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Corrí lejos de ahí y con miedo de que algún profesor me viera, me escondí en la biblioteca. Tome asiento y tome cualquier libro para hundir mi cabeza ahí y poder respirar. No quería llorar, no por una tontería, es algo infantil e inmaduro de mi parte enojarme por algo así. Sabía que quizás era una acumulación de emociones, no me sentía bien desde el domingo en la noche, no cuando aquel nudo se formó luego de lo dicho por mi madre. Por alguna razón, Dhalia y Miranda ni siquiera me hablan, no sé qué hice y me siento culpable. Papá sigue igual de lejano y quisiera solo desaparecer, no sentir tanta presión, pero es mi deber, poder satisfacer las expectativas de mi familia.

La primera lagrima bajo por mi mejilla y me sentí inútil, patética y poco genial. Al despegar mi rostro del libro para retirar las lágrimas, me tope sorprendida a Jungkook sentado a mi costado mirándome preocupado. Se veía algo agitado, apenada por preocuparlo así, baje la cabeza y al querer limpiar las lágrimas que caían, él no me dejo hacerlo.

—No, no te contengas.

Acumule todo el aire que pude y trate de hablar.

—N-no creo ser lo suficiente buena.

Ante lo dicho por mí, lo vi contener la respiración durante varios segundos. Entonces entre el silencio del lugar que era roto por mis ahogados sollozos, acerco sus pulgares y con delicadeza limpio mis mejillas, quitando las lágrimas que caían por ellas. Me quede quieta, observando como parecía sentirse dolido al igual que yo. Su entrecejo se mantenía fruncido por la concentración y entre la corta distancia, susurro.

—La vida es muy corta como para ser suficientes. Deberíamos ser felices, no suficientes.

Y como si fuera un golpe a mi corazón, solté lagrimas más gruesas, deje que mis quejidos salieran apoyando mi frente en su hombro. Pude sentir su mano acariciar mi cabeza y mi espalda. Cada lamento que soltaba entre ahogados quejidos eran equivalentes a enormes paginas narrando mi dolor.

—P-pero si no soy suficiente, n-no seré ser feliz —balbuceo aun escondida en su hombro.

Jungkook toma mis hombros y me aleja unos centímetros. Ladea su rostro y me regala una sonrisa sincera, casi cálida.

—Mi pequeña flor, ¿Desde cuándo tu felicidad depende de algo tan banal?

No respondí, seguí llorando hasta que no tuviera fuerzas. Solo quería un abrazo y él lo supo, me atrajo hacia su cuerpo y por unos minutos sentí calidez, alivio y, sobre todo, que no estaba tan sola.

El tiempo paso lento a su lado, algo bueno, porque no me sentí tan miserable como otras veces. Pude llorar sin temer que mis hermanas me vieran o mis padres me regañaran. Y es que incluso algo tan sencillo y humano como enojarme se me era prohibido, pues mantener la buena imagen incluso en familia me dejaba en claro que debía tratarlos como si de extraños se tratasen. Continuamente sentía cuerdas atadas en cada parte de mi cuerpo, como si de un triste títere fuese. Cada palabra dicha con al menos tres minutos de análisis, así evitar algún error.

Una flor artificial, así me sentía.

Que mis pétalos habían sido remplazados por unos falsos de colores brillantes. Pero con Jungkook las cosas cambiaban. No lo conocía del todo, el tampoco a mí, pero jamás dudo en darme una mano para ayudarme. Incluso ahora me vio quebrarme, no se burló, no se quejó ni minimizo mi pesar.

—¿Te sientes mejor?

Tenía miedo de alejar mi rostro y apareciera mi cara impregnada en su polo, aunque imposible, no dejaba de ser un estúpido temor. Negué aun sin alejarme y fingí ser llorando. Pasaron varios minutos, donde Jeon aún me soporto.

FLOR DE PRIMAVERA || JJK (COMPLETA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora