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Apenas di un paso hacia adelante, Jungkook tiro de mi mochila y terminé golpeando contra su cuerpo. Me sacudí tal cual una lombriz en busca de libertad.

—No seas desesperada, Mirey sospechara.

—No confió en tus amigos —confesé, mirando hacia atrás y viendo más su quijada que sus ojos por la altura.

Se agacho un poco para que su boca estuviera al costado de mi oreja y pude sentir su respiración.

—Son muy confiables y listos.

Se veía convencido, solté una risita burlona para luego girar a verlo directamente.

—Ojalá, ojalá Jeon Jungkook, no pienso correr más de una vuelta —Lo apunte con mi dedo y golpee su frente con el, como solía hacerme.

Como ya era costumbre, sonrió mostrando su dentadura de conejo mimado. Suspire derrotada y regrese a mirar hacia la puerta donde se encontraba la oficina y sala del comité estudiantil. Deseaba tener unos binoculares ahora mismo y orejas supersónicas. Jungkook estaba detrás de mi apoyando su barbilla en mi cabeza por la gran diferencia de altura.

—Aun no veo a Jimin ni a Taehyung.

—Te dije, te dije que eran demasiados flojos como para llegar tan temprano.

Un gruñido de su parte y lo mande a callar jalando se su codo para acercarnos más a la puerta. Estire el cuello tal tortuga saliendo de su caparazón. Siempre había estado acostumbrada a trabajar sola, ahora me costaba confiar en otras personas para que el plan saliera bien. Y si, ya se que yo había ideado el plan, pero eso no impide que mi poca fe en los amigos de Jungkook no salieran a flote.

Al estar más cerca de la oficina, pude ver a cuatro personas dentro y sentada en su escritorio mirándolos, Mirey. Lucia como una mafiosa viendo a quien le cortaría la cabeza. Repase mi mirada entre las cuatro personas que estiraban unas hojas con sus quejas, firmas y más.

—¿Por qué no hay mujeres?

—No tengo amigas mujeres.

Rodé los ojos tanto como pude.

—Se supone que queremos reducir las vueltas en la carrera femenina, ¿Por qué no veo ni una sola mujer?

—Mirey es mujer —soltó como defensa.

Di la vuelta solo para darle un suave golpe en el pecho. Aun no teníamos la confianza de golpear de verdad, porque si no, estaría estampado contra los casilleros.

—Entrare yo —di otro paso para ingresar, pero Jeon me detuvo rodeando mi cintura.

—Tranquila bestia, Mirey te comerá viva.

Chasqueo la lengua.

—Somos mujeres, me entenderá. De todos modos, igual debo ingresar.

—Pero quedamos en hacerlo más tarde y juntos. Para que no pareciera tan sospechoso —recordó.

—Está bien, primero deja mi cintura antes que te muerda.

Como niño bueno, me soltó, pude respirar con normalidad de nuevo. Apenas se distrajo, corrí dentro de la oficina. Pude escuchar a Jungkook susurrando mi nombre. Lo ignoré y tosí con exageración para que todos giraran a verme.

Cuando los ojos de Mirey se clavaron en los míos, empecé a toser agitada y a fingir que estaba coja.

Los cuatro chicos me miraron con pánico, pues esto no estaba en el plan y Jungkook no los había preparado para esto.

—¿Estas bien? —pregunto la presidenta con neutralidad.

Para ser tan joven, daba mucho miedo.

—No, tengo un problema. Acabo de llegar al colegio. Amanecí con dolor en las piernas y con la garganta por culpa de las tres benditas vueltas que di en las practicas.

Me apoye en el escritorio con dramatismo. De reojo vi a los cuatro chicos y con la mirada les indiqué que se fueran. Algo dudosos lo hicieron, salieron dejando la hoja con sus quejas, todo mientras Mirey no me sacaba los ojos de encima.

La puerta se cerró y solo pude ver la nariz de Jungkook antes de quedar a solas con la presidenta. Me enderece con normalidad y deje de fingir algún mal.

—Bueno, es momento de viajar en el tiempo, querida Mirey —canturreo bajo, sospechando que Jeon aún estaba de sapo tras la puerta.

La rubia, si, rubia, porque se habla teñido. Se cruzó de brazos sin recordar nada.

—¿Eres Selene?

—Sí, ya sé que eres demasiado importante como para saber de mi existencia —sonreí y piqué su mejilla.

Soltó una risa burlona y negó con la cabeza.

—Sabía que todo era un plan. No cambiare las reglas, no es mi culpa que algunos no tengan una condición física aceptable.

Negué con el dedo arrugando la nariz.

—Ni siquiera tengo condición para caminar. Así que. —Di un aplauso.

—¿Qué quieres? Estoy muy ocupada como para estas tonterías.

Mirey se sentó y comenzó a mirar otros documentos. Mire de reojo mi reloj de mano, faltaban quince minutos para que mi castigo con Jungkook se acabara y tenga que regresar a clases. Sabía que la rubia debe hacer lo mismo, ya que podía ser la presidenta, pero ante todo era una estudiante más.

—Sacaste la peor nota en tu prueba de postulación a la presidencia.

Apenas escucho lo que dije, empezó a toser. Fingí inocencia cuando me miro sorprendida.

—¿Cómo...?

—Yo hice tu prueba y en ese tiempo pertenecía al comité antes de salirme.

Se levantó y rodeo su escritorio. Coloco de golpe su mano en mi boca tomándome por sorpresa.

—Cuando Soojin me ofreció ayuda, pensé que ella lo había resuelto.

Negué aun con su mano en mi boca, con incomodidad me alejé y aclaré mi garganta.

—No, Soojin me busco y con miedo que otra persona que no fueras tú, tomara la presidencia me pidió intercambiar exámenes. En realidad, quien debería estar sentada en ese escritorio debería ser yo.

Ella no podía creerlo, soltó una risa incrédula. En realidad, ni siquiera yo me acordaba que había hecho aquello, pues en su momento, me sentí el ser más pecador del mundo. Mamá me regaño mucho por no poder ser la presidenta, pero no quería, por eso había accedido a realizar dar la prueba para luego intercambiar con el de Mirey.

Trato de mantener su imagen de mujer seria. Se cruzó de brazos y ladeó la cabeza.

—¿Qué quieres? Haré cualquier cosa mientras mantengas la boca cerrada.

Me hice la sorprendida. Fingí pensar, me toqué la barbilla. Cuando ordené mis palabras, solté:

—Reducir las vueltas de la categoría femenina en carreras y si es posible, facilitar los circuitos de agilidad. Nada de alturas extremas, ni de arrastrase por el barro.

Luego de dejar puntos en claro, salí de ahí diez minutos después con una enorme sonrisa. No encontré a Jeon donde lo había dejado, salí del lugar para buscar por la biblioteca, encontré todo vacío. Mire mi reloj y faltaba tres para que tuviera que regresar a clases. Estaba por rendirme, pero recordé su lugar de descanso y trote hasta llegar detrás de la escuela donde se encontraba aquel salón viejo. Caminé y lo vi ahí sentado con un cigarro entre sus labios. Cuando me vio sonrió.

—Vamos a perder clases para celebrar que lograste la misión.

Apoyada en la entrada oculte una risita.

—¿Cómo sabes que lo logre?

Jungkook ladeó la cabeza.

—Solo lo sé. Ven cuéntame como lo lograste.

Y por primera vez, sin miedo, sin duda ni culpa, decidí perder clases solo para estar junto a él.

...

La flor empezaba a mirar más allá que un simple jardinero.

FLOR DE PRIMAVERA || JJK (COMPLETA)Where stories live. Discover now