"Ven, por favor"

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Narra Summer

(...)
No tenía ni idea de donde era la playa a la que me había llevado Connor, pero era preciosa. Tan solo había unas cuantas personas comiendo y tres o cuatro surfistas desfilando sobre las olas, aquello era arte.

Bajamos las tablas del coche y las mochilas, estiramos las toallas en la arena y apoyamos las mochilas encima; quitamos la ropa y Connor me preguntó si quería poner neopreno pero me negué y él tampoco puso. Entramos poco a poco en el agua y nos sumergimos para mojarnos del todo, subimos a la tabla y a los pocos minutos ya estábamos haciendo el mismo arte que hacían los surfistas que había cuando llegamos.

A Connor se le daba bien, muy bien, se notaba que practicaba mucho y yo... bueno, hacía mucho que no lo hacía pero aún así logré coger olas muy buenas. Todo iba bien hasta que una ola más grande que las otras hizo que me cayera de la tabla y me diera con ella en el labio.

-¿Estás bien?-Gritó Connor tirándose al agua.

-Sí, me he dado con la tabla en el labio.-Salí del agua con Connor detrás.

Nos tumbamos en las toallas y media hora después vi que ya eran las las seis y media, se me había pasado el tiempo volando y en verdad me lo había pasado muy bien. Cuando nos vestimos, fuimos a tomar algo a un bar cerca de la playa y Connor quedó mirando para mí.

-¿Sigues enfadada?

-No me enfadé, simplemente me pareció mal que no me contestaras porque yo te conté lo de mi pesadilla.-Se quedó callado y miró para su vaso.

-Es mi ex prometida, me dejó en el altar.-Rio secamente y no supe que contestar entonces dije lo primero que se me vino a la cabeza.

-Ella se lo pierde, ¿quien no querría casarse contigo?-Levantó la mirada y abrió los ojos como platos riendo.-Me refiero a que eres muy divertido y casarse contigo conlleva a vivir muchas aventuras a tu lado.-Me reí nerviosa y giré la cara pero una mano se posó en mi mejilla.-¿Qué pasa?

-Nada.-Iba a quitar la mano y yo puse la mía encima de la suya, se levantó de la silla y me dio un corto beso que me hizo sonreír.

La vuelta a casa fue corta, pusimos música en el coche y yo empecé a cantar a pleno pulmón mientras él se limitaba a reír, ya eran las nueve y media y la verdad estaba muy cansada pero tenía hambre entonces fui a la cocina y vi a Connor preparar una pizza.

-¿Te ayudo?

-Ya casi está, no te preocupes.

Por alguna extraña razón estaba el paquete de harina en la encimera, cogí un puñado y soplé contra él para mancharlo; se giró serio, me quitó el paquete y cogió un puñado de harina.

-Para-reí-, para.

Me tiró el puñado de harina y me manchó toda la cara, volví a coger harina del paquete y le volví a lanzar un poco para mancharlo más, pero esa vez fue por delante mientras reíamos a carcajadas. Iba a volver a lanzarme pero eché a correr y la soltó, logré salir al jardín pero vino detrás y me cogió por la cintura mientras daba vueltas y vueltas.

Cuando dejamos de reír me bajó y me miró, pasó una mano por mi mejilla y luego por el pelo; puse mis manos en su nuca y nos volvimos a besar pero esa vez fue un beso largo y cuando nos separamos me dio un beso en la frente.

-Vamos a cenar anda.-Me pasó el brazo por los hombros y entramos en casa.

La pizza estaba riquísima, no sabía que le había echado pero me gustó mucho, al acabar de cenar nos quedamos un rato hablando sobre lo que me había dicho el señor Tanaka en la oficina.

-¿Irás a cenar con él?

-Es solo una cena, no creo que pase nada porque vaya; pero no sé, no lo conozco y me da cosa ir.

-No es solo una cena para él, es una cita. ¿No has visto como te miraba el otro día?

-Le diré que solo quiero que sea una cena de amigos.

Sr. BrownWhere stories live. Discover now