𝑭𝒊𝒇𝒕𝒆𝒆𝒏

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Evangeline Lumière

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Evangeline Lumière.

A la mañana siguiente aproveché que era sábado y revive todas las notas que tenía hasta el momento.

Piel Fría.

Leer Mentes.

Dietas Estrictas.

Descendiente de Lobos.

Regreso de los Cara pálidas.

"Espera... Piel pálida, no come, piel fría, ¿No te hace pensar?"

Repase todo lo que escribí y lo pase a una hoja en limpio.

—Bien. — me puse frente a mi computadora. — ¿Qué sabemos sobre los vampiros comunes? — "No comen ajo." Lo anoté en la computadora. — ¿Qué más...? — "No salen a la luz del sol y los Cullen se van de "campamento" cuando hay sol en Forks"

También lo anoté. Si realmente son lo que creo, ¿Pensara en hacerme daño? ¿O simplemente soy un juego? ¿Seré la primera humana con la que habla? No creo, ¿O sí? Todos tienen el mismo tono blanco marfil, ojos dorados y todos son adoptados, al menos que compartan una rara enfermedad entre si realmente lo son.

Vampiros.

Mierda, mierda y más mierda, ¿En qué putas me metí? Tal vez si me alejo de ellos no me hagan nada o podría preguntarle, pero eso prácticamente sería suicidio.

"Aunque... Cualquier cosa que hagas estaría ganando... Hay dos opciones, me quedo con el vampiro sexy o me mata el vampiro sexy"

Estuve toda la tarde repasando lo que sabía sobre los Cullen y los vampiros. También estuve investigando sobre los Quileute y sus leyendas. Al parecer si descendían de los lobos y tenían la capacidad de transformarse en ellos cuando se enojaban o su tribu estaba en peligro.

—Hija. — mi madre entró por la puerta. — Saldré con Marcus, ¿Puede quedarse Ayla contigo? — pregunto acercándose a mí. Cerré rápidamente la computadora y oculté la libreta.

—Si, me encantaría conocerla un poco. — le sonreí y ella a mí.

—Qué bueno... — sonrió. — Esta abajo. — dijo saliendo de mi habitación.

—¡Dame un segundo Ayla!— le grite desde mi puerta.

—¡Aquí te espero! — grito desde abajo.

—¡Dejen de gritar! — nos gritó mi mamá.

Me vestí con un pantalón a cuadro gris, una camisa blanca y sobre esta un suéter de lana negro. Me puse un cinturón negro y unos zapatos con un poco de tacón del mismo color.

Baje justo a tiempo, mi mamá y Marcus se estaban yendo.

—Bien, iremos al parque y luego a cenar. — me dijo mamá. — Pórtense bien, no invites a nadie y si van a salir no muy lejos. — me dio un beso en la frente y salió por la puerta.

—Pórtate bien Ayla y no agobies a Eva. — Marcus le dio un beso en la frente y se fueron.

Los miramos subirse al auto y salir. Una vez los perdimos de vista nos volteamos a ver.

—¿Fiesta de dos? — preguntamos a la vez y ambas reímos.

Durante 1 hora nos la pasamos escuchando una canción tras otra. Escuchamos Favorite Crime, Good4u, Judas, Heather, Run Boy Run, Woman, Ain't Shit, Neet To Know, Jealousy Jealousy, etc.

—Espera... — dijo Ayla y me quede quita en la posición que estaba. Ella me miro y se rio. — Tengo hambre. — toco su estómago.

—Yo igual. — ambas reímos. — Ven, preparemos algo para comer. — ambas fuimos a la cocina.

—¿Que comeremos? — pregunto sentándose sobre la mesada.

—No sé... — me senté junto a ella.— ¿Pasta? — pregunte.

—Mmmm no. — rechazo mi propuesta. — ¿Qué tal si pedimos hamburguesas? — me sonrió.

—¡Si! — dije trayendo el teléfono de la casa. — ¿Completa o le sacas algo? — pregunte marcando al local de Hamburguesas.

—Completa, porfa.

Seguimos hablando sobre gustos musicales, comidas favoritas, deportes, etc.

—Y, dime. — estábamos sentadas en el porche de la casa esperando al repartidor. — Escuche por ahí que sales con los Cullen. — dijo mientras me golpeaba juguetonamente el hombro.

—Solo hablamos un poco, ¿Conoces a los Cullen? — pregunte.

—Algo así. — se encogió de hombros.— Mamá fue paciente de él Dr. Cullen durante mucho tiempo y todo el mundo habla de ellos. — se encogió de hombros.

Iba a hablar, pero justo paso el repartidor. Pagamos mitad y mitad.

—Esto huele riquísimo. — dije mientras me sentaba en la silla. Deje la comida sobre la mesa y Ayla hizo lo mismo.

—Mas que riquísimo. — dijo feliz mientras habría nuestros respectivos envoltorios.

—¿Porque atendió el Dr. Cullen a tu mamá? — pregunte llevándome la hamburguesa a la boca y dándole un gran mordisco.

—Tenía cáncer, el Dr. Cullen la atendía en Alaska, pero cuando murió ellos se mudaron. — explicó. — Papá y yo llegamos a Forks uno o dos meses después. No sabíamos que ellos estaban aquí, fue una sorpresa. — sonrió con tristeza. — Eran buenas amigas.

—¿Quienes?

—La hija del Dr. Cullen, Rosalie— sonrió. — Ella siempre le llevaba comida y le contaba todo tipo de historias. — río.

—¿Sabes porque se fueron de Alaska?

—Según el Dr. Cullen Rosalie no pudo soportar la perdida y quería irse. Además, la gente hablaba mucho de ellos.

—¿Que hablaban de ellos?

"La curiosidad mato al gato"

—Nunca se les vio comiendo, durmiendo o algo por el estilo y había muchas leyendas en las que ellos concordaban. — explicó.

"Agregado a la lista mentalmente"

—¿Te acuerdas de las leyendas? — pregunte dándole otro mordisco a la comida.

—No, lo siento, ¡pero tengo una idea! — dijo terminando se hamburguesa. — ¿Viste alguna vez "Teen Wolf"?

—No, no lo creo, ¿por?

—¡Vamos a ver "Teen Wolf"! — dijo riendo.

Una vez ordenamos y lavamos todo lo que usamos nos fuimos al salón, prendí la tele y pusimos Netflix. Buscamos la serie y empezamos a mirarla.

—¿De qué trata? — pregunte.

Ayla me explico de que traba la serie. Luego de un rato miramos, mínimo, 6 capítulos antes de dormirnos, ella recargada en mi hombro y yo en su cabeza. 

SueñosWhere stories live. Discover now