dodici

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Ambos hombres con rostro manchado al igual que sus cabellos y ropas, se encontraban sentados en un rincón del lugar, con la respiración agitada y sin muchas fuerzas de volver a levantarse

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Ambos hombres con rostro manchado al igual que sus cabellos y ropas, se encontraban sentados en un rincón del lugar, con la respiración agitada y sin muchas fuerzas de volver a levantarse.

—No puedo más, la edad me está atacando. — Taehyung suspiró dramáticamente, tomando agua del vaso que el anfitrión le había dado hace un momento después de volver de la cocina. Frente a él, un platillo con algunos pedazos de pan y las frutas que llevó reposaban a la espera de ser ingeridas.

Jungkook soltó, nuevamente, una risa contenida. También cansado y con un poco de ardor en sus ojos, un poco de pintura se había colado en estos.

—No es justo — lo dicho atrajo la mirada del pintor, preguntándole en voz baja el qué —. Quítate el velo, también tengo que pintarte la boca.

—¿Qué? — preguntó, tomando la muñeca contraria una vez ésta se acercó con una gruesa brocha hacia su rostro — De ninguna manera.

—Por favor — Marcini intentó acercarse más al contrario, fallando al instante —. Sigues intacto y yo parezco un bufón, tengo que volver a casa en caballo y todo el mundo me verá.

El rostro del de cabellos castaños – ahora rojos – podría confundirse con una obra abstracta, de aquellas en las que salpicaduras de colores eran esparcidas al azar en un lienzo. Sus labios se mantenían rosados y sus cejas estaban exageradas con un color negro, sin mencionar su vestimenta que tendrá que lavar con profundidad. El menor no podía evitar soltar risas cada que lo veía.

—Ya mismo anochece, nadie le prestará atención a un arrogante bufón.

Pero éste tampoco se quedaba atrás, su velo fue quien más sufrió daños al igual que su pecho al estar descubierto. Sus manos libres de tela eran totalmente azules al haberlas enterrado en el mismo líquido para manchar la espalda del contrario.

—¿Ya me tienes la suficiente confianza para llamarme así cuando quieras? — el pelinegro se quedó callado por un momento, sin poder descifrar la sonrisa traviesa que atravesaba el rostro contrario — Ven, este arrogante te pintará el rostro.

Tae se levantó levemente en su asiento, apresando el delgado cuerpo de Notte entre sus largos brazos. Tomó ventaja sobre sus movimientos inesperados en los que el contrario no supo cómo reaccionar, sentándose a horcajadas sobre sus piernas sin colocar totalmente su peso, con su mano izquierda, logró atrapar sus muñecas para inmovilizarlas en su propio pecho.

—¡No, espera! ¡Taehyung! — no le tomó importancia en cómo temblaba Jungkook cuando logró quitar aquella molestosa – para él – tela. El pelinegro cerró sus ojos y bajó su mandíbula en un vago intento de cubrirse — ¡Quítate de encima!

Desnudo, así se sentía. Totalmente expuesto.

—¿Por qué te cubres el rostro? — sentía la mirada de Taehyung como finos cuchillos atravesando su piel, sus ojos se mantenían quietos, sin la intención de alejarse lo más mínimo — No veo nada de malo en él.

Bella Mujer. | kth | jjk |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora