A Perfect Mistake |+18| Draco Malfoy

Capítulo 24

Mientras que mis piernas se dirigían al aula de pociones mi cabeza viajaba a todo lo que podía a ver hecho para que Snape me llamase para que asistiese personalmente.

Dios seguro que no es nada bueno. Jamás sale algo bueno de la boca de ese hombre, sinceramente creo que se debe a algún trauma emocional asignado a su pasado, porque nadie puede ser tan serio.

Cuando llegue a la puerta me recargue de toda la energía posible y entre para encontrarme a Matteo hablando con Snape.

- Por fin se digna a aparecer, señorita Pierce-  dijo Severus.

- Lo siento.

- El señor Lestrange me ha contado que no ha realizado su función de enseñarle la escuela.

Mire a Matteo y lo fulmine de arriba a abajo, con la mayor mirada de asco jamás vista. ¿Por qué demonios había venido a decírselo a Snape? Si lo iba hacer, de la iba a enseñar después de hablar con Draco.

- A surgido un imprevisto con Malfoy, peor le dije que apenas terminase de hablar continuabamos la visita.

- El cual tampoco a asistido a mi clase- pausa- Dígale que vuestros padres ya están al tanto de la situación.

- Profesor... - me interrumpió.

- 20 puntos menos para Slytherin.

Me señaló la puerta y salí lo más rápido que pude para ir a mi sala común a ponerme el traje de Quiddich ya que no me podía permitir el saltarme más clases.

Si mis padres llegaban a saber que estaba con Draco Malfoy me iban a regañar mucho, se que les iba a sentar verdaderamente mal ya que odian a su familia y todo lo que tenga que ver con su alrededor. El hecho de que Lucius Malfoy fuese mortifago no ayudaba en su adoración.

No quería decepcionar a mis padres, pero dime ¿Cuando el corazón quiere a alguien como le dices que no? Tu no mandas sobre, el se rige con forme a sus propias leyes y reglas.

Cogí mi Nimbus y comencé como buscadora contra Harry, sabía que no iba a ganarle ni de coña, el tenía una saeta de Fuego y yo una Nimbus. Aunque tampoco significaba mucho ya que era un entrenamiento.

Harry y yo estábamos por encima de las nubes, parados, hablando mientras buscábamos las snitch dorada.

- ¿Es verdad que estas saliendo con Malfoy, Tessa?

- Supongo que si... - dije en un tono de voz bajo- ¿Como lo has sabido?

- Pansy lo fue contando.

- Me lo creo - rodé los ojos.

Sabía de la rivalidad de Potter y Malfoy, todo el que tuviese ojos y oídos podía saberlo, no era algo secreto ni mucho menos por eso no me extraño que Harry me mirase de esa forma después de la afirmación que le acababa de hacer.

- No va a salir bien, Tessa- lo mire enseguida- No me malinterpretes, te deseo lo mejor, pero tu eres pura luz y él te va a inhudar de oscuridad- me cogió del menton- Espero que tus ojos sigan brillando de esta forma, porque si los apaga yo mismo me encargaré de que se arrepienta.

- Eres el mejor, Harry- le abracé.

Al abrazarnos nos tambalesmos ligeramente en las escobas y nos separamos inmediatamente para poder recobrar el equilibrio y seguir con el partido de entreno.

Una vez terminado el entreno y duchados ambos equipos me reuní con Harry en la puerta de la biblioteca. Hoy íbamos a estudiar juntos el siguiente examen de pociones, el cual debía de aprobar si no quería que Snape quitase más puntos a mi casa.

- Hola, Harry.

- Hola, Pierce.

Nos adentramos en la biblioteca y cogimos la única mesa de dos que estaba vacía para poder plantearnos allí.

- ¿Me prestas los apuntes que te pedí?

- Jason me dijo que te los iba a dar él ¿No te los he dado aún?

- No... - dije con tristeza.

- A él también se le veía afectado Tessa, te echa de menos y se nota mucho.

- Creo que eso no es cierto- solté una risa triste- No ha hecho nada por arreglarlo.

- Tu tampoco.

La verdad duele decían, pero no sabía que tanto. Harry tiene razón, una amistad entre dos personas la conforman esas dos personas y no puedes esperar siempre a que la otra de él paso porque a lo mejor ya se ha cansado y no tiene el valor necesario para ello.

Si una persona te importa, valoras su amistad y lealtad debes dejar el orgullo a parte para no perder esa parte esencial de tu vida.