Capítulo 55

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Habían pasado cuatro días desde aquello y casa vez que intentaba hablar con Draco este se marchaba, no me dejaba ni tan siquiera mirarle, se cambiaba de sitio. Mi miedo a que esta vez fuera la definitiva iba en aumento cada día que pasaba y realmente no quería, no quería perderlo.

Estaba en mi habitación con Rosell, ambas en ropa interior porque nos había caído la tomerta que había fuera volviendo de el campo de Quiddich. Estabamos riéndonos por la situación.

- Joder, me había planchado el pelo hoy - se quejaba.

- Penoso la verdad - nos reímos.

- Oye, no te he preguntado ¿Hay novedades de Draco?

- No, y ya no se que hacer para explicarle lo que pasó, me huye.

- Pues no te queda otra que hacerle una encerrona.

- Me acabas de dar una idea.

Me vestí rápidamente y salí de la habitación yendo a tocar a su cuarto, la puerta se abrió y al verme intentó cerrarla pero se lo impedí y me colé dentro.

- Draco, para, por favor - dije cerrando la puerta.

- ¿Qué parte de que no quiero saber nada de ti no entendiste, Delphi? - dijo enfadado.

Me acerqué a él pero retrocedió, haciendo que un pequeño pinchazo se creará en mi corazón.

- No pasó lo que crees que pasó - intentó irse pero me puse en medio - Cuando llegue del entrenamiento y entre en la Sala Común lo vi y fui corriendo a saludarle, él no sabía que tu y yo habíamos vuelto y por eso me besó, yo me separé pero ya estabas tú pegándole, Draco.

- Me da igual como pasará la cosa es que lo besaste.

- No lo besé, me beso él a mi - dije ya histérica - Draco joder ¿De verdad piensas que te haría eso?

- Delphi vete, por favor - intentó abrir la puerta pero no lo deje.

No iba a dejar que un simple malentendido arruinara lo que tanto trabajo nos había costado volver a construir, no lo iba a aceptar.

- Draco, te amo a ti y nada más que a ti - me acerque a él y está vez no retrocedió - Soy tuya ¿Recuerdas?

- Note como se me partía el alma cuando vi como te besaba, Delphi, note como el puto aire no llegaba a mis pulmones.

- No va a volver a pasar, te lo juro - besé ligeramente sus labios - Eres el amor de vida y nada ni nadie puede cambiar eso.

- Quiero que no te acerques a él, si tanto me quieres lo harás.

No podía creer lo que me estaba pidiendo, me separé de él y lo miré incrédula y enfadada, sabía que odiaba a Matteo pero no era razón ninguna para prohibir que me acercará a él, bueno ni a él ni a nadie.

- Draco no me pidas eso, Matteo es importante para mí.

- O él o yo.

- No voy a aceptar ese ultimátum, no es justo, yo no te prohíbo que dejes de hablar con nadie, porque no soy nadie para decirte lo que puedes y no puedes hacer.

- No soporto verte cerca de él, no puedo, no quiero - lo volví a besar - Aunque sea prométeme que le dejaras las cosas claras.

- Te lo prometo.

Me cargó y me tumbó en la cama poniéndose él encima, besando mis labios de una manera lenta a la vez que acariciaba mi pelo.

- Draco, mañana te necesito a mi lado.

- Ahí estaré, te lo prometo.

Mañana cumplía la condena de mi padre, mañana conocería a mi madre y tendría que luchar con mil demonios para que a mi padre no se le fuera la cabeza al verla. Dios por una parte estaba deseando que llegase pero por otra temía más que a cualquier otra cosa.

A Perfect Mistake |+18| Draco Malfoy Where stories live. Discover now