Capítulo 41

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No podía ver lo que mis ojos estaban viendo, de todas las personas del mundo a las cuales me podía encontrar, voy y me encuentro con Draco y su familia en un centro comercial, si que es cierto que era para gente mágica pero aún así me extraño.

- Hola, señor y señora Pierce - saludo la madre de Draco amablemente - Y hola a ti también Tessa.

- Hola - saludamos los tres al unísono.

Mi mirada se desviaba a Draco y pude ver como el también me miraba, quería abrazarlo y preguntarle como estaba, pero no me atrevía, no delante de sus padres.

- Tessa, si no recuerdo mal tu eres la novia de mi hijo ¿no? - pregunto Lucius.

Mire a Draco que asintió discretamente dándome instrucciones de lo que decir.

- Sí, es un placer conocerlo, señor Malfoy.

- El placer es mío - miró a Draco - Hijo saluda a tu novia, yo tengo que tratar unos temas de trabajo con sus padres.

Draco se acercó a mi, paso su mano por mi cintura y me guió lejos de allí, a una distancia prudencial. Yo me quedé mirándolo, el traje negro que llevaba le sentaba tan bien en contraste con su pelo blanco...

No pude contenerme más y acabe abrazando su cuerpo, abrazo que él me devolvió acto seguido. Su perfume era cara y olía realmente bien.

- Te he echado de menos - dijo al separarse de mí.

- ¿Enserio?

- ¿Tan difícil te resulta de creer? - dijo riendo.

Me sacó una sonrisa que acabo en una ligera y tonta risa.

- Bueno... - aún sonriendo cogió mi mentón y depositó un ligero beso en ellos - ¿Cómo que novia?

- Por favor, no quiero que sepa que lo dejamos.

- Esta bien.

Volvió a besarme, pero esta vez fue un beso un poco más intenso, pero moderado ya que estaban nuestros padres delante y no era tampoco un sitio para lo que ambos queríamos hacer.

- Pequeña, te quiero.

En el momento que lo soltó me sorprendió ya que el no solía demostrarme afecto con palabras, podía contar con los dedos de una mano las veces que me había dicho esas palabras.

- Draco...

- Lo sé, lo sé, tranquila.

Me volvió a dar un ligero beso en los labios y con su mano en mi cintura nos acercamos a nuestros padres que levantaron la mirada al vernos y pude ver la sonrisa de Lucius. Era un hombre guapo y su madre también, era imposible que el hijo saliera feo.

- Tessa ¿Te apetece irte con los Malfoy estos dos días que te quedan de permiso? - dijo mamá.

- ¿No queréis que los pase con vosotros?

- Cariño, sabemos que ahora quieres estar con Draco, te escuche anoche hablando con Jacob.

Mi cara de tornó de un rojo intenso que se podía ver a metros de distancia.

- ¡Mamá! - dije avergonzada - Si a todos os parece bien no veo porque no.

Claro que me apetecía estar con Draco pero no en la casa de los Malfoy, no me apetecía tener que ser la persona más correcta del mundo ante esas dos arpías que tiene por padres. Su madre aún era un poco respetable, pero su padre no, lo odiaba, pero claramente tenía que fingir mi mejor sonrisa delante de él.

- Bien, pues te enviaremos tus cosas mañana por la mañana, cariño - dijo papá - Te queremos, que no se te olvide.

- Yo también os quiero - dije abrazando a mis padres - El viernes...

- El viernes va a salir todo perfecto, no te preocupes - dijo mi madre - Llámanos cuando termines, vaya bien o vaya mal.

- Esta bien - les di un beso - Adiós, os quiero.

Empecé a andar con la mano de Draco en mi cintura, lo mire y vi que tenía las mismas dudas que yo. Estaba claro de que no lo habían avisado del plan.

- ¿Vais a querer dormir juntos o llamo para que te preparen otra habitación?

- Tessa duerme conmigo, madre.- intervino Draco.

- Perfecto - dijo Narcissa - Tranquila, no nos molesta.

Les dedique la sonrisa más falsa que pude, pero sin que llegase a notar que era de pega.

Cuando llegamos a la mansión Malfoy me quedé completamente asombrada con lo que vista alcanzaba a ver:

Un sendero angosto flanqueado a la izquierda por setos pulcramente recortados y a la derecha por matorrales salvajes de corto crecimiento desemboca en un amplio camino que es cortado por un par de impresionantes verjas de hierro forjado que marcan los límites de los terrenos de la mansión. Si alguien toca las puertas de hierro, las barras de hierro se retuercen formando una cara espantosa que pregunta, con una voz retumbante y metálica, por el motivo de la visita. Dentro de los terrenos hay arbustos y pavo reales que rondan por ellos y detrás de unos setos hay una fuente. Un camino recto de grava lleva desde la verja hasta la puerta de la mansión, que está elevada del suelo por unas amplias escaleras de piedra. Las ventanas del piso inferior tienen forma de diamantes.

La puerta principal se abre hacia adentro y tiene algún tipo de encantamiento que hace que se abra automáticamente a determinadas personas que en su mayoría eran todo sangre pura.

Nada más entrar en la mansión hay un amplio vestíbulo, pobremente iluminado y suntuosamente decorado, con una gran alfombra que lo cubre en su mayoría. Hay retratos de antiguos miembros de la familia. Hay en el vestíbulo una pesada puerta de madera con manilla de bronce que conduce a la siguiente habitación, un salón. El salón es descrito como una sala grande con una hermosa chimenea de mármol trasmontada por una ventana dorada y sobre la que hay un espejo con marco dorado. El suelo de la habitación está pulido y cubierto en parte por una alfombra; una lámpara de araña cuelga del techo. Hay retratos colgados en las paredes de un color morado oscuro y varias sillas y sillones.

- Vamos te enseñaré mi habitación. - Dijo Draco.

- Nosotros vamos a salir un rato, para la hora de cenar llegaremos. - Anunció Lucius.

Asentí y continuadamente seguí a Draco por unas escaleras, bastante numerosas hasta un largo pasillo en el cual torció a la izquierda y había una muy iluminada habitación, con una cama de matrimonio cubierta por llamativas colchas de un color verde esmeralda, en frente tenía una televisión bastante grande, baño propio, paredes blancas y generosamente amueblado, tenía un sofá también de color esmeralda.

- ¿Qué te parece?

- Me gusta, la verdad.

Mire a Draco y se estaba quitando el traje que llevaba, debía de ser incomodo. Lo sustituyó por una camiseta negra y unos pantalones largos de chándal de color gris «Malditos pantalones grises» lo cierto es que me recordaban a Matteo...

A Perfect Mistake |+18| Draco Malfoy Donde viven las historias. Descúbrelo ahora