Secuestrada

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Narra Connor


-Cielo, voy a cenar con Lissa.

-No me llames así.-Dije serio.

-¿Por qué?

-No me gusta.-Mentí, bueno no era mentira, de su boca no me gustaba.

-Bueno, me voy Connor.-Dijo recalcando la última palabra.

Me quedé sentado en el sofá, apoyé los codos en las rodillas y me froté la frente con las manos.


Puse la televisión y no echaban nada entretenido así que la apagué, me tumbé para intentar relajarme un poco, últimamente no había ido nada a la empresa, no me encontraba muy bien como para ir.

Me sonó el móvil y era un mensaje de... ¿Nicky?

"¿Estás con Summer?" ¿Pero cómo iba a estar con Summer si no me quería ver delante?

"No, ¿por?"

"No ha llegado a casa todavía y su madre está preocupada."

"¿A dónde ha ido?"

"Creo que eso no te importa, solo queríamos saber si estabas con ella, adiós."

Faltaba Summer, tenía que saber que estaba bien pero igual solo se había retrasado un poco, no debía preocuparme, aún así cogí las llaves del coche y fui a su casa, timbré y me abrieron enseguida.

-Hola Connor.-Dijo Mary, se notaba que estaba nerviosa.-¿Qué haces aquí?

-Sé que no soy bienvenido-dije riendo nervioso-, pero Nicky me ha dicho que Summer tarda en llegar y quería saber...

-Gracias pero no necesitamos tu ayuda.-Dijo seria.

-Lo creas o no, la quiero y me preocupo por ella.

-Pero no te preocupó dejarla tirada poco después de lo de mi madre, ¿verdad? Ni dejarla cuando volvió tu prometida, ¿cierto? Creo que no te mereces saberlo pero no te imaginas como estuvo por ti.

-Mary... solo avísame de lo que sea, por favor.-Tardó unos segundos en asentir pero lo hizo y cerró la puerta en mi cara.

Narra Summer

(...)

Si no he contado mal, llevo treinta y siete horas aquí encerrada, ya es martes y Daichi tan solo había venido a traerme comida y a repartirme algún que otro puñetazo. Me dolía mucho el ojo en el que me había pegado tres veces y por el reflejo del espejo del baño que tenía la habitación pude ver que lo tenía bastante morado.


Me traía manzanas de comer y a veces alguna barrita de cereales y botellines de agua y siempre me decía lo mismo:

-Quita la denuncia.

A lo que yo le contestaba lo mismo:

-Te volveré a denunciar por esto.

Y ahí era cuando me pegaba. Sabía que los nervios de mi madre debían estar a flor de piel, a veces con tardar solo diez minutos ya me estaba llamando, me preocupaba que le echara la culpa de mi desaparición a Mark, sabía que saldría con él y como me había dejado lejos de casa nadie de la zona sabría que él llegó a dejarme antes de marchar.

También pensaba en la boda de Connor y me estresaba preocuparme por eso cuando era el mínimo de mis problemas.

-Hola preciosa.-Dijo Daichi entrando en la habitación.

-Suéltame. ¿Por qué haces esto?

-Venga... no es solo por la denuncia, ¿por qué no le has preguntado a tu querido novio de qué me conoce?

-¿Qué? Te lo estás inventado.-Se echó a reír.-Quitaré la denuncia.

-¿Te crees que soy estúpido? No la quitarás por ende no te soltaré.

-La quitaré he dicho.

-Cállate, total nadie te está buscando.

-Mientes.

-No, no miento, no sales ni en las noticias ni en ningún periódico, por no mencionar que ni en una farola hay una foto tuya así que no sé para que quieres salir la verdad.

-Déjame en paz.-De nuevo, se agachó a mi altura y su puño volvió a estampar en mi mejilla.


¡Hola florecillas! Capítulo corto... lo sé, pero se está acercando el final y quiero ponerle misterio al asunto jajajaja. ¿Qué os está pareciendo la historia?
No olvidéis votar y comentar amigxs.

Un abrazo, Ris. 🌷

Sr. BrownOnde histórias criam vida. Descubra agora