A Perfect Mistake |+18| Draco Malfoy

Capítulo 49

Al día siguiente me desperté temprano para ir a darme una ducha pero obviamente todas las chicas habían tenido la misma idea, no había duchas disponibles, estaban todas llenas y había colas de hasta 10 personas.

Vi a Hermione a lo lejos y me acerque a ella.

- Buenos días - le dije sonriendo.

- Hey, buenos días - me devolvió el saludo - ¿Nerviosa por el baile?

- La verdad es que no ¿Tú?

- Un poco - se puso roja - Es que es la primera cita que voy a tener con Ronald y quiero que todo salga perfecto.

- Créeme que así será, si hay alguna primera cita que sea perfecta esa será la tuya, Hermione Granger.

- Gracias por los ánimos, eso espero.

Le sonreí y volví a mirar la eterna cola que no disminuía, Merlín, esto era agobiante.

- Paso de hacer cola, me voy a ducharme a otro sitio.

Me levanté y volví a la sala común, fui directa a la habitación de Matteo y empecé a aporrear su puerta, seguro que seguía durmiendo pero me daba igual quería ducharme y no iba a estar esperando dos horas para ello.

- Joder ¿Qué coño quieres a las siete de la mañana, Delphi?

Delphi, joder me sonaba tan bien pero a la vez tan raro...

- Ducharme, hay cola de dos horas en el baño de chicas.

- ¿Y no podías esperar a las ocho por lo menos?

- ¿Puedo pasar o no? - dije poniendo los ojos en blanco.

Se hizo a un lado y pasé escuchando como cerraba la puerta detrás de mi.

Me volví para mirarlo y estaba tan mono con esa cara de recién levantado, con los ojos casi cerrados aún, semidesnudo y con ese cuerpo que parece esculpido por los mismísimos dioses, por no hablar de su pelo alborotado.

- ¿Duermes un rato conmigo?

- Aún no te has disculpado.

- ¿Por qué?

- Por el comentario fuera de lugar que tuviste.

Puso los ojos en blanco y se fue en dirección a la cama para tirarse en plancha hacia ella, colocando su cuerpo para estar más cómodo.

- Matteo, me dolió.

- Delphi, iba fumado - dijo girando la cabeza para mirarme - Lo siento, me arrepentí cuando te vi irte pero en ese estado no soy capaz de medir mis palabras.

- Pues conmigo vas a tener que aprender.

- Ven aquí.

Fui a la cama y me tumbe en el otro lado, apoyando mi cabeza en su pecho y mi pierna doblada en su abdomen, disfrutando de su presencia a pesar de seguir molesta con el.

- Eres un gilipollas a veces.

- Lo sé, pero duérmete ya, pesada.

Me reí en su pecho y me acurruque con la intención de dormirme, al ver como su respiración de relajaba quedándose dormido mis ojos se cerraron y me quedé profundamente dormida.

Escuche un sonido estridente que provenía del móvil de Matteo, su alarma y le chinche para que la apagara.

- Matteo, la alarma... - dije aún medio dormida - Matteo...

Le dió unos golpes al móvil y esta se apagó. Acto seguido se puso de lado y me abrazó, haciendo que mi cabeza quedara a la altura de su cuello que aún olía a perfume.