Un inesperado final

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De acuerdo, antes de empezar este capítulo, debo decir que estoy algo preocupada porque han dejado de comentar de repente.

Me pregunto si es un tipo de huelga por no haber escrito los detalles :/.

Admito que me pone un tanto triste no poder leer más sus comentarios que tanto me divertían, no sé si sea algún problema con Wattpad o algo por el estilo.

Bueno, de cualquier manera, continuaré la historia (aunque he considerado lo contrario), ya que la trama es buena y servirá como pilar de próximos fanfics.

Sin más que decir, espero que disfruten del capítulo.

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Al siguiente instante, Walburga y Orión entraron también al cuarto, seguidos de Kyllian.

La señora Black caminó rápidamente hasta la recién nacida, prácticamente arrebatándola de los brazos de su madre.

La bruja le dio la espalda a su hijo y nuera, observando orgullosa a su nieta, pero una vez que vio su apenas notables mechones rosas, formó una mueca de desagrado y en sus ojos expresaba su espanto.

--¿Qué pasa, querida? - preguntó el señor Black, avanzando hasta ella para poder entender el origen de su reacción --Wow...

Regulus y Victoire intercambiaron miradas preocupados por cómo los estrictos y sombríos señores se tomarían las habilidades de su hija.

--Es una cambia formas, como la mocosa, hija de la oveja negra que tuvo que tolerar mi pobre hermano Cygnus.

Cuando Elena y Sirius escucharon como se refirieron a Andrómeda y la pequeña Tonks, abrieron abrieron la boca dispuestos a armar un alboroto.

--Tal parece que está en los genes-- los interrumpió el vampiro, colocándose frente a ambos peleoneros, sonriéndole juguetón a Walburga, quien le miraba con desagrado.

--¡Ugh!... Aún no entiendo qué es lo que haces aquí-- respondió ofendida, devolviendo la bebé a sus padres, quienes se encontraban congelados por la situación --Necesito aire fresco... ¡Kreacher!-- gritó para después salir del cuarto, seguida por su esposo.

--Esa bruja...-- masculló Elena entre dientes, apretando los puños tan fuerte que sintió cómo sus uñas se enterraban en su mano.

--Nada es lo suficientemente perfecto para ella-- agregó Sirius, igualmente disgustado, tomando su mano para acercarla a la cama.

--Reggie...-- soltó finalmente Victoire, sorprendida por lo que acababa de pasar.

No esperaba que su hija fuera tan mal recibida por sus suegros ¡Mucho menos en frente de ella!.

--¡Voy a matar a tu madre!-- gritó repentinamente, casi despertando a su bebé, que se había quedado profundamente dormida en sus brazos.

--Le harías un gran favor al mundo-- se burló Sirius, acercando su rostro a su sobrina --Mírate nada más... Tanto potencial para poner el mundo patas arriba. ¡Sí que es mi sobrina!-- exclamó orgulloso.

--Se le pasará, lo prometo-- le dijo el pelinegro para tranquilizarla, depositando un dulce beso en su cabeza.

--Bueno...-- comenzó Blair, quien había estado observando la incómoda escena en silencio al lado de su partera ayudante --Nuestro trabajo está hecho ya.

Con su mano frotó los dedos, indicándole al padre primerizo que quería su pago.

--Oh, cierto, casi lo olvido-- rio nervioso, separándose de su futura esposa --Vuelvo en un santiamén-- le dijo, depositando un largo beso en sus labios.

Historia Mi felicidad y mi tristeza (Pt.2) (Continuación)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora