La advertencia de Severus

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...

El mismo día.

Al fin entraron ambos magos con sus dos hijas, dirigiéndose a la habitación de Alice, pues Elena se moría de ganas porque sus hijos se conocieran, ya que esperaba que en un futuro no muy lejano tuvieran una amistad tan fuerte como la de ellas.

Cuando entraron se encontraron con la madre de Frank, quien hablaba con su hijo sobre miles de consejos que a ella le habrían sido útil cuando él era un bebé.

---Tienen que limpiarle muy bien su parte íntima, porque si no le pasará al pequeño Neville lo mismo que a ti, y podría también dejarle secuelas--- Sirius ahogó una carcajada al escuchar esto, y Elena no lo pudo culpar, pues ella estaba igual.

---Mejor hablemos afuera de esto, madre--- le pidió Frank al notar que incluso Alice tenía ganas de reír.

---Bueno, concibió a Neville así que supongo que las consecuencias que tuvo ahí abajo no fueron tan graves--- bromeó Elena una vez que la Sra. Longbottom y Frank estuvieron afuera.

Sirius y Alice rieron ante estas palabras.

---Hermione, Jane, él es Neville. Neville, ellas son Jane y Hermione--- los presentó Alice.

Sirius y Elena colocaron con cuidado a sus hijas a los lados del pequeño Longbottom.

Jane sonrió intrigada al ver una criatura tan pequeña parecida a sus primos, volteando a ver a sus padres y luego a Neville de manera consecutiva para confirmar que ellos estuvieran viendo lo mismo.

Hermione, por su lado, tocó con su dedo índice la mejilla de Neville, quien frunció el ceño ante este gesto.

---Son tan lindos--- dijo Alice, enternecida por la escena.

---¿Te imaginas que alguna de ellas termine saliendo con él cuando sean grandes?--- bromeó Elena.

Al oír estas palabras, Sirius, como todo padre sobreprotector y celoso, retiró a Hermione tan pronto como pudo.

---Mis hijas no pensarán en muchachos hasta que tengan 30--- aseguró Black, saliendo del cuarto.

En agradecimiento al apoyo que los presentes habían mostrado, Frank les ofreció una cena que era más bien parecida a un banquete.

---Su atención, por favor--- pidió el mago, levantándose de su asiento, Sirius y Elena dejaron de alimentar a sus hijas con el puré de calabaza para prestar atención a lo que tenía para decir ---Alice y yo apreciamos mucho su ayuda en este día tan especial, por lo que queríamos invitarlos a pasar aquí la noche, pues ya está muy oscuro como para considerar que regresen a sus casas.

---¿En serio quieres tener 5 bebés bajo tu techo?--- preguntó Marlene, que a su lado estaba la carriola doble donde se encontraban sus mellizos durmiendo.

---No, él lo que quiere es que le ayudemos haciendo de niñeras con Neville--- bromeó Sirius, tratando de limpiar con una servilleta la mancha de papilla que había dejado caer en la ropa de Jane (quien aprovechó para comer de su ropa).

---Oh, no, no, no lo hice con esa intención, en serio--- se apresuró a excusarse Frank.

---Tranquilo, está bromeando--- le aclaró Elena, comiendo de su platillo al mismo tiempo que Hermione comía por sí sola de la papilla.

---Sí, sí, es broma, pero claro que si quieres contratarme de niñero, debes de saber que el precio es más alto que una cena.

---Por Merlín, Sirius ¿Quién querría contratarte a ti de niñero? ¡Lavaste la ropa de las mellizas con ellas adentro!--- se burló James.

Historia Mi felicidad y mi tristeza (Pt.2) (Continuación)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora