Un nuevo comienzo

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...

Tocaron la puerta rápidamente, desesperados porque alguien les abriera, tocando sin parar hasta que al fin, la puerta se abrió, dejando ver a un elfo malhumorado.

Claramente no le alegraba el día el ver a Sirius frente a él, y justo cuando estuvo seguramente dispuesto a soltarle un insulto, Regulus apareció.

--Sirius, Elena, me alegra que les haya llegado mi carta. Vamos, síganme, Victoire está por acá-- les indicó apresurándose a regresar por donde vino.

El pelinegro no pudo evitar dedicarle una sonrisa triunfal al elfo antes de pasar a su lado, siendo jalado por Elena para que no perdiera el tiempo con simples peleas.

Subieron las escaleras rápidamente, siguiendo los pasos de Regulus, quien al llegar a uno de los tantos pisos de la mansión, se detuvo para dirigirse a uno de los cuartos, donde Victoire se encontraba en una cama, y ​​al lado de ella se encontraba Walburga, quien sostenía su mano, y Orión, quien hablaba con la partera.

--¡Elena! - exclamó su hermana al verla entrar al cuarto, formando una gran sonrisa en su rostro.

Provocando que los señores Black también voltearan a ver a los recién llegados, y al contrario de Victoire, en el rostro de la señora de la casa, se formó una mueca de desagrado al ver a su hijo al lado de Elena.

--Como te atreves a poner un pie en esta casa-- masculló avanzando con paso firme hasta ellos.

Por reflejo, Elena se puso delante de Sirius, mirando a su suegra con el ceño fruncido.

--No son dignos de...

--¡Mamá!-- exclamó Regulus, colocándose delante de Elena, quedando frente a frente con Walburga --Te pedí sólo una cosa-- le recordó enojado.

Al verse regañada por, al que ella llamaba, su único hijo, apretó la mandíbula, se siguió de largo ofendida y salió del cuarto.

Para sorpresa de todos, Orión prefirió no opinar nada sobre la presencia de su hijo y también optó por salir del cuarto.

--Yo me largo-- susurró Sirius tan bajo que sólo Elena pudo escucharlo, y lo tomó por la muñeca cuando intentó perseguir a sus padres, sabiendo lo mal que podría terminar.

--Me alegra tanto que hayan venido tan rápido-- dijo su hermana, sentándose en la cama, extendiendo su mano hacia Elena.

--No creerías que nos lo perderíamos ¿Verdad?-- respondió caminando hasta ella, sentándose a su lado en las orillas de la cama --¿Cómo va la pequeña Venus?

--La ​​partera dice que aún falta tiempo para empezar la labor de parto, mencionó algo sobre la dilatación o algo así-- le explicado su cuñado, quien se subió a la cama y se sentó junto a Victoire, depositando un beso en el dorso de su mano --Pero si algo es seguro, es que tendremos a nuestra pequeña en brazos antes de que acabe el día-- dijo con una sonrisa que contagió a la futura madre.

--Espero que estés preparado para cambiar pañales y no dormir en toda la noche por los llantos de mi pequeña sobrina-- se burló Sirius con una sonrisa de lado, parándose al lado de Elena.

--He estado conviviendo con una bruja embarazada por nueve meses, ya nada puede asustarme-- se burló también, recibiendo un almohadazo de parte de "la bruja embarazada".

--Alguien se está ganando ocuparse del cambio de pañales por un mes entero-- lo amenazó, formando una mueca cuando sintió una contracción --Sé bueno y tráeme más almohadas y quizás reconsidere tu castigo.

Regulus rio ante las palabras de su novia, depositando un beso en sus labios antes de pararse de la cama y pedirle a Sirius que lo acompañara.

--Me pregunto de qué querrá hablarle-- dijo Victoire, Elena la miró confundida --Traer almohadas no es tan difícil como para que sea una tarea de dos ¿No lo crees?.

Historia Mi felicidad y mi tristeza (Pt.2) (Continuación)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora