Bella Mujer. | kth | jjk |

ventinove

Soledad, ya se había hablado de ella.

Taehyung la consideraba como una enemiga, aunque siempre le estuvo acompañando desde que tiene memoria. En su habitación, pensamientos, comidas, trabajo y cualquier otra cosa que podría imaginarse, obligándolo a reservarse más de lo que quería, callando su boca incluso si algo le molestaba.

Nunca hubo alguien verdaderamente a su lado.

Sus hermanas pudieron haber estado sentadas al lado de él al igual que su madre, pero siempre sintió sus presencias frágiles y delicadas como si, en cualquier momento, fuesen a desaparecer con un simple tacto en sus pieles, al igual que pedazos de vidrios rotos esparcidos por todo el suelo, en busca de ser reunidos nuevamente.

La oscuridad le dio consuelo en silencio, cuando se olvidaba de parpadear en una noche completa de insomnio, donde no hacía más que pensar. Hasta Jungkook, quien sólo llegó a la vida de alguien sediento de compañía y temeroso de sentirse solo.

— ¿De verdad te irás? — preguntó, sintiendo cómo su corazón se hacía pequeño a la par que tomaba asiento, dejando de contar los florines que le iba a entregar al pelinegro, el cual asintió con pesar —. ¿Cuándo piensas volver?

— No creo hacerlo.

— ¿P-Por qué? ¿Por qué quieres irte tan de repente? — las manos del castaño fueron rápidamente tomadas por las contrarias, al ver que empezaban a temblar como aquella vez en la que admitió gustarle su compañía —. No tiene sentido.

El pelinegro tampoco se encontraba muy contento, es más, este tipo de conversaciones le incomodaban en demasía, aunque está consciente que son totalmente necesarias para que la relación entre ellos no se arruine por malentendidos.

Hablar sobre sus sentimientos, lo que quería hacer o no, miedo, felicidad y tristezas. Su lengua se hacía un nudo cada vez que lo intentaba hacer, su cuerpo y mente estaban en una constante lucha por eso, en la que terminaba regañándose a sí mismo por considerarse una persona tan estúpida y con poco control.

El peor momento era cuando tenía un lugar libre para poder expresarse, pero sus ojos sólo lograban llenarse de lágrimas con sabor a impotencia a la par que su garganta se cerraba, hasta el punto de sentirse asfixiado por la situación.

Era como si quisiera pintar en un lienzo totalmente blanco y él no pueda agarrar un maldito pincel.

Taehyung, por su parte, pasaba por lo mismo. Se estaba inundando de pensamientos que creyó ya habían desaparecido, el agarre de sus manos sólo le hacía sentir como si se estuviera ahogando cada vez más, perdido junto al menor en el inmenso mar creyendo que ambos podrían salvarse, cuando lo único que lograban hacer era dirigirse hasta el fondo del mismo.

Porque incluso las rocas más fuertes pueden ser movidas por grandes corrientes.

— No es una decisión apresurada... Créeme que llevo mucho tiempo pensando en esto y cuestionándome si estoy haciendo lo correcto — comentó con desdén y la respiración de ambos se volvió pesada —. Sólo quisiera irme y comenzar todo de nuevo, en paz. Quiero más que antes que sólo conozcan a Notte y no al patético de Jungkook, a quien quiero terminar de enterrar al sentirme tan expuesto y vulnerable gracias a él, no sabes cuánto odio esto.