Capítulo 46

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Hoy era viernes, hoy era el día en el que iba a conocer a mi padre biológico y no se si estaba preparada pero quería hacerlo, lo necesitaba.

Estaba en clase esperando a que vinieran a por mi, sentada y con la cabeza en otro lado hasta que la puerta de abrió.

- Buscamos a la señorita Tessa Pierce.

- Soy yo.

Me levante y me dirigí hacia ellos, guiándome así hacia un carruaje que me llevaría al ministerio donde lo habían trasladado para que yo pudiese verle. Una vez allí los nervios se hicieron más grandes y tuve que ir al baño a vomitar.

- Bien, entras en 10 minutos - Me dijo un guardia de seguridad.

- Vale.

Estaba sentada en un banco mirando hacia todas las direcciones hasta que mis ojos vislumbraron a dos figuras las cuales le pertenecían lo nombres de Cornelius Fudge, el ministro de magia y el director Dumbledore.

- Profesor Dumbledore, Ministro- me levevante cuando llegaron a mi altura - ¿Qué hacen aquí?

- Yo estoy aquí para llevarte a Hogwarts nuevamente, además de para protegerte por si algo va mal.

- Al ser un asunto tan delicado, yo debo estar aquí.

Asentí y miré a Dumbledore, el cual me tranquilizó con la mirada.

- Señorita Pierce, puede entrar ¿Está preparada? - Asentí.

Los nervios no me iban a ganar la batalla, tarde unos segundo en entrar por el pasillo reforzado, era un pasillo de metal y piedra cubierto con  hechizos de defensa y protección.

Se pararon en frente de una puerta metálica, y la abrieron pudiendo ver por fin al que era mi padre, el estómago se me encogió y entre a pasos lentos, el tenía una mordaza además de las manos completamente atadas, impidiendo cualquier movimiento. Era moreno, con una tez pálida, alto y de complexión delgada, era atractivo y mucho más joven de lo que me esperaba.

- Señorita Pierce ¿Quiere que lo soltemos?

- Si - le quitaron la mordaza y las ataduras.

El me miraba con los ojos abiertos como platos, me examinaba el cuerpo entero buscando algún indicio de que fuera su hija, hasta que sus ojos se encontraron con los míos.

- Hola, Delphi - dijo amablemente - Por fin puedo verte, he soñado con este día desde el momento en el que me  arrancaron tu pequeño cuerpo de las manos.

Vino hacía mi para abrazarme pero puse mi mano como barrera y se paró en seco, inseguro y dudoso.

- Mi nombre es Tessa.

- Tu nombre de nacimiento es Delphini Riddle, mi hija, junto a tu madre Rose Wand.

- ¿Por qué eres tan joven?

- Magia negra, que me impide envejecer.

- ¿Realmente eres mi padre biológico?

- Si - afirmó - Por tu mirada noto que querías que dijese que no, pero no puedo negarte como mi hija, fuiste lo único que quise y lo único que me va a importar por encima de todo siempre.

Su confesión hizo que mis ojos se empezarán a llenar de lágrimas, quizás Delphi este dentro de mi y en lo más profundo de mi subconsciente quiera ir con su padre, su padre de verdad.

- Necesito una prueba.

- ¿Qué te parece esta?

- ¿Qué clase de prueba es esta? No has hecho nada.

- Estás hablando Parsel conmigo, cielo.

Sorprendida miré a él guardia de seguridad que miraba extrañado.

- ¿Estoy hablando Parsel? - Le pregunté al guardia.

- Si, y esta prohibido en esta sala así que limitarnos a hablar normal.

Volví la mirada hacia mi padre y un impulso me llevó a abrazarlo, las lágrimas caían por mi cara hasta desembocar en el suelo de piedra. Sus manos enredaron mi cuerpo y acariciaba mi pelo, depositando besos en mi cabeza.

- Oh, Delphi, como te echado de menos.

- ¿Cuántos años te quedan de condena?

- 1 mes, por buena conducta.

Me separé de él y lo mire extrañada, me parecían relamnete pocos para todos los crímenes que había cometido.

- Llevo encerrado 30 años, Delphi, pero he salido por voluntad propia unas cuantas veces.

- ¿Serías capaz de cambiar?

- Sí, lo haría por ti - depositó un beso en mi frente - Eres mi razón de ser y ahora que se que estas grande, fuerte y preciosa, como tu madre muchas más ganas tengo de hacerlo.

- ¿Soy lo que esperabas?

- No, eres mejor - sonreí - Aunque ¿Desde cuando eres castaña, y tu pelo blanco?

- ¿Pelo blanco?

- Si, naciste con el pelo blanco, por eso he dudado, pero esos ojos, son los ojos de tu madre.

No estaba siendo para nada como me lo había imaginado, pensaba que iba a ser cortante y seco, que no me reconocería y que probablemente me odiaría pero estaba siendo totalmente lo contrario y la verdad es que estaba disfrutando el encuentro.

- ¿Cómo era ella?

- Verás, tu madre era increíblemente guapa, fuerte y sobre todo era valiente - le salió una sonrisa - Era sangre pura y de la casa Gryffindor, al principio la odiaba por cómo pensaba y sus raíces pero demostró ser una chica increíblemente sorprendente y astuta, conseguía todo aquello que se proponía y dobre todo era una mujer poderosa, no dejaba que nada ni nadie la pisará.

Por lo que me contaba mi madre era una persona digna de admirar, una persona que valía la pena conocer y amar. Quería ser como ella, fuerte, valiente y intrépida, pero sobre todo no dejarme pisotear por nadie.

- Eras lo que más quería en el mundo, el día que naciste fue día más feliz de nuestras vidas, ella vio en ti un gran potencial y así fue, con cuatro años eras muy poderosa y ya eras increíblemente fuerte, cuando murió tu madre me dijiste que te ibas a convertir en la persona que ella siempre quiso que fueras y ahí supe que lo lograrías.

- No recuerdo nada de aquella época pero parecíamos una familia feliz y mamá parecía alguien digna de admirar.

- Dumbledore puede hacerte recordar, pero solo si realmente quieres, si tu subconsciente y lo más profundo de ti quiere.

De repente numerosos golpes en la puerta me hicieron esconderme en su pecho, por alguna razón con él me sentía a salvo. Era un guardia.

- Ha terminado la visita.

Me gire hacía él y lo abrace con todas mis fuerzas.

- ¿Cuando volveré a verte?

- En quince días, si así lo deseas.

Asentí y le di un beso en la mejilla a modo de despedida.

- A sido un placer conocerte, papá.

A Perfect Mistake |+18| Draco Malfoy Where stories live. Discover now