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Me coloco en mitad de la entrada y me aferro a las correas de mi mochila, el timbre ya sonó hace unos minutos y estoy con el corazón en la mano. No importaba si Jungkook solo me llevaba a caminar alrededor de la escuela, para mí sería suficiente, pero otra parte de mi aún se sentía aterrada y dolida por todo lo sucedido con él. Respiro profundo, inflo mis mejillas y vuelvo a soltar todo el aire para repetir la acción unas tres veces más. Mis saltitos pueden ser comparados con los de una niña de cinco que espera impaciente que le compren el juguete que tanto pidió.

—¿Estas lista?

Su voz me hizo girar con rapidez, lo vi acercarse con su mochila colgando de un lado. Traía su casaca de la escuela amarrada en su cintura por el calor que empezaba a aumentar.

—Creo que sí, ¿A dónde iremos? —pregunto empezando a caminar fuera.

Acomodo con nervios un mechón de mi cabello detrás de mi oreja. Jungkook se encoge de hombros y solo rodea mis hombros con su brazo que no sostiene su mochila.

—Es una sorpresa, pequeña flor —susurro cerca de mi oído.

Sentí cosquillas en todo mi cuerpo y solo pude sonreír enorme. No sé por cuanto tiempo caminamos, pero estoy segura que fue por algo menos, veinte minutos, donde solo jugábamos en la vereda o nos poníamos al día en todo este tiempo que nos alejamos. No se sentía como si en realidad hubiera existido una especie de muro entre nosotros, todo era tan natural, tan mágico.

Creo que estoy en un maldito sueño, pero no quería despertar.

Llegamos a un lugar céntrico, había un montón de edificios y tiendas de ropa. Algunos callejones y aunque suene algo turbio, Jungkook me llevo a uno de ellos y pateo una puerta vieja dando paso a un edificio abandonado que, aunque al principio me dio miedo, al lado de él pude subir las escaleras infinitas hasta terminar abriendo una puerta de metal y sentir la brisa de Seúl.

Estar en una terraza no fue lo que me dejo perpleja, si no, ver luces y una mesa con comida en ella. Algunas telas de seda blanca colgando de cintas o cuerdas delgadas. Unos cuantos globos de color lila en una esquina de la terraza. Di pasos tímidos observando todo con un nudo en la garganta.

—No te burles de mis habilidades culinarias, mamá nunca me dejo cocinar solo.

—Terminarías incendiando la casa, entiendo, yo tampoco soy muy buena —comento acariciando las telas con detenimiento.

Escucho los pasos de Jungkook y al ver lo que hacía, sonrió cuando toma la silla y la jala para que me sentara.

—¿Mirey te dio clases? Gracias —. Acomodo mi falda del uniforme y tomo asiento.

Jeon sacude su mano indignado.

—¡No! bueno, solo dos, pero soy un ser educado y civilizado gracias a mi madre.

—Uy, uy, cuidado que pronto serás conde o príncipe de Bulgaria.

Suelta una risa tirando su cabeza hacía atrás. Niega mientras toma asiento y destapa los platos. Me topo con dos frascos de ramen instantáneos. Lo miro incrédula y un toque de diversión.

—¿Qué? Yo los compre, merezco al menos un aplauso.

Doy varios aplausos y no puedo evitar soltar risas. Jungkook saca debajo de la mesa, un termo mediano y hecha un poco de agua hirviendo en cada uno de los recipientes. En todo el proceso, solo puedo sonreír y mirar como arruga su entrecejo por la concentración. Pasaron tres minutos y me entrego palillos y el tomo los suyos.

—Sabes, pensé que era raro comer helado mientras corríamos para que la señora de la tienda no nos cobre, pero definitivamente esto es más raro —. Doy el primer bocado y hago un sonido de satisfacción.

FLOR DE PRIMAVERA || JJK (COMPLETA)Where stories live. Discover now