Asco

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Andy

No lloro solo por ellos. Lloro por todo.

No sé cómo llegué al punto de estar tan infeliz conmigo mismo para llegar a separarme de mi familia, mis amigos y... Me cuesta caminar, entender que esta es la puta realidad. Mis amigos, ¿podría haber cambiado algo si me quedaba? La última vez que los vi, fue cuando de alguna forma cagué su relación. Otra vez, yo cagando todo. No tuve ni la puta idea de llamarlos para pedir perdón por todo lo que les hice.

Ahora intentarlo con Katia es imposible y con Teo se siente tarde. Sigue en la sala de emergencias desde ayer y por más de que le ruego a mi mamá y a Luis, no pueden hacer nada para dejarnos entrar en la habitación, ni a mí ni a ninguno de mis amigos que están despiertos desde ayer esperando. Si Teo llega a seguir a Katia, me voy a morir por dentro. Todo se siente cómo un eterno dominó de desgracias y yo simplemente no puedo dejar de sentirme culpable.

Cuando Luis me llamó no solo salí disparado del departamento, sino que manejé como un loco hasta llegar al hospital, sin parar, sin tener cuidado, es pura suerte que no choqué contra algo o alguien y termine muerto. Solo tenía que verlo con mis propios ojos, para entender realmente lo que estaba pasando. Mi mamá me dijo por teléfono antes de estacionar que Katia había fallecido, pero decidí no creerlo hasta que llegara al hospital. No es que quisiera guardar el secreto, sino sinceramente no le creí, no quería esparcir mentiras y hacer sufrir a todos por nada. En mi cabeza ella estaba bien, ella seguía acá con nosotros.

Cuando llegué, Rocío fue la primera persona a la que vi y después de tener la confirmación fui yo él que le tuve que decir que su mejor amiga estaba muerta.

—Ro... Katia.

—¿Qué? No me digas nada malo, Andy.

—Perdón, Ro.

—No me digas nada malo, no te atrevas a decirme nada malo, ¡no te lo voy a perdonar nunca!

Tuve que respirar profundo mientras sus ojos se llenaban de lágrimas.

—Está muerta... Katia está muerta.

Nunca había visto a Rocío con esa expresión de dolor en su cara. Esa expresión que se dibujó en su rostro gracias a mis palabras. Ella salió corriendo por el pasillo con el celular en la mano sin mirar atrás.

—¡Ian! ¡Ian, por favor vení!

Me quedé viendo a Ivana quien empezó a caminar lentamente detrás de su novia, mientras llamaba a la persona que todos siempre llamábamos cuando no sabíamos qué hacer.

La familia de Katia nos culpa a nosotros, sus amigos, por todo lo que le pasó, y puede ser que tengan razón. Siento culpa, siento mucha culpa y sé que todos sentimos la misma sensación de pesadumbre. Pasamos el tiempo pensando que solo era una etapa y que iban a dejar de consumir ellos solos, haciéndolos un chiste y al final... Estamos acá. Nadie quiso hacer nada, creo que no porque no queríamos la responsabilidad, sino porque nunca se sintió como algo muy serio. Debería haberme tomado todo más en serio cuando Ian me contaba sus cosas por teléfono. Como Ian no estaba muy alarmado yo no lo estaba tampoco, pero ese es mi problema, siempre dejo que el efecto del espectador se apodere de mí, sentía que si era serio alguien más iba a ayudar. ¿Pero a quiénes tenían? Solamente a nosotros, y no hicimos nada.

Una vez que terminamos de recibir los gritos de los padres de Katia, nos quedamos solamente los amigos de Teo y su primo en la sala de espera. En silencio, nadie dice una palabra por... por lo menos una hora.

—Perdón, Andy. Por reaccionar así.

Rocío me toma la mano llamando la atención de todos y evito la mirada de Sabrina que me contempla desde la esquina, antes de agacharse para tomar una lata de la máquina expendedora. Ivana está a los pies de Rocío, Berni está dormida sobre el hombro de Ian quien carga su celular sentado en el suelo al lado de la toma eléctrica de la pared más cercana.

MomoWhere stories live. Discover now