A Perfect Mistake |+18| Draco Malfoy

Capítulo 38

Cuando note que mi cuerpo ya volvía a tener su respectiva movilidad, me incorpore y seque las lágrimas de los ojos para ver quién era esa persona que me había salvado.

Era Jason.

- Eh ¿Tessa estás bien? - preguntó preocupado - Dios ¿Te ha tocado o te ha... ?

- No ha llegado a más, gracias a ti.

De mis ojos no paraban de salir lágrimas y lágrimas, no podía dejar de llorar. Me puse de pie y agarrada a Jacob salí de la habitación. Sentía que mis pies temblaban, seguía temblando del miedo.

Cuando llegamos a la sala común pude ver a el chico con toda la cara partida sentado en un sofá y a Malfoy saliendo del pasillo de las habitaciones. Al verme se le abrieron los ojos como platos y vino directo hacía mí.

- ¿Qué coño le ha pasado?

- No se lo digas, vámonos, Jason.

Jason intento seguir la marcha pero Draco no le dejo, su mirada seguía puesta en mi, en mi camiseta rota y mi cara ensangrentada por los golpes.

- ¿Tessa, que coño ha pasado? ¿Quién te ha hecho esto?

- Draco déjala descansar, luego si quieres vas a verla.

- Necesitas darte una ducha y por lo que veo no creo que llegues al baño - repuso - Date la ducha en mi habitación.

Vi como le dió la llave a Jason y fuimos directos allí. Realmente me quedé asombrada de que dejase a mi mejor amigo entrar a su habitación y que se preocupara  tanto por como estaba.

- ¿Te espero aquí o entro contigo?

- Entra, tiene mampara en la ducha.

Asintió y se sentó en la butaca que había allí para esperarme. La ducha fue un poco larga puesto que me sentía realmente sucia, me sentía usada. Como si fuese una muñeca la cual podía tocar todo el mundo.

Lave cada parte de mi cuerpo al rededor de unas tres veces hasta que sentí que esa sensación desaparecía.

Cuando salí con la toalla enroscada vi a Jason en la butaca y a Malfoy apoyado en el lavamanos, mirando en mi dirección.

- Tengo un uniforme tuyo, te lo dejaste aquí y Jason te ha traído ropa interior nueva - anunció.

- Gracias... - Los mire a ambos para que salieran pero solo lo hizo Jason- Draco...

- Alguien te tiene que curar esas heridas, y yo ya te he visto desnuda.

Me puse roja pero acepté, le asentí a Jason y este cerró la puerta tras de si ya que estaba esperando mi respuesta.

- Ven aquí.

Cuando mi pecho pecho toco el suyo en un abrazo no pude evitar echarme a llorar, había sido una situación muy fuerte para mí y que él estuviese aquí ayudándome   me ayudaba mucho a pesar de que me gustaría que no fuese así.

Draco a pesar de todo era la persona con la que más cómoda me sentía, era mi sitio seguro y donde quería estar cuando tenía miedo.

- Aquí esta tu ropa.

Se giró para que yo me cambie y así lo hice, me puse la ropa interior y toque su hombro para que se girará a curarme las heridas y su mirada recorrió mi cuerpo entero haciéndome sentir un escalofrío, pero de esos que solamente él podía provocar.

Se acerco a mi con un algodón empapado en algo y lo puso sobre mis heridas.

- ¡Dios, escuece mucho!

- Solo me queda una, aguanta - dijo riéndose de mi cara  de dolor - Ya está, te puedes poner el uniforme.

Al pasarse el disgusto de antes había vuelto la tensión sexual pero la estábamos evitando, porque ambos sabíamos que no era momento ni lugar con Jacob fuera.

Me puse el uniforme, se me acerco por detrás, abrazando mi cuerpo y metiendo su cabeza en mi cuello, haciendo que tanto él como yo nos relajasemos.
Ambos nos necesitábamos pero eramos tan jodidamente orgullosos para no decirlo.

- Lo siento, siento no haber estado ahí, joder, lo siento.

Su llanto llegaba a mi oído y hizo que me volteara y entre mis manos cogiera su pequeña y frágil cara, por la cual se derramaban desordenadas lágrimas que dejaban ver el dolor que le causaba lo que me acababa de pasar.

- Draco, no había forma humana de que lo supieras, no te culpo, tu no tienes nada que ver.

- Pero...

- Pero nada - le seque las lágrimas - No es que tu frecuentes mucho la biblioteca.

Ambos no reímos y lo abrace, lo abrace hasta que se calmó y ahí fue cuando salimos del baño para encontrarme con Jason, sentado en el sofá acariciando el gato de Malfoy.

- Se llama Boss. - Le informó Draco y él le asintió con una sonrisa.

- ¿Estás mejor, bizcochito?

- Si, a pesar de unas cuantas heridas estoy como nueva.

- Deberíamos de ir con Rosell, esta de los nervios. - Asentí.

Me gire a ver a Draco que estaba apoyado en la puerta del baño y fui directa a él a darle un beso en la mejilla para darle las gracias. A pesar de no haber sido gran cosa me había ayudado mucho.

- Gracias.

- No me las tienes que dar.

Paso su mano por mi cara y vi por primera vez sus nudillos reventados. Sabía lo que iba a pasar como se enterase de lo que había pasado pero tampoco sabía como se había podido enterar.

- Ni se te ocurra regañarme por esto.

- Pe... - No me dejo acabar la frase.

- Ve con tu amiga. - Asentí.

Jacob y yo salimos de la habitación y nos dirigimos a la mía donde nos encontramos con una Rosell histérica y a punto de un colapso mental.

- ¡Tessa! - corrió a abrazarme - Joder, joder ¿Estás bien?

- Rosell, estoy bien tranquila, puedes dejarme respirar.

- Ese hijo de puta, dios ojalá Draco lo haya matado.

- ¿Has sido tú quien se lo ha dicho? - negó con la cabeza.

- Toda la la sala común ha visto como Draco le ha dado la paliza de su vida, Tessa, estaba fuera de si, casi lo mata - hizo una pausa - Una pena que no fuera así.

Me quedé en shock, había visto a Draco meterse en el peleas cientos de veces en el transcurso de mi etapa académica pero hasta el punto de casi matar a alguien nunca. Aunque con lo exagerada que era Rosell me podía esperar cualquier cosa realmente.

- Bueno, ese cabrón se lo merecía. - intervino Jason.

- Por cierto, Jason, muchísimas gracias de nuevo, de verdad mil gracias.

- ¿Eres tonta? No me des las gracias, princesa, no por esto.

Y así dimos por zanjada la conversación y el resto del día lo pasamos mirando películas de miedo los tres juntos, Jason y Rosell abrazándome como si fuese una muñeca que con cualquier contacto exterior pudiera romperse y yo acurrucada entre ellos.

Eran lo mejor que me había pasado en la vida y de eso. No me cabía duda alguna.