02

1K 143 49
                                    

Muchos ignoran mis mensajes que dejo al final, ahora se chingan y tendrán que soportar que estén al inicio. Primero que nada, no espere que sea tan pedida la actualización de esta historia. Para ser sincera, esta historia y todas las que son drama\romance, me hacen sentir desnuda frente a ustedes. Ya que suelo poner mas que solo mi creatividad en cada palabra, son vivencias mías, gestos, conversaciones e incluso los personajes son un pedazo de mí. Así que pido que le den amor a este fic que me esta costando escribirlo (en el buen sentido) vivo cada palabra que esta aquí.

Eso es todo, pueden leer en paz. ❤





...

La flor necesita un jardinero para cuidar de ella, pero si esta no busca abrir sus pétalos, el jardinero la regara sin encontrar éxito.

El cielo seria su único compañero y las nubes su nuevo jardinero, quien lloraría por ella para verla crecer.

Y aun así... Si la flor no quería ver más allá que su oscuridad, nunca abriría sus pétalos.

Justo ahora las nubes parecían querer llorar, aun no sabía quién era la flor que tanto necesitaba de su ayuda. Porque yo era feliz, ¿Verdad?

—¿Estás bien?

Pestañeo varias veces para que las lágrimas por el esfuerzo de toser no salieran. Lo miré sin expresión y asentí. Volvió a sonreír y suspiro aliviado.

—Vaya, no pensé que reaccionarias de tal manera.

—Pues saliste de la nada, ¿Cómo querías que reaccionara? —pregunte volviendo a meter mis manos a la chaqueta del uniforme.

Él hizo lo mismo que yo y luego saco una cajetilla de cigarrillos mientras se encogía de hombros.

—No lo sé, quizás un "Creo que si lloverá y te prestare mi paraguas que traje ya que soy una mujer precavida que vio antes de salir de casa el clima. Y como sé que no trajiste, me debes una"

Me quede quieta analizando todo lo que había dicho. Vi como llevo un cigarro a sus labios que formaban una suave sonrisa de costado.

—Oh...ahora que lo dices, no traje ningún paraguas —dije con preocupación, mamá se enojara mucho si me ve mojada.

—Ya somos dos —dijo para prender con un encendedor y luego de contener el humo en sus labios soltó todo mirando al nublado cielo.

El frío empezaba a ignorar mi ropa y atacar mis huesos. Solté aire que formo una niebla blanca delante mío. Cerré los ojos y bajé la cabeza para sentir algo de calor. Pronto escuche pasos alejarse, levante la cabeza y vi como él pateaba con suavidad la puerta vieja de aquel salón. Me miro y con su cabeza me invito a que entrara. Dude mucho, tanto que parecía una estatua de hielo en medio de la nada. Luego de ver como desaparecía dentro, me ataco una brisa que me obligo a trotar hasta llegar a la puerta y ver como él se sentaba sobre una manta de algodón color azul que estaba extendida en el suelo. Apoyo su espalda en la pared mal pintada y siguió fumando con más tranquilidad.

Con pasos lentos y dudosa ingrese hasta detenerme a unos centímetros de él. Me miro y se retiró el cigarro de la boca.

—¿Cómo te llamas?

—¿Eh? —reaccioné lo más rápido que pude y balbuceo —. Selene, Kim Selene.

Movió su cabeza de arriba abajo y entonces con su otro mano golpeo la manta a su costado.

—Estas temblando Selene, siéntate.

Le hice caso solo porque tenía razón, con cuidado de que la falda no se levantara, tomé asiento a su costado, guardando espacio suficiente para no incomodar. Apoye mi espalda en la pared y me quede mirando al techo. Aún faltaba bastante para que el timbre tocara. No debí llegar media hora antes, pues no imagine que haría tanto frío y que el conserje recién estaría limpiando. Saqué mi teléfono del bolsillo y vi la hora, faltaba quince minutos. Suficiente tiempo para calentarme y asistir a la primera clase.

El olor a cigarro empezó a los minutos hacer cada vez más notable que al principio. Baje la cabeza y gire a verlo de reojo. Aplané los labios y gruñí suave. Pero él abrió sus ojos al instante que estaba expulsando más humo de sus labios como si fuera una chimenea. Parpadeó unos segundos y sin entender porque lo miraba así tosió con cautela.

—Me llamo Jeon Jungkook.

—Ah.

—Aja... ¿Sucede algo?

Mordí mi labio y me acomodé mejor para no parecer una jorobada.

—¿Por qué fumas? ¿Acaso no sabes que el olor se queda impregnado en tu ropa? A nadie le agrada el olor del cigarro —solté con la voz baja, ya que no necesitaba gritar para que se escuchara con claridad.

Jungkook aplano sus labios y con el cigarro entre los dedos me señalo.

—A nadie le agrada tampoco el aroma a flores. Parece que te bañas en perfume.

Lo observo indignada, no me gustaba lucir enojada, pues era de mal gusto ser así según mamá, pero sin poder contenerme, gruñí golpeando su mano con el que sostenía el cigarro y a la vez me señalaba con una sonrisa socarrona. Me miro sorprendido por mi acción.

—Mi último cigarro...

Abrí mis ojos empezando a sentir la vergüenza en todo mi ser. Había actuado muy tontamente.

—Lo siento.

Lo mire y él seguía lamentándose por su cigarro en silencio y haciendo un gesto infantil.

—Bueno, supongo que tendrás que comprarme otra cajetilla.

Arrugue mi entrecejo negando.

—Solo te arruine uno, no es justo.

—Es eso o no te dejo llegar a clases —soltó de golpe como todo un niño berrinchudo.

No podía creerlo, alce una ceja y con rapidez me puse de pie y camine hasta donde estaba el cigarro y lo pise enfrente de Jungkook. Al ver que seguía sentado mirando mi pie sobre su destrozado cigarrillo, saque mi celular para ver cuánto faltaba para que tocara el timbre. Faltaba solo cinco minutos, sonreí satisfecha por mi buen calculo.

—Deberías dejar de fumar, daña tus pulmones. Ahora debo irme, no fue un gusto verte —canturreo sin verlo.

Guardo mi móvil y giro sobre mis talones para acercarme a la puerta, pero apenas doy un paso fuera del lugar, siento como toma mi mano y tira de ella provocando que retroceda tres pasos. Volteo para ver y tenía a Jungkook apresando mi mano con sus heladas manos. Trato de soltarme, pero no pude por su fuerza.

—Llegare tarde, suelta de una vez.

Jeon metió una de sus manos al bolsillo de su pantalón y con la otra tiro de mi otra vez hasta que solo nos separaban unos cuatro pasos. Ladeó su cabeza haciendo que sus cabellos taparan sus cejas y parte de su ojo derecho y negó con tranquilidad.

Y fue la primera vez que llegaba tarde por culpa de un tercero, pero muy en el fondo no sentí miedo como tal.

No cuando a pesar de su postura negativa, sus ojos y su mano me dieron calidez dentro del invierno.

...

La flor empezaba a querer ver el exterior.

:)

FLOR DE PRIMAVERA || JJK (COMPLETA)Where stories live. Discover now