GUARDIANES | LA OSCURIDAD: FASE 1, PLUTON

galaxias y Videntes

LAIKA, ESPACIO

Martha recordaba la primera vez que se había quedado sin poderes, fue cuando quedó varada en Andrómeda, el día que conoció a Tarquín. Había quedado atrapada allá por culpa del chico, ahí conoció a un grupo de primitivos videntes ciegos, que la ayudaron a regenerar sus poderes durante un año, que para Neptuno solo había sido una hora.

Tal vez si volvía la suprema sacerdotisa la ayudaría, pues le había dicho que podía volver cuando quisiera, pero también le había dicho que si volvía debía quedarse durante dos años, solo serían dos horas para la nave, pero era el suficiente tiempo para que Marcus se preocupara por ella.

Se paró y camino hacia Tarquín y Eros, quienes se daban la espalda, pero ambos la voltearon a ver cuándo se levantó. Ambos comenzaron a empujarse para llegar con ella primero.

—Chicos, iré a Andrómeda para poder reactivar mis poderes.

—No

—Absolutamente no —Confirmo Tarquín, cruzando los brazos al mismo tiempo que Eros.

—No les pedí permiso, solo quiero que distraigan a Marcus si cuando regresa yo no estoy, saben cómo es y los matara si no me encuentra.

—Cierto —Razono Eros guardando sus alas.

—Bien, ¿Que tenemos que hacer? —Pregunto Tarquín.

—Nada, yo puedo ir allá sin siquiera usar mis poderes, pero necesito que salgan al pasillo —Les pidió Martha, mientras los chicos salían de la habitación dejándola sola.

Se recostó en la cama y recordó los consejos que le había dado Flor, sobre el viaje galáctico, así que cerró los ojos, respiro y comenzó a imaginar el hogar de los videntes mientras decía Andrómeda una y otra vez.

Sintió como todo a su alrededor se desvanecía, dando lugar a un nuevo espacio, un espacio de fantasía. Bajo ella ya no sintió la cama, sino un suave césped.

Cuando abrió los ojos vio las extraña y brillante galaxia, al levantarse vio a un grupo de exploradores que se dirigían hacia ella. Se acercó a ellos dubitativa, eran Rabyon y Davelt, con otros tres chicos que no conocía, debían ser nuevos pupilos.

—Rabyon, ¿Cómo ha estado nana Fingrig?

«Ha empeorado desde tu última visita» Le comento el cazador bajando su lanza y haciendo señas a los pupilos para que también las bajaran ya que la estaban apuntando con ellas.

—Y Roble dorado no ha podido hacer nada por ella.

«Roble dorado murió hace unas semanas, la ataco un Hertlix, llegó muy herida y no pudimos hacer nada por ella.»

—Eso es tan triste, conozco a alguien que podría ayudarles pero no sé si tenga una. Conexión con la tribu infinita.

«Realmente lo dudo» Respondió Rabyon en la cabeza de Martha.

—Bueno, también conozco a un chico a quien le encantaría vivir aquí, tal vez no como curandero pero si ayudando, su nombre es Zelick, es un plutoniano, vive en la aldea que esta frente a mi hogar, que por cierto no le vayas a decir a Marcus que te dije, pero, Zelick fue su primer amor, aunque lo niegue.

«Te recuerdo que solo hemos visto a Marcus una vez» Le dijo Davelt, «En cuanto a el tal Zelick, no me da buena espina»

—A ti nadie te da buena espina —Replico incrédula mientras los pupilos volvían a amenazarla con las lanzas. Rabyon los detuvo por segunda ocasión. —Además creo que tú y el serian una linda pareja, ¿no lo crees Rabyon?