño y me metí a la ducha con agua caliente. Una vez salí de la ducha me puse un top negro, un pantalón negro con detalles en blanco y unas zapatillas un poco gastadas blancas.
Baje para juntarme con mi mamá, Marcus y Ayla.
—Yap. — dije cuando llegue al comedor. — ¿Ya vamos comer? — pregunte sentándome con ellos.
—Si, siéntate. — respondió mamá.
El resto de la cena pasó normal. Mamá y Ayra congeniaron muy bien y Marcus era realmente agradable. Sin embargo, no deje de sentir esa mirada penetrante sobre mí y me ponía muy nerviosa no saber de dónde venía.
La conversación después de cenar se dio bastante bien. Las preguntas variaban de la escuela al trabajo y vida personal de cada uno. Fue divertido.
