𝑺𝒆𝒗𝒆𝒏𝒕𝒆𝒆𝒏

4.5K 402 13
                                    

Evangeline Lumière

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Evangeline Lumière.

Ya ha pasado una semana desde que tuve ese sueño y aún no puedo olvidarlo y preguntarme; ¿Porqué 3 vampiros de ojos rojos buscan a una humana? Y lo más importante aún, ¿Quién es esa humana?

Cambiando de tema, no volví a hablar con ninguno de los Cullen desde que le dije a Edward que no se acercara. Alice intentó varias veces acercarse, pero siempre la esquivaba o simplemente la ignoraba, con Emmet era igual, por mucho que intentara hablarme jamás respondía, no quería ser mala o descortés pero aún no logro procesar todo lo ocurrido y honestamente tengo miedo de lo que puedan hacer.

"Aunque.... si quisieran lastimarte ya lo habrían hecho... Pero, ¿Qué comen? Nunca lo sabre si no les pregunto."

Tome mi teléfono y marque el número de Eddie.

¡Eva! — La voz de Edward sonó atreves del teléfono

—Hola, Edward. — saludé.

¿Como... como estas? — su voz sonaba afligida

—Bien... ¿Que comen? — pregunte sin rodeos.

¿Qué? — pregunto confundido.

—Dijiste que tenías una dieta muy estricta y quiero saber, ¿En qué se basa esa dieta? — volví a preguntar.

No comemos humanos si a eso te refieres. — bien eso me alivia un poco.

—¿Que comen entonces?

Animales. — respondió rápidamente.

—¿¡Comes perritos!?— pregunte alterada.

No, no, tranquila. — lo escuche reírse al otro lado. — Comemos ciervos, osos, pumas y demás, no lastimamos a perritos ni a gatitos. — aclaro.

—¿Si saben que si comen muchos van a quedar en peligro de extinción? — pregunte distraída. Vi una rama moverse a lo lejos.

Salí al patio y prendí la luz para ver mejor.

Si, lo sabemos. — respondió. — Procuramos no cazar cerca de residencias y cambiamos de lugar frecuentemente. — me explico.

—¿Quieres pasar por aquí y charlar mejor? — pregunte nerviosa.

Ya estoy aquí... — me asusté cuando lo vi parado frente a mí.

—¿Estabas acechándome? — pregunte colgando el teléfono y lo fulmine con la mirada.

No. — sonrío de costado

—Mentiroso. — lo acuse. —¿Cuánto hace que estabas afuera? — pregunte entrando a la casa y el detrás mío.

—Tu preguntaste si quería venir y aquí estoy. — sonrió.

"Maldita sonrisa perfecta"

—Tuche. — ambos subimos a mi cuarto ya que mi madre llegaría en cualquier momento. — ¿Como te encuentras? — pregunte sentándome en mi cama.

—Bien, supongo... — se sentó en el pequeño sofá que puse hace poco frente a mi cama. — Alice quería venir apenas llamaste, tomo toda la fuerza de Emmet para que no saliera de la casa. — se río.

—¿Como están ellos? No quería ser grosera con antes, pero necesitaba un tiempo. — aclare.

—No te guardan rencor, si les dolió, pero lo entienden por completo. — sonrió con sinceridad.

—¿Alguna vez pensaste en lastimarme? — me atreví a preguntar.

Sus ojos se agrandaron un poco pero no respondió. Me miró fijamente y yo a él, esperando una respuesta.

—Bueno...— al cabo de un minuto hablo. — Mentiría si dijera que no pensé en hacerlo. — confesando. — Pero nunca fueron más que pensamientos. — se apresuró a decir.

—¿Alguna vez probaste la sangre humana? — pregunte con miedo a la respuesta.

—Si. — respondió sin más. — Tuve una época de rebeldía hacia Carlisle y sus creencias sobre la sangre.

—Rebeldía vampiresca. — sonreí. — No es algo que se escuche todos los días. — bromee.

—Algo así. — sonrió. — Poco tiempo después volví arrepentido de todo lo que hice. — suspiro. — Espero no me veas como un monstruo.

—¿Porque te vería como un monstruo? — pregunte sin entender.

—Por todo lo que hice y por lo que soy. — respondió bajando la cabeza sin querer mirarme.

Me levanté rápidamente y me acerqué a Edward. Puse una mano en su mejilla y lo obligué a mirarme.

—Jamás digas que eres un monstruo... — le dije con voz firme.

—¿Tú me vez como uno? — pregunto poniendo su mano sobre la mía y acariciándola con el pulgar.

¿Lo veo como un monstruo? Absolutamente no. ¿Tengo miedo de él? Ese es otro tema. Aunque no lo vea como un monstruo, ¿Que me asegura que nunca me lastimara o que nunca me atacara cuando tenga demasiada hambre?

En conclusión, no lo veo como él se ve, pero si le tengo miedo y mucho.

—Lo admito, tengo miedo, pero eso no me hace verte como un monstruo. — le sonreí.

—¿Puedo hacer algo? — pregunto parándose sin sacar mi mano de su mejilla.

Asentí en respuesta.

—Cierra los ojos por favor- — pidió.

Hice lo que me pidió y cerré los ojos. Puso suavemente su mano sobre mi cintura y me acerco un poco más a él. Sentí su aliento en mi frente y dejo un pequeño beso ahí, otro en mi nariz y por último dejo un muy delicado beso en mis labios.

Abrí los ojos para verlo y lo vi mirándome de manera expectante. Sonreí un poco y fui yo esta vez quien lo beso, pero un poco más largo.

"Golosa y suicida, la combinación perfecta"

Eddie correspondiendo al beso mientras ponía sus dos manos en mi cintura. Pase mis manos por sus brazos hasta rodear su cuello con mis brazos para acercarlo más a mí y profundizó el beso.

El beso subió un poco más de intensidad. Bajo un poco más sus manos y di un pequeño brincó rodeando mis piernas en su cintura. Dio unos cuantos pasos y me dejó sobre la cama de manera tan delicada que me hizo sentir como una muñeca de porcelana que podía romperse en cualquier momento.

En ningún momento dejo de besarme y acariciar mis muslos y cintura. Mientras yo acariciaba sus hombros, su abdomen y tiraba suavemente de los pequeños cabellos que estaban en la parte posterior de su cabeza, él bajó sus besos a mi cuello asiéndome jadear levemente.

—Edward... — Jade delicadamente en su oído.

De un momento a otro se alejó de mí y estaba en apoyado contra una pared de mi habitación.

—Yo... no puedo, lo siento. — sonaba muy afligido.

Sonreí un poco.— Esta bien, ¿Quieres quedarte? — pregunté haciéndole un lugar en mi cama.

Se tomó su tiempo, pero al final se acercó de manera lenta y se acostó a mí lado. Me acosté boca arriba sin saber cómo ponerme, pero el me jalo deliberadamente del brazo y me acostó en su pecho.

Seguimos hablando durante un rato hasta que el sueño me ganó y no lo pude resistir.

—Buenas noches, Lin...— dejó un beso en mi cabeza y me acercó más a él.

"Lin, me gusta" 

SueñosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora