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Era cobarde, lo sabía, porque no quería enfrentar a los chicos. De seguro soné tan patética. Tenía emociones mezcladas, pero definitivamente no tenía el valor para verlos y dejar que me juzguen. Así que inconsciente o no tanto, los evite. Las tareas y horas de estudio en mi casa fueron la excusa perfecta para no verlos mucho. Nos veíamos a lo lejos, podía ver esa interrogante en su mirada, buscando una explicación a mi comportamiento, pero terminaba huyendo.

Como siempre.

Durante una semana pude ser libre de preguntas y dedos señalando mi ser, pero la culpa tomo partido y me acompaño como un susurro en mi oído. Y cuando creí volverme loca, alguien tomo mi muñeca a mitad del pasillo y tiro de mi con fuerza. Mi mirada se pegó en su agarre, tratando de soltarme. Inútilmente trate de liberarme de aquel sujeto. Levante un poco la cabeza y todo intento de huir se fue por el drenaje cuando vi parte de su perfil. A partir de ahí, no puse quejas. Me dejé guiar con facilidad hasta terminar en aquel salón viejo donde lo vi por primera vez.

Soltó mi muñeca ya dentro y como si tuviera miedo que huyera de nuevo, se colocó delante de la salida. Me escaneo con sus oscuros ojos y suspiro antes de abrir los labios.

—Estoy esperando que me digas el motivo por el cual nos estas evitando, Selene.

Que dijera mi nombre me hizo bajar la cabeza tan cual niña castigada. Sentía su mirada tan fija en mí que quise que la tierra se abriera y me tragara por completo. Pero no era por miedo, jamás podría sentir miedo al lado de Jungkook. Era vergüenza, una profunda que me carcomía el alma. Haber aceptado y normalizado actos tan crueles como intimidación por parte de mis padres, que me vieran como una muñeca que se podía tirar y luego consolar con bonitos vestidos.

-No los estoy evitando. -No tartamudeo, pero por dentro muero.

Como si pudiera ver mi mente y supiera que estaba mintiendo, levanta con su mano mi barbilla y no la suelta. Su agarre es suave, pero firme. Sus ojos me llaman y al instante lo miro.

-No mientas, ¿Por qué nos evitas?

Niego con la cabeza, retrocedo dos pasos para alejarme de su agarre. Evito su mirada de nuevo y prefiero ver la manta azul que siempre estaba en el suelo. Es como si una cuerda me impidiera mediar palabra. Jungkook frunce el ceño por mi comportamiento. De dos zancadas largas avanza hacia mí, provocando que yo retroceda patéticamente y choque con una de las mesas viejas.

—¿J-Jungkook? —tartamudeo por su acercamiento sorpresivo.

Levanto la cabeza para poder verlo y me siento tan pequeña a su lado. Él se veía tan seguro, brillante y yo...totalmente perdida entre libros y gritos.

—No quiero parecer un metido, pero no es normal que desaparezcas y que nos dejes olvidados solo por unos estúpidos libros y clases, que, aunque importante, quiero creer, vale más tus amigos. Entonces quiere decir que existe una razón por la cual nos evitas...me evitas.

—D-deberías ser abogado —balbuceo mareada por su cercanía mezclado con su aroma a chocolate y nicotina leve que me avisaba que se había fumado uno o dos cigarros antes de enfrentarme.

Da otro paso y apoya su mano en la mesa. Tengo que tirar mi cuerpo hacia atrás para evitar que su estómago se funda con el mío.

—Selene, por favor...

Su cuerpo me provocaba claustrofobia, pero sus ojos eran una calidad manta para mi corazón. Y con nervios balbuceo cosas sin sentido.

—B-bueno, yo tenía miedo de que me juzguen.

—Se más clara, no hablo balbuceos.

Con frustración en todo mi ser, infle mis mejillas.

—¡Me da vergüenza saber que por mucho tiempo normalice la violencia de mis padres hacía mí! ¡¿okey?! —cerré los ojos para apoyar mi frente en su pecho.

