Un pequeño percance

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Narra Summer

Penúltimo día de clase, un calor abrasador y el sol más brillante que podía haber en pleno junio; tan solo eran las ocho y media de la mañana y ya me estorbaba la ropa. Después de desayunar con mis padres, bueno mi madre y su marido, él me crio desde los cuatro años y para mí era mi padre.

-No podremos pagar esa...-dijo mi padre antes de que yo abriera la puerta de la cocina, me preocupaban sus problemas económicos y en el restaurante tan solo cobrara cuatrocientos dólares por ir solo los fines de semana.

Les di un beso para despedirme, cogí mi scooter y salí pitando para el instituto porque llegaría tarde y eso a la señora Johnson, la profesora de matemáticas, no le gustaba nada por mucho que las clases estuvieran a punto de acabar. Estaba cogiendo la última curva cuando coche impactó contra mí y me tiró de la moto, me empezó a sangrar un brazo pero estaba bien.

-¡Podría tener un poco más de cuidado, no solo va usted por la carretera!-Le grité a un hombre que bajaba del coche.-¿Acaso es usted gili...?-Cuando iba a terminar la frase me interrumpió.

-Esos modales niña-dijo serio mientras se acercaba a mí-, ¿te encuentras bien? ¿Te duele algo?

-Estoy bien y... gracias por preguntar, me llamo Summer.-Contesté más tranquila.

Miré para la moto y la vi en el suelo, le faltaba un retrovisor y tenía algunas cosas más rotas; me toqué la frente al pensar en la bronca que me caería porque la moto tan solo tenía cuatro meses, no me gustaba mucho pero mis padres me dijeron que mientras no cogía mucha práctica con esa moto me bastaba y bueno, no podía negarme.

-¿En serio estás bien? No puedo negarme a que me pidas algo, el que se ha distraído he sido yo.

-Mira la moto-dije con tristeza-, me van a matar.-Quisé levantarla del suelo pero apoyé el brazo donde tenía el corte contra la moto y la solté del golpe porque me dolió.

-Tienes un corte, tengo que llevarte al hospital.-Dijo él.

-No, es el penúltimo día de clase, mañana nos darán las notas y hoy tenemos... da igual; no me lo puedo perder.

-Pues te llevaré al hospital y llamaré a mi chófer para que te recoja y te lleve al colegio.

-¿El señor estará ocupado?-Dije haciéndole burla.

-Niña, no todo es diversión, algunos tenemos que trabajar. Además, aunque no te incumbe, tengo una reunión muy importante en... ¡cinco minutos!-Dijo gritando.

-¿Es una entrevista? Pues lo siento, pensándolo bien, creo que debes llevarme al hospital porque me duele mucho el cuello.-Mentí.

-¿No era el brazo?

-Sí, y el cuello.

Cogí el casco y la mochila mientras él llamaba a la grúa y dejaba la moto a un lado de la carretera. Me abrió la puerta de su coche y esperó a que subiera para cerrarla, conducía nervioso y con rapidez, supuse que era para llegar a la reunión.
Cuando llegamos al hospital, me abrió la puerta y volvió a subir a su coche.

-Espero que no sea nada y si tienes algún problema llámame.-Dijo dándome su tarjeta.

-¿No vas a venir conmigo? ¿Tú sabes que eso no es legal?-Dije seria aunque me quería reír.

-Te he dicho que tengo una reunión muy importante.-Miré para él triste y acepté.

Cogí mis cosas del suelo y cuando entraba por la puerta fui hacia la sala de urgencias, enseguida me mandaron entrar; preferí no llamar a mis padres porque se alterarían y ese corte no era nada. Después de que me atendieran, que por cierto me pusieron seis puntos, al salir vi al chico que me había atropellado allí esperando, se acercó al verme y me miró.

-¿Qué te han dicho?

-¿No era que tenías una reunión muy importante?

-¿Podrías ser más educada?

-¿Podrías dejar de preguntar?

-¿Qué te han dicho?-Repitió serio pero una pequeña sonrisa apareció en sus labios.

-Solo me han dado puntos, estoy bien, puedes irte.-Dije mientras colgaba la mochila en el hombro.

Salí del hospital y cuando iba a llamar un taxi, alguien me quitó el móvil de la mano y colgó.

-¿Otra vez tú? Corre, la reunión te espera.

-Ya la he perdido, ¿te llevo o me voy?-sonreí orgullosa y lo seguí hasta su coche.

Antes no me había fijado pero se veía un buen coche, era un Audi Q5, negro, y era muy bonito; muy elegante. Él también era elegante, llevaba un traje negro y una corbata gris plata, se veía un reloj plateado a través de la manga; era guapo, llevaba la barba cortada a la perfección, sus ojos eran azules, su peinado era muy típico y estaba lleno de tatuajes hasta donde pude ver.

-¿Has acabado de observarme?-Preguntó riendo y yo me sonrojé ante esa pregunta.

-Solo... solo estaba pensando.

Le di la dirección de mi instituto y enseguida llegamos, quería abrirme la puerta pero antes de que abriera la suya le agarré de la muñeca.

-Sé abrir la puerta, gracias.-Reí.

-Siento haberte atropellado.

-Siento que hayas perdido tu entrevista.

-Ya... bueno, baja anda, o te perderás el penúltimo día de clase-dijo lo último imitando mi voz y nos empezamos a reír.

-Gracias.

-Mi se... mi chófer te llamará luego para arreglar lo de la moto.

-No es necesario, adiós.-Dije por última vez antes de bajar.

Colgué la mochila en el hombro y entré por el portal del instituto, pensé una vez más en lo que había pasado y me empecé a reír justo antes de llamar a la puerta de mi clase.





¡Hola! ¿Cómo estáis y qué os ha parecido el comienzo de la historia? ¡Estoy muy nerviosa y emocionada porque ya tenemos aquí el segundo libro!
Intentaré publicar un capítulo por día, pronto entraré en semana de exámenes y no os quiero dejar colgadxs :( ... Bueno, si os ha gustado ya sabéis, votad y comentad lo que vayáis pensando a medida que leéis la historia, no me importa que sea algo malo, acepto muy bien las críticas jajaja.

Un abrazo, Ris. 🌸

Sr. BrownWhere stories live. Discover now