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Evangeline Lumière.
—¿Tú crees... En los... Vampiros?— pregunto de pronto y un poco avergonzado.
—¿Qué?
"Mierda, mierda, mierda y más mierda"
—¿Por qué... ¿Por qué lo preguntas? — no puede evitar ahogarme con mi propia saliva.
—Es que... Olvídalo. — negó con la cabeza y se sentó bien en el sillón.
—Oh Bels, ahora quiero saber. — dije intentando que soltara más información.
—Es que... — se trabó. — Creo que los Cullen son vampiros. — susurro.
"Ya. Nos. Cargó. El tren"
—¿Por qué lo piensas? — intente hacerme la desinteresada.
—Bueno...— saco una libreta. — Yo... Se te callo de tu mochila. — susurro apenada.
"Mierda"
—¿Leíste mi libreta? — pregunte alterada.
Bella Swan.
72 horas antes.
Me encontraba caminando por los pasillos de la escuela. Estaba pensando en los Cullen y en lo raros que son cuando vi que a Eva se le cayó una libreta.
Me acerqué y la levanté.
—¡Eva! — la llamé, pero ella ya estaba sobre su auto y arranco.
Mierda. Pensé.
Abrí la libreta y empecé a leerla, papa siempre dijo que mi curiosidad es muy grande.
Piel Fría. No comen. Piel pálida. Leer Mentes. No comen ajo. Dietas Estrictas. Descendiente de Lobos. No salen a la luz del sol. Regreso de los Cara pálidas. Se van de "campamento" cuando hay sol en Forks.
—¿Qué demonios?— llegue al final de la hoja hasta que leí que decía "Vampiros" en letras negras y subrayado varias veces.
Evangeline Lumière.
Ahora.
—¿Realmente son vampiros?— pregunto Bella.
—Bels, no deberías meterte en esto. — susurre poniendo una mano en su hombro.
—Quiero la inmortalidad. — hablo segura y mirándome fijamente.
—No sabes de lo que hablas, Bella. — dije seria.
—No me importa, realmente la quiero.
—¿Porque?— pregunte parándome y yéndome a la cocina.
—Porque tu ni sabes lo que es ser yo. — dijo siguiéndome.
—¿Y como sería ser tu?— cuestione irritada.
—No sabes lo que es ser olvidada y ser la última opción. No sabes lo que es odiarte a ti misma y querer morir a casa momento. — sus ojos se llenaron de lágrimas. — Realmente necesito esto, Eva.
—¿Cres que convertirte en un vampiro solucionará tus problemas?— pregunté.
—¡Si!— casi grito.
—No, no lo harán, Bella. Podría preguntarle a Carlisle, pero créeme, no te servirá de nada la inmortalidad.
—No me importa, por favor, Eva, ayúdame. — suplicó.
—Te daré el número de Carlisle y él lo decidirá. Es lo único que puedo hacer por ti, Bels. — dije anotando el número del señor Cullen en un papel y luego se lo di.
—Gracias... — dijo mientras me abrazaba muy fuerte.
—Ahora, ¿Vamos a ver esa película o solo viniste para pedirme eso?— pregunte tomando el control de la tele.
Ella sonrió y se sentó a mi lado. Comenzamos a ver la película y lo de la inmortalidad quedo atrás.
"Por ahora..."
Cuando Bella se fue yo me acosté a dormir.
Otra vez estaban los dos hombres viendo como un grupo de personas pasaban con perros. Cuando busqué a la mujer la vi corriendo descalza hacia el... ¿Este? No sé, no soy buena para orientarme.
Cuando me acerqué al grupo de búsqueda vi al señor Swan.
—Es de humano. — dijo cuando vio la huella.
Me acerqué a otro oficial que tenía un teléfono en la mano. Espere hasta que mostrara el día y la hora.
Me desperté exaltada. Ocurrirá mañana por la mañana. Se está acercando la fecha. Pronto empezaran a cazar a la humana y aún no se quienes es.
"¿Quién podrá ser la chica? ¿Y porque tendrán tanto esmero en cazarla?""