De seguro me saldrá con su sermón, se burlará y me tendrá como una tonta. Aquello lo afirme cuando escuche una estúpida risita. Me aleje realmente enojada, avergonzada y con ganas de llorar.

—¡¿De qué te ríes?! ¡Eh! ¡Búrlate! Yo me largo —chillo.

Lo empujo con todas mis fuerzas y paso por su costado con los brazos a los costados y hechos puños. Pero no avanzo ni tres pasos y Jungkook tira de mi muñeca provocando que me estrelle en su pecho. Rodea mis hombros y me abraza para luego besar mi cabeza mientras seguía soltando risas.

—Eres muy tierna cuando te enojas.

—¡Suéltame estúpido conejo! —trato de sentarme.

Me remuevo como una sanguijuela y parece que aquello acabo con la paciencia de Jeon. Pues me tomo de la cintura y de un momento a otro ya estaba sentada sobre la mesa. Todo insulto se quedó en el olvido y deje de respirar por unos segundos donde me quede observando como sus ojos se volvían pequeños y sus dientes de conejo salían a relucir. Arrugo la nariz para luego golpear mi entrecejo.

—¿Por qué te juzgaría? ¿Eh? Pequeña flor, ¿Acaso me crees capaz de burlarme?

—Pues lo estás haciendo ahora mismo —refunfuño sin dar el brazo a torcer.

Ladea la cabeza y borra su sonrisa de a poco, tornando el ambiente más serio. Toma un mechón de mi cabello y lo lleva detrás de mi oreja.

—Nunca, si sonrió es porque tienes un corazón tan precioso que temes de la reacción de tres personas que recién conoces. Pero también me siento triste al saber por lo que tuviste que pasar.

Baje la mirada mordiendo mi labio inferior.

—Me sentí muy confundida al darme cuenta que algo no iba bien en mi familia y tuve que verlo desde otra perspectiva para entenderlo. Ahora no sé cómo actuar frente a mis padres.

—Son tus padres, no puedes hacer nada. Pero si puedes impedir que vuelva a suceder, tienes voz y un hermoso corazón, ninguno de los dos debe ser callado por el miedo. —Buscó mi mirada y cuando lo mire sonreí levemente.

Lentamente se acercó y dejo un beso en mi frente, cerré los ojos para disfrutar el efímero contacto. Cuando se alejó me guiño un ojo. Me ofreció su mano para ayudarme a bajar de la mesa.

—¿Qué tal me salió mi papel de fuckboy?

— ¿Fue Jimin? —pregunto saliendo del salón.

—No, bueno sí, pero yo fui el actor. Así que merezco los créditos.

—¡Pero si fue pesimaaa! —chillo dando un saltito.

Empezamos a cruzar el patio y metí mis manos en la chaqueta de la escuela por el frío. Jungkook sonrió tirando su cabeza hacía atrás.

—Uy si, no parecía cuando casi mueres por mi cercanía.

—Tonterías, estas alucinando —sacudo la mano dramática.

Cuando giramos a ver al frente, vi a Mirey. Como una loca corrí hacia ella, me sentía algo mal por lo que paso y aunque literalmente no hice nada, eso era lo que me molestaba de mi misma.

—¡Hola!

Ella dio un salto del susto, pero rápidamente se cruzó de brazos tomando esa postura digna de la realeza. Jungkook llego detrás de mi caminando calmado y rodeo a Mirey por los hombros para sonreír como un conejo. Andaba muy feliz luego de casi provocarme un ataque al corazón.

— ¿Qué te parece un helado en la salida con Jimin y Tae más? ¿Sí? ¡claro! Nos vemos en la salida.

No la dejo hablar y tiro de mi muñeca. Con dificultad me despedí de ella, pues faltaba poco para la siguiente clase.

...

Nunca dejes que tu voz y corazón sean callados...La flor lo entendió ese día.

FLOR DE PRIMAVERA || JJK (COMPLETA)Where stories live. Discover now