quarantacinque

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—Adelántense — propone Jungkook intentando que su voz saliera firme y que las lágrimas dejen de nublar su vista —

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—Adelántense — propone Jungkook intentando que su voz saliera firme y que las lágrimas dejen de nublar su vista —. Taehyung está un poco mareado, me detendré por un momento.

Yoongi y Hoseok, uno más consciente que el otro, asienten sin mucha incertidumbre para seguir cabalgando con trote lento, un ritmo que habían marcado cuando ninguna luz del pueblo les lograba alumbrar. En las manos del rubio yace un farol negro que robaron al salir corriendo de allí, ni siquiera notó a quién se lo quitó.

El pintor detiene a Stella y se permite respirar con más tranquilidad, trata de calmar su acelerado corazón y logra bajarse del animal al ver que el castaño puede quedarse firme en la montura sin su ayuda. Ambos se miran sin decir nada, sino que se acercan hasta que sus bocas se unen en un beso delicado y con un pequeño sabor metálico por la sangre que sale de las comisuras del mayor.

—Perdón — pide Notte, acunando con su diestra el rostro magullado del contrario con mucha delicadeza, aun así, logra sacarle una mueca —. ¿Dónde más te duele? Te curaré y cuidaré hasta que logres sanar.

—No debes pedir perdón — su tono de voz era bajo, pero se escuchaba alto por la soledad en la que se encontraban, junto al sonido de algunas chicharras —. No fue tu culpa. Yo fui quién no te soltó, además de ser irresponsable al saber qué nos espera si lo nuestro se llega a saber.

—P-Pero, igual s-siento mi corazón quemar.

Jungkook llora en silencio, dándose un tiempo para soltar todo aquello que ha estado guardando en la noche. Porque sintió esos golpes como propios, tanto que también sentía su cuerpo adolorido cuando lo único que sufrió fue su rostro y muñecas al tenerlo inmovilizado, lo suyo no fue nada comparado con lo que pasó Taehyung.

Le afecta también el hecho de que el castaño experimentó, desgraciadamente, ser agredido por quien es.

Ya había dicho que no quería eso, que deseaba protegerle y tuvo razón al decir que no podía hacerlo si estaban juntos. Pero el deseo y afecto fue más grande cuando probaron sus labios por primera vez, desde el inicio supo que algo malo pasaría y, tal vez, ese no sería lo único que tendrían que afrontar.

—Cariño, tranquilízate — dice Tae antes de dejar varias caricias en la cabellera contraria y trata de sonreír —. Estoy bien, estaremos bien.

—¡No estás bien! ¡No estamos bien! — exclamó, sintiendo su garganta raspar. Entierra su rostro en el pelaje del caballo sin dejar de recibir mimos en su cabeza — Odio a la iglesia, a esas personas y a quienes permiten esto. Odio no poder besarte en la calle, no sostener tu mano y divertirnos como se supone que debíamos esta noche. Odio a los que dijeron que amar a otro hombre siendo uno era un pecado, la biblia, el mismo odio que imparten a partir de ese maldito libro ambiguo.

» Odio tener que pasar por un calvario y aún estar en él para poder saber qué mierda soy, qué quiero y quién soy, para seguir odiándome a mí mismo. Las cicatrices que hay en mi cuerpo, los azotes que recibí, el rechazo de mis padres y Namjoon, la crueldad y cinismo de Jimin, el hecho de que Jin haya muerto, él siempre supo cómo consolarme.

Bella Mujer. | kth | jjk |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora