Persecución

632 133 123
                                    

Andy

El chico petiso con la cara de Teo, que parece un hongo recién hervido, me contempla con miedo y yo solo quiero saber realmente lo que está pasando. No sé si es bueno que me vaya y deje a quien es claramente el novio de Esteban a cargo de Cora, que sigue durmiendo y levantando fiebre. Pero tampoco sé si debería quedarme para cuando ella se despierte. Cris me mira con miedo, sin responder, sus labios vibran y ya tengo mi respuesta.

—¿Cora sabe?

Lanzo sin pensar. Cris asiente. Me muerdo el labio y me pregunto por qué nadie me contó nada de todo este circo.

—¿Ian sabe?— Cris vuelve a abrir los ojos asustado. —¿Sabes que quedarte en silencio pero abrir los ojos con pánico es casi como gritar tu respuesta? Tenés que practicar en esto de ocultar cosas.

Dejo mi codo sobre el apoyabrazos y reposo mi sien en mi puño.

—Perdón.

—Oh, no me pidas perdón. Solo... practicá un poco.

Cris se acomoda un poco mejor y mira a su alrededor. Me hace acordar tanto a su primo, pero de una manera extraña, ambos tienen cara angelical, pero Teo tiene un dejo de melancolía, mientras que Cris un dejo de dicha. No sé qué hago acá, debería estar con Teo. Él debería estar con Teo. ¿Está Ian con Teo? Levanto el celular y le mando un mensaje.

—¿Está Ian en su taller?

Le pregunto a Cris y él se recompone antes de responder, esta vez encuentra su voz.

—No. Pensé que íbamos a abrir hoy. Pero cuando lo llamé me dijo que nos tomábamos el día.

—¿Podés guardar el secreto de que estoy acá? No le cuentes a Ian... o a Berni o a quien sea que te cruces después de acá.

Él enseguida cambia su expresión, ya no tanto a la defensiva pero extremadamente curioso, se inclina hacia adelante y se lleva la lengua a las paletas antes de largar lo que estaba siendo cocinado en su mente.

—¿Qué hacés acá exactamente, Andy?

Es tan chiquito y tierno que me dan ganas de meterlo en un placar o algo para ver si entra y cuánto dura.

—No lo sé. Pero tengo una situación para vos: un amigo tiene a alguien que quiere y quiere ver pero no sabe si aparecer en su vida es lo mejor o no.

—Andy.— Dice ahora con una cara nula, casi como si pensara que soy un completo tarado. O en realidad, como si se diera cuenta, porque lo soy. —Sé que estás hablando de vos mismo.

—Bueno, no me dejaste terminar, mi amigo soy yo.

Él se queda mirándome con cara de nada por lo que sigo con mi pregunta mientras se acomoda en el apoyabrazos con los brazos cruzados.

—¿Sabés todo lo que pasó?

—Creo que a grandes rasgos, sí. Soy amigo de Cora, primo de Teo, trabajo con Ian y Berni, me llevo bien con Rocío e Ivana, sin contar que soy nov... mejor amigo de Esteban.

Es por esto que odio estos pueblos. Pueblo chico, infierno grande y la amiga de la tía de tu panadero, acuchilló al novio del hermano de tu abuela. ¿Quién no va a saber todo lo que pasó? Apuesto a que todo el mundo sabe. Debe ser por eso que estuve tan empeñado en no volver, no quiero afrontar el hecho de que todo el mundo sabe todo lo que hice. Lo que le hice. Lo que me hice. Lo que nos hice.

—¿Qué tengo que hacer? ¿Espero a que se despierte? ¿O me voy como si nada hubiera pasado?

Cris levanta una ceja y noto cómo su miedo de a poco empieza a ser reemplazado por un intenso hambre por el drama.

MomoDove le storie prendono vita. Scoprilo ora