Capítulo 7: Solo quiero amarlo

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No podía dejar de darle vueltas al asunto, desde que había dejado a Christopher en su nueva habitación en el hospital, hoy por la tarde. Debía tomar una decisión, pero sentía que no podía tomarla sola, necesitaba la opinión de un tercero que la ayudara a ver las cosas con claridad.

Christian la recibió ya enfundado en su pijama y con cara de pocos amigos, pues cuando tocó a su puerta ya eran más de las 11 de la noche. Luego la llevó adentro, sirvió café para ambos y le dio el espacio para que ella le contara todo lo que había ocurrido. La escuchó atentamente por largo rato y se quedó en silencio otro poco cuando la pelirroja terminó su relato.

—Lo que me cuentas es muy complicado —dijo por fin—. Obviamente tienes que decirle la verdad, no es una mentira que puedas sostener en el tiempo.

—Ya lo sé —apoyó los codos en la mesa de la cocina, luego deslizó sus manos por su cabello, desde la frente hasta llegar a la nuca y las dejó ahí, en gesto desesperado—. Racionalmente sé lo que tengo que hacer, pero cuando estoy más convencida de contarle, más se me exprime el alma al no aprovechar esta oportunidad...

—¿Oportunidad? —la interrumpió—. ¿Qué Christopher tenga una lesión, te parece una oportunidad? Dulce, por favor, piensa con la cabeza.

—¡No puedo! —bramo, levantándose de la silla. Luego comenzó a caminar por la cocina como si fuese un león enjaulado.

—Mira, la doctora te dijo que lo más seguro es que Chris recuerde todo muy pronto. ¿Qué vas a hacer cuando te pida explicaciones?, o, ¿Qué vas a hacer si Anahí te llama para saber cómo está él? —suspiró—. Christopher se enojará muchísimo contigo cuando descubra que lo has estado engañando. Y tú quedarás destrozada al final de todo esto, porque ninguno de los dos te va a perdonar.

—De igual forma nos separaremos —se encogió de hombros—. Después de que Christopher recuerde lo que pasó entre nosotros, todo se volverá extraño e incómodo... Si todo ya está terminado, ¿por qué no aprovechar este giro del destino? —dijo citando lo que Maite le había leído en las cartas—. ¿No te das cuenta? en este tiempo yo podría mostrarle mis sentimientos al hombre que amo y demostrarle que la que ha estado aquí para él, siempre he sido yo.

—O sea, que quieres bajarle el novio a tu mejor amiga —soltó, cruzándose de brazos mientras la evaluaba.

Dulce cerró los ojos con fuerza al escuchar la frase de su amigo. Dicho así sonaba horrible y se rehusaba a verlo de esa forma tan cruel, pero ¿a quién quería engañar?, en lo más fondo de su ser, eso era lo que quería. Era lo que había querido siempre en el interior de su corazón. Definitivamente, no robárselo, como se lo estaba planteando Christian ahora, pero sí había guardado la esperanza todos estos años de que Christopher, por alguna razón milagrosa, se diera cuenta de que a la que realmente amaba era a ella y no a Annie.

—Si —respondió por fin, dejándose caer en la silla de nuevo. Pero al escucharse sacudió la cabeza y volvió a ver a su mejor amigo—. Es decir, ¡no!. No quiero robárselo, Christian. Dios sabe que no podría y no solo por lo reprochable que eso sería, sino porque, aunque lo intentara, Christopher jamás voltearía a verme a mí. Él ama Anahí, siempre la ha amado a ella —dijo lo último con toda la tristeza con la que cargaba hace 9 años.

—¿Que no voltearía a verte? —bufó con ironía—. Dulce, por si no te acuerdas, en cuanto le confesaste tu amor, él no tardó en ir a buscarte a tu casa y, después, meterse en tu cama.

—Si, pero eso fue un error y él me lo dejó saber con su arrepentimiento.

—Lo que haya sido, pero ocurrió —levantó las manos y alzó las cejas para darle más certeza a su frase—. No conozco mucho a Christopher, pero por lo que me has contado en estos días, a mi me parece que no le eres del todo indiferente, al menos no con la convicción férrea que tú te has obligado a creer. Además, ¿no se te hace raro todo esto que está pasando?

Ella o yoWhere stories live. Discover now