Larga charla

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...

--¿Y eso qué fue?-- preguntó Sirius cuando Elena se separó de sus labios.

--Creo que ambos sabemos que sabes qué es lo que fue-- Black llevó sus manos a ambos lados de su rostro, acariciando las mejillas de la bruja con sus dedos pulgares.

--Quizá necesite que lo hagas otra vez, sólo para estar seguros-- Elena sonrió, acercándose a sus labios lentamente hasta que estos nuevamente se unieron.

Sólo le llevó unos minutos al pelinegro para tomarla de la cintura y recostarla en la cama, colocándose encima de ella para no interrumpir su apasionado beso.

Con una mano se encargó de adueñarse de una de las piernas de Elena, colocando esta sobre su cintura, mientras que con la otra mano viajaba por debajo de la camisa de Yaxley a lo largo de su abdomen, provocándole cosquillas.

Pero fue cuando Elena desabotonó y bajó la cremallera de su pantalón hábilmente y se adueñó de los largos cabellos negros de Sirius, que éste se alejó.

--No, no, esto no está bien-- dijo de repente, apartando los mechones de su cara, reprochándose algo mentalmente.

--Créeme, está perfecto-- lo corrigió Elena, adueñándose de su cuello para acercarlo a ella nuevamente, ya que después de meses sin contacto físico con Black, lo necesitaba tanto como el aire que respiraba. 

--Sí, esto está magnífico-- jadeó mientras Elena besaba su cuello y descendía a su torso --Pero no es correcto-- añadió juntando las fuerzas necesarias para alejarse y que ella dejara de tentarlo, porque sabía que cedería.

--¿Ah, no?-- preguntó divertida, manteniendo un contacto visual con Black, bajando de la cama.

--N-No...-- respondió tartamudeando al ver que Elena empezaba a quitarse la camisa.

--¿Y por qué no?-- volvió a preguntar, acercándose a él como un cazador a su presa.

--P-Porque debemos de hablar p-primero-- respondió nervioso desviando la mirada cuando la castaña se quitó el pantalón, porque sabía que no podría resistir ni un momento más a la tentación.

--Dicen que las acciones dicen más que mil palabras ¿No es verdad?-- tomó al pelinegro del mentón para volver su vista a ella, a la vez que desamarraba el cordón del pantalón pijama de Sirius --Pero habla, te escucho...

--Demonios, Elena-- la interrumpió Black, posando sus manos en la cintura desnuda de la castaña, llevándola nuevamente a la cama, peleando con sus impulsos para no besarla --Eres la única mujer capaz de hacerme tartamudear y ponerme los pelos de punta.

--No es lo único que te pongo de punta ¿Oh sí?-- Sirius rio ante estas palabras, negando incrédulo por la intrepidez de Elena.

--Extrañaba esto-- dijo colocando uno de los castaños mechones de la bruja detrás de su oreja con una sonrisa de lado --Tú y yo.

Elena no pudo evitar formar una sonrisa ante la cara de bobo enamorado que el mago frente a ella tenía, y no pudo evitar imitar su gesto y alejar uno de los mechones negros en su rostro detrás de su oreja.

--Igual yo, como no tienes una idea-- respondió juntando sus frentes.

--Pero estás con Dorian, y quiero hacer las cosas bien contigo esta vez, te lo mereces y me lo merezco, ambos lo merecemos-- Elena soltó una pequeña risilla ante la inocencia de Black.

--No estoy con Dorian, bobo, después de que él y yo nos separamos, no hemos vuelto a estar juntos, no podría hacerle eso otra vez.

--¿Hacerle qué?-- ella suspiró tomando asiento en la orilla de la cama, entrelazando sus manos con las del pelinegro.

Historia Mi felicidad y mi tristeza (Pt.2) (Continuación)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora