Hasta pronto

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...

---¿Están bien?--- preguntó Marlene preocupada, acercándose a la silla donde los magos esperaban a que Bennie y los bebés terminaran de ser atendidos por la sanadora ---Vine tan pronto como me enteré.

---¿Mallory y Jasper junior?--- la cuestionó Elena, preocupada al ver que no estaban con ella.

---Los dejé donde tu madre--- le explicó ---Alice y Frank ya vienen para acá también.

La puerta se abrió, y entró Blair, la única sanadora de confianza, para entregarle los bebés a sus respectivos padres.

---¿Y Bennie? El elfo--- le aclaró Yaxley.

---Está bien, sólo necesita descansar y se pondrá como nuevo--- le aseguró la bruja, entregándole a Harry a sus padres, Hermione y Jane a Sirius y a Elena ---Los bebés también se encuentran bien, quizá tengan el estómago un poco sensible y sufran de mareos, pero nada grave.

---Ya he avisado a Dumbledore--- anunció Molly, quien venía entrando a la habitación ---Llegará en cualquier momento.

Los presentes asintieron y la siguieron a la sala de reuniones, donde se encontraban todos los miembros de la Orden, al menos los que quedaban con vida.

Alice se apresuró a abrazar a sus amigas víctimas del ataque.

---¿Se encuentran todos bien?--- les preguntó echándole un vistazo a los bebés y a Sirius y James para asegurarse de que todos estuvieran en una sola pieza.

---Estaría mejor si pudiera devolverle el Crucio a esa cucaracha inmunda--- se quejó Sirius.

---De no ser por Remus y Peter, quizás no estaríamos aquí--- dijo Lily, sonriendo agradecida a sus amigos.

---¿Cómo supieron que estábamos en peligro?--- los cuestionó James, curioso como siempre.

---Fueron los dijes ¿No es cierto?--- los cuestionó Elena ---Los quemaron como la otra vez.

Peter y Remus enseñaron su muñeca quemada a sus amigos.

---Doloroso pero efectivo--- bromeó Lupin.

---Menos mal aún tenía guardada tu capa de invisibilidad, James--- soltó aliviado Pettigrew.

De repente, Dumbledore y la profesora McGonagall aparecieron en el lugar, causando así que todos guardaran silencio por su llegada.

---Temo saber que Voldemort los tiene en la mira--- dijo el director de Hogwarts y líder de la Orden del Fénix, provocando algunos murmuros cuando pronunció ese nombre ---Y cuando eso pasa, las únicas salidas involucran cumplir sus deseos, o morir.

---Eso no ayuda en nada--- se quejó Elena, abrazándose a Jane a la vez que sostenía la mano de Hermione.

---Lo sé, pero quizá esto sí--- dijo él, otorgándole la palabra a Minerva, quien les mostró un delgado libro.

---El encantamiento fidelio--- les explicó ella ---Ayudará a ponerlos a salvo, al menos hasta que encontremos la manera de derrotar a Quien-ustedes-saben.

---Pero estaríamos encerrados... No quiero convertir a mi hijo en Nabunzel--- repeló James.

---Es Rapunzel, cielo--- lo corrigió Lily.

---Como dije, será solo hasta que las aguas se calmen una vez que quién-no-debe-ser-nombrado sea derrotado--- les aclaró su antigua maestra de Transformación.

Elena agachó la mirada, pues según lo que sabía por lo que Severus le había dicho, eso no sucedería hasta dentro de una década y tantos años.

Intercambió miradas con Sirius y sus amigos, para después depositar su atención en sus hijas, que eran lo único que importaban en ese momento.

Historia Mi felicidad y mi tristeza (Pt.2) (Continuación)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora